Organizaciones de todo el mundo enfatizan sobre los daños del tabaco al ambiente
Cada 31 de mayo se celebra el Día Mundial sin Tabaco, fecha promovida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) cuyo objetivo primordial es contribuir a proteger a las generaciones presentes y futuras no solo de las devastadoras consecuencias del tabaco para la salud, sino también de los flagelos sociales, ambientales y económicos que se derivan del consumo de tabaco y de la exposición al humo que desprende.
La nicotina contenida en el tabaco es sumamente adictiva, y el consumo de tabaco es uno de los principales factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares y respiratorias, así como de más de 20 tipos o subtipos diferentes de cáncer y muchas otras enfermedades debilitantes. Cada año se registran más de 8 millones de defunciones relacionadas con el consumo de tabaco.
En la mayoría de los casos, se produce a través del consumo de cigarrillos y con menor frecuencia a través del consumo de habanos, cigarros, pipas y otros. Se considera fumador a quien ha fumado al menos 100 cigarrillos en su vida y actualmente, fuma todos o algunos días.
El tabaco puede ser mortífero para los no fumadores. La exposición al humo de tabaco ajeno también guarda relación con resultados de salud adversos, y provoca anualmente 1,2 millones de defunciones. Casi la mitad de todos los niños respiran aire contaminado por humo de tabaco, y cada año mueren 65.000 niños por enfermedades relacionadas con el humo de tabaco ajeno. El consumo de tabaco durante el embarazo puede ocasionar algunos trastornos de salud permanentes a los bebés.
Este año, en el Día Mundial sin Tabaco, la Organización Mundial de la Salud (OMS) llama a reflexionar sobre los efectos perjudiciales que las empresas tabacaleras causan al ambiente. La entidad indica que estos daños al ambiente son enormes y van en aumento, lo cual agrava la escasez de recursos y la fragilidad de los ecosistemas. Bajo el lema “El tabaco: una amenaza para el planeta”, la OMS busca sensibilizar sobre el impacto ambiental del tabaco en todo su ciclo de vida: cultivo, producción, distribución, consumo y también por los residuos que genera.
Argentina no es ajena a esta situación y por ese motivo desde Fundación InterAmericana Corazón Argentina llaman a ratificar el Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT) no sólo con el objetivo de que el Estado cumpla con sus obligaciones en materia de salud pública, sino también para generar una herramienta eficaz para proteger al ambiente de las acciones de la industria tabacalera, garantizando y promoviendo el derecho humano a un ambiente sano para toda la población.
“Actualmente en el Senado de la Nación hay un proyecto de ley que tiene como objetivo la ratificación del tratado. Esperamos que este proyecto avance y sea apoyado por todos los partidos políticos”, declaró Marita Pizarro, codirectora de FIC Argentina. Y agregó: “Argentina es el único país del Mercosur y uno de los pocos países del mundo que no han ratificado el Convenio, a pesar de haberlo firmado en 2003. Esto nos deja por fuera de las discusiones globales sobre las estrategias más adecuadas para luchar contra el tabaquismo”.
El CMCT es el primer tratado de salud pública que insta a los gobiernos a implementar políticas de control de tabaco con los mejores estándares para proteger la salud de las personas. El tratado no sólo busca proteger la salud de las personas, sino que además incluye al cuidado del ambiente como uno de sus ejes centrales. En este sentido, impone como obligación a los Estados Partes “la protección ambiental y a la salud de las personas en relación con el medio ambiente por lo que respecta al cultivo de tabaco y a la fabricación de productos de tabaco, en sus respectivos territorios”. Además, establece que los Estados deben garantizar el acceso a la información de las personas sobre “las consecuencias sanitarias, económicas y ambientales adversas de la producción y el consumo de tabaco”.
En esta línea, el viernes 27 de mayo, organizaciones de México, Brasil, Colombia y Argentina, realizaron una conferencia de prensa para difundir una Declaración Regional donde denuncian las prácticas de responsabilidad social de la industria tabacalera ligadas a los temas ambientales y condenan el daño que sus empresas ocasionan en los ecosistemas. La declaración, además, hizo hincapié en la importancia del Convenio Marco: por un lado, las organizaciones regionales hicieron un llamado a los países que ratificaron el Convenio a que implementen de manera integral sus medidas y, por otro lado, solicitaron que los países que aún no lo han ratificado, como Argentina y República Dominicana, lo hagan con urgencia.
Los peligros de fumar tabaco:
● Cáncer de pulmón: fumar tabaco es la principal causa de esta enfermedad y es el responsable de dos tercios de las muertes por cáncer de pulmón en todo el mundo. La exposición al humo de tabaco ajeno también aumenta el riesgo de cáncer de pulmón. Después de 10 años de dejar de fumar tabaco, el riesgo de cáncer de pulmón se reduce a aproximadamente la mitad.
● Enfermedades respiratorias crónicas: el riesgo de desarrollar EPOC es particularmente alto entre las personas que fuman desde una edad temprana, ya que el humo del tabaco retrasa significativamente el desarrollo pulmonar. El tabaco también exacerba el asma, que restringe la actividad y contribuye a la discapacidad. El abandono temprano del hábito de fumar es el tratamiento más eficaz para retrasar la progresión de la EPOC y mejorar los síntomas del asma.
● Contaminación del aire: el humo del tabaco es una forma muy peligrosa de contaminación del aire de interiores: contiene más de 7.000 sustancias químicas, 69 de las cuales se sabe que causan cáncer. Aunque el humo puede ser invisible e inodoro, puede permanecer en el aire hasta cinco horas, poniendo a las personas expuestas en riesgo de desarrollar cáncer de pulmón, enfermedades respiratorias crónicas y reducción de la función pulmonar.
Otras consecuencias del consumo de tabaco son las siguientes:
● Diversos y numerosos tumores: pulmón, boca, laringe, páncreas, riñón, vejiga y otros.
● Enfermedades cardiovasculares: infartos, ACV, aneurismas.
● Partos prematuros: trastornos de la placenta, recién nacidos con bajo peso.
● Trastornos de la fertilidad.
● Dolores de cabeza, sensación de embotamiento y cansancio por intoxicación crónica con monóxido de carbono.
● Trastorno de las encías, mayor número de caries y pérdida de dientes.
● Alteración del olfato y el gusto.
¿Cómo se puede prevenir el tabaquismo?
Las medidas más efectivas desde el punto de vista epidemiológico son las dirigidas a evitar el inicio del consumo (aumento del valor de venta, restricciones de venta a menores de edad, etc.), y en nuestros hogares y trabajos, la implementación de los ambientes cerrados 100% libres de humo que ayudan a desnaturalizar el consumo.
¿Cómo se puede tratar el tabaquismo?
Sin apoyo para dejar de fumar, solo el 4% de los intentos funcionan. Si esto no es posible, la consulta con un profesional de la salud mejora ampliamente la probabilidad de dejar de fumar. Éste puede ofrecer asesoramiento, apoyo, consejo y medicación.
Toda la carga de enfermedad, invalidez y muerte que puede producir el tabaco, solo se detiene al dejar definitiva y completamente de fumar; no alcanza con fumar menos. Dejar de fumar puede resultar difícil, más hoy en día, con el estrés social y económico añadido que ha traído la pandemia, pero hay muchas razones para dejarlo.
Los beneficios de dejar de fumar son casi inmediatos. A los 20 minutos disminuye la frecuencia cardíaca. A las 12 horas, las concentraciones de monóxido de carbono en la sangre vuelven a la normalidad. Entre la segunda semana y los tres meses, la circulación y la función pulmonar mejoran.