Una farmacia no puede cometer errores “porque es una vida la que recibe el medicamento”
La farmacia del hospital San Martín de Paraná otorga medicamentos a cientos de personas por día. El trabajo de quienes allí cumplen funciones es proveer medicación a todos los pacientes de atención ambulatoria y a los que se encuentran internados en el nosocomio. Al ser un hospital de referencia asiste gente de toda la provincia por diversas patologías. Allí cumple funciones Claudia Wiliezko, farmacéutica de Crespo.
Comentó a Paralelo 32 que“Se dio la oportunidad hace ya ocho años, que son los que llevo en el Hospital San Martín de Paraná, en el área de oficina de farmacia. Empecé con una suplencia que cubrí por unos meses, la colega tuvo que renunciar y quedé yo”.
La profesional expresó más adelante: “Descubrí un mundo nuevo en la farmacia hospitalaria, amo esta profesión. Más allá de que llevo más de treinta años como farmacéutica, en el área de oficina de farmacia vos cumplís un rol de dispensar medicación. En el trabajo habitual en un local, si bien la gente te consulta cómo consumir determinado medicamento, no tenés esa relación médico-paciente que sí encontrás en el hospital. Pasé por diversas áreas, la que más me gustó fue la de ‘dosis diarias’, parte clínica, donde tenía 36 pacientes a cargo y les hacíamos la dosis diaria de medicación. Ves ahí interacción de medicamentos, si el tratamiento está resultando o no, si no hay contraindicaciones o efectos adversos. Y entonces la relación con los médicos es muy fluida, te tienen en cuenta, te consultan. Y aprendés todos los días, todo el tiempo”.
El trabajo diario
Wiliezko recordó a este medio que “Después del COVID se nos prohibió subir a los pisos por cuestiones de precaución y todo se manejó desde el servicio a farmacia, perdiéndose el circuito anterior, que aún hoy no se reestableció. Entonces yo pasé al área de ‘medicamentos crónicos para pacientes con patologías autoinmunes de toda la provincia’, estando muy relacionados quienes allí trabajamos con el Ministerio de Salud a nivel provincial y nacional. Es un área más administrativa pero tiene su encanto también, porque hay mucha interacción con los médicos para los tratamientos y las dosis que se aplican. Me gusta, es donde mi profesión está a flor de piel. Es una especialización permanente, ves todo tipo de patologías que puedan existir, desde lo más simple a lo más complejo”.
Describió su labor y planteó que “en el área de farmacia de oficina somos entre 8 y 9 personas, más el personal técnico y administrativo. Seríamos unas 23 personas aproximadamente. Después está la parte de farmacia de esterilización, un área con menos gente; y después está también farmacia oncológica y Banco de drogas. Así se divide la parte de Farmacia del Hospital”.
“También tenemos todo lo que es atención al público, donde se presentan muchas quejas a veces, porque viene mucha gente, hay largas colas, mucha espera, todas personas que no tienen obra social y tienen patologías que son atendidas en el hospital, que les da por varios meses la medicación, que deben retirar de ese lugar. Esa cantidad de gente fue aumentando con el paso del tiempo y hoy es mucha, es una realidad. Las filas se hacen largas, y a veces no hay capacidad ni espacio físico para atender y hacer una atención más fluida. Siempre pedimos paciencia pero no siempre se logra. Pero pedimos paciencia porque tratamos de proveer medicamentos a todos los pacientes. Y porque Farmacia no puede cometer errores, porque es una vida la que recibe el medicamento”, aclaró.
Con relación a los dos años de pandemia, comentó a nuestro cronista que “el tiempo del covid no fue fácil. Tratamos de cuidarnos mucho, de hecho no tuve covid en mi caso, pero había mucha incertidumbre en esa época. En la primera etapa hubo mucho desconocimiento de la enfermedad. Tuvimos siempre todos los recaudos necesarios, pero había miedo. Recuerdo que llegaba a casa, hacía cambios de vestimenta, tenías que bañarte rápido antes de estar en contacto con tu familia, llegué a comer con mis cubiertos y utensilios separados del resto. Fueron tiempos bravos, pero todo fue aprendizaje también”.
Ángeles en la tierra
Wiliezkoreconoció que “en ocho años en el Hospital San Martín vi muchas situaciones, de las buenas y de las malas. Hay muchas historias todos los días. Rescato de cada experiencia que me toca vivir algo, siempre. Algunas veces hay gente que se descarga de mala manera con vos por la situación angustiante que están viviendo, pero por el otro lado encontrás enfermeros y médicos con una calidad humana tremenda, que valoro mucho. Hay excelente relación, principalmente con los enfermeros, con los que estamos en contacto permanente. Son ángeles en la tierra, así los considero. Trabajan en condiciones que a veces no son las ideales, pero se entregan por completo, es pura vocación”. Y en relación a su faceta personal, planteó que “Ahora tengo bastante bien acomodados los horarios, aunque no siempre fue así. De Crespo salgo temprano, a las 7.00, vuelvo a las 13.00 y durante la tarde paso por la farmacia San Luis III, frente al Centro Médico, donde soy la Directora Técnica de ese lugar. Llevo 32 años de profesión, es mucho tiempo, son muchas experiencias”.