Política
Pulso entre Edimburgo y Londres por el referéndum de independencia de Escocia
Por Daniel Postico (corresponsal en Londres RFI-AFP).- El gobierno de Escocia y el de Londres han entrado en un camino que muy seguramente terminará en los tribunales. El principal problema es que el bloque independentista reivindica que ha conseguido la legitimidad para poder celebrar el referéndum porque entre el Partido Nacionalista Escocés (SNP) y los verdes suman 72 diputados, por los 57 del bloque unionista.
El gobierno de Londres reconoce que los escoceses pueden salir de la unión por voluntad propia y que pueden celebrar una consulta. Pero esgrime que el SNP no llegó a la mayoría, que se quedó a un escaño de los 65 y que, por tanto, no tiene autoridad para poder convocar la consulta.
También dice que los escoceses han votado dar prioridad a la pandemia pese a que las elecciones fueron claramente plebiscitarias. Lo cierto es que el primer ministro, Boris Johnson, no tiene ninguna intención de permitir la consulta. No quiere pasar a la historia como el primer ministro que perdió a Escocia.
El líder conservador cree que la prioridad es afrontar la recuperación económica tras la pandemia de coronavirus que dejó más de 127.000 muertos en el Reino Unido. Por ello instó a Nicola Sturgeon, la ministra principal escocesa, a «trabajar juntos» frente a los «desafíos compartidos», invitándola a una reunión con otros líderes de gobiernos locales.
Sturgeon, por su parte, ya ha anunciado que presentará en el Parlamento escocés la legislación para poder celebrar la consulta una vez se supere la pandemia y que, si Johnson quiere pararlo, tendrá que llevar a Escocia a los tribunales. Si eso ocurre, «significaría que un gobierno conservador se ha negado a respetar la voluntad democrática del pueblo escocés», advirtió Sturgeon.