Sociedad
Suicidio adolescente: Un grito silencioso que requiere una respuesta colectiva y urgente

El suicidio, una problemática compleja y multifactorial, se ha consolidado como un grave asunto de salud pública a nivel mundial. Aunque afecta a personas de todas las edades, géneros y situaciones socioeconómicas, su impacto es particularmente alarmante en la población adolescente y juvenil. En Argentina, la mortalidad por suicidio en los últimos 25 años se ha triplicado en la población joven, convirtiéndose en la segunda causa de muerte en la franja de 10 a 19 años. A nivel global, el suicidio es la cuarta causa de muerte en el grupo de 15 a 29 años. Esta trágica realidad exige una perspectiva actualizada y un abordaje integral que involucre a toda la sociedad.
La complejidad detrás del acto: Factores de riesgo y protección
El suicidio no es un acto individual aislado, sino un fenómeno multicausal influenciado por una compleja interacción de factores personales, comunitarios y sociales, que incluyen aspectos biológicos, psicológicos, socioculturales e históricos.
Investigaciones recientes en Argentina, basadas en la Encuesta Mundial de Salud Escolar (OMS, 2012), revelan que la exposición a factores de riesgo aumenta la probabilidad de intentos de suicidio, mientras que los factores protectores la disminuyen.
Factores de riesgo identificados en adolescentes:
• Problemas de salud mental: Trastornos mentales no atendidos, depresión, ansiedad, trastornos de la conducta alimentaria y abuso de sustancias.
• Experiencias de violencia: Haber sido víctima de agresión física, participar en peleas, sufrir lesiones graves, o ser víctima de bullying o ciberbullying. Es crucial señalar que el impacto de la agresión física y las peleas es mayor en mujeres, mientras que el bullying afecta más a varones.
• Aislamiento y soledad: Sentimientos de soledad, no tener amigos cercanos. El impacto de la soledad es significativamente mayor en mujeres.
• Problemas de sueño: Insomnio por preocupaciones.
• Consumo de sustancias: Fumar cigarrillo o consumir alcohol y drogas (incluyendo marihuana) a edades tempranas o de forma problemática. Las mujeres son más vulnerables al impacto del consumo de drogas y alcohol.
• Contexto familiar y social: Ausencia o debilidad de apoyos afectivos/instrumentales, dificultades en la transición a la adultez, rigidez normativa, experiencias de violencia intrafamiliar o abuso sexual, y desfasajes entre expectativas y logros.
• Discriminación: La ideación y conducta suicida son más frecuentes en el colectivo LGTBQ+, especialmente en personas bisexuales y transexuales, debido a la discriminación y falta de apoyo social.
Factores protectores clave:
• Apoyo familiar: Que los padres revisen las tareas, comprendan los problemas de sus hijos o conozcan sus actividades de tiempo libre. La contención parental tiene un impacto positivo, especialmente en mujeres.
• Habilidades personales: Habilidades de resolución de problemas, estrategias de afrontamiento positivas y resiliencia.
• Lazo social y comunidad: Relaciones personales cercanas y satisfactorias con familiares y amigos, y la existencia de redes comunitarias de apoyo.
• Promoción de derechos: Generar espacios de participación, inclusión y producción creativa para los adolescentes.
Estrategias de prevención: Un esfuerzo multisectorial
La prevención del suicidio, su disminución e incidencia, solo pueden lograrse a través de la promoción de derechos, el trabajo intersectorial y la capacitación permanente.
1. Marco Legal y Políticas Públicas:
• La Ley Nacional de Prevención del Suicidio N°27.130 (2015, reglamentada en 2021) y la Ley 26.657 de Salud Mental (2010, reglamentada en 2013) son fundamentales en Argentina. Estas leyes establecen la prevención, asistencia y posvención como acciones principales y el Ministerio de Salud de la Nación como autoridad de aplicación.
• Se ha implementado el Programa de Abordaje Integral de la Problemática del Suicidio para fortalecer la prevención, asistencia y posvención mediante estrategias intersectoriales.
• Se subraya la necesidad de recopilar datos continuos y sistemáticos sobre suicidios e intentos para planificar estrategias basadas en evidencia.
• Las políticas de Estado deben abordar problemas estructurales como la desigualdad, la pobreza y la injusticia social.
2. Rol de la Comunidad y la Sociedad Civil:
• Eliminar el estigma y los prejuicios asociados al suicidio es crucial. El lema del Día Mundial de la Prevención del Suicidio 2024-2026, "Cambiar la narrativa", busca derribar estas barreras.
• Es vital reforzar el lazo social y el apoyo comunitario. La inclusión, participación y compromiso intersectorial fortalecen la vida en comunidad.
• La sensibilización y formación social son esenciales, capacitando a la comunidad en general sobre factores de riesgo y protección, y desconstruyendo mitos y tabúes. Grupos de voluntarios como "Prevención del Suicidio Victoria" trabajan activamente en campañas y talleres.
• Las acciones de posvención son imprescindibles tras un suicidio para reparar el tejido social, abordar el duelo de los afectados (familiares, amigos, comunidad) y prevenir futuros actos suicidas.
3. La Responsabilidad de los Medios de Comunicación:
• El rol de los medios es fundamental en el abordaje del suicidio, requiriendo coberturas responsables que refuercen el tratamiento preventivo y la difusión de información relevante desde una perspectiva de derechos.
• Es crucial evitar el sensacionalismo y el efecto de imitación. La psicóloga Stella Cístola lamenta el tratamiento mediático de algunos casos, destacando el riesgo de "contaminación psicológica".
• Las redes sociales son señaladas como un medio que puede alentar el suicidio, especialmente en adolescentes, e incluso promover el "suicidio inducido" a través de páginas y mensajes.
4. Intervención Individual y Clínica:
• La estrategia principal es la prevención a través de cuidados integrales y colectivos, con énfasis en la detección temprana y la atención oportuna. Todo intento de suicidio debe ser tomado en serio y abordado inmediatamente.
• Habilidades de comunicación terapéutica son esenciales para la intervención en crisis. Esto incluye validar el sufrimiento, normalizar la idea suicida, facilitar el desahogo, aplazar la decisión, sembrar la ambivalencia e identificar puntos de anclaje (razones para vivir). Una escucha atenta, genuina y empática es fundamental para romper el aislamiento y reducir el riesgo.
• Es crucial reducir el acceso a medios letales (medicación, armas), no dejar sola a la persona en riesgo y asegurar un plan de seguridad en caso de crisis futuras.
• Se reconoce el alto impacto emocional en los profesionales de emergencia que abordan estas situaciones, y se ofrecen pautas de autocuidado, destacando que no son responsables del resultado final si el suicidio ocurre a pesar de sus esfuerzos.
Desterrando mitos para salvar vidas
A pesar de la creciente conciencia, persisten mitos que obstaculizan la prevención efectiva del suicidio:
• "Las personas que hablan de suicidio no lo hacen": La mayoría de las personas suicidas han advertido sobre sus intenciones. Es una petición de ayuda.
• "Hablar de suicidio incentiva al acto suicida": Preguntar directamente sobre pensamientos suicidas reduce el peligro, alivia la angustia y facilita la petición de ayuda.
• "Quien quiere suicidarse, no lo dice": Nueve de cada diez personas que se suicidan lo expresan con claridad, o lo dejan entrever. Siempre dan avisos directos o indirectos.
• "El suicidio es un acto impulsivo y por ende no se da aviso": Sea planificado o no, las personas con conducta suicida siempre dan avisos.
• "Solo las personas con graves problemas o trastornos mentales se suicidan": El fenómeno es multicausal y no se limita a situaciones de extrema gravedad. Hasta el 50% de la población no clínica puede desarrollar ideas suicidas.
• "El suicidio no se puede prevenir": El suicidio es prevenible.
• "La mejoría después de una crisis significa que el riesgo ha pasado": Muchos suicidios ocurren en el período de mejoría, cuando la persona tiene la energía para actuar.
Un llamado a la acción permanente
La prevención del suicidio es un imperativo global y un esfuerzo colectivo. Requiere que individuos, familias, comunidades, gobiernos y medios de comunicación trabajen juntos para crear entornos seguros que promuevan la salud mental y el bienestar. Es fundamental que existan adultos referentes, tanto dentro como fuera del ámbito familiar, que estén disponibles para escuchar, comprender y acompañar a los adolescentes.
Si usted o alguien que conoce está atravesando una crisis suicida, siempre hay alguien dispuesto a ayudar. En Argentina, puede comunicarse con:
• LÍNEA 135: Asistencia al suicida (línea gratuita).
• EMERGENCIAS EN SALUD MENTAL 0800-999-0091: Atención a cargo de profesionales las 24 horas, los 365 días del año.
• LÍNEA 102: Servicio gratuito y confidencial para atención especializada sobre los derechos de niñas, niños y adolescentes.
La vida es un derecho y el suicidio una muerte evitable. Es hora de escuchar, comprender y actuar.