Una infección generalizada
Mononucleosis, la enfermedad del beso
Repetidos casos en niños y adolescentes de una infección que no es rara pero sí poco frecuente • Síntomas y evolución, con los riesgos ante su alta posibilidad de contagio.
Victoria.- Ante la detección de varios casos de mononucleosis en la ciudad, consultamos a la pediatra y directora de Salud Municipal, Nelly Amilibia, sobre las particularidades de la llamada Enfermedad del Beso, anticipando que no se trata de una patología rara, aunque sí poco frecuente.
En tal sentido, de un tiempo a esta parte es bastante habitual en lo que son los diagnósticos de un consultorio de pediatría, continuó: “Porque generalmente se ve en niños de 5 años hasta adolescentes. Se trata de una enfermedad infecciosa, provocada por un virus que se llama Epstein Barr. El agente provoca una infección generalizada, afectando todos los ganglios del organismo”.
Añadió que, dentro de la sintomatología la mononucleosis suma malestar, fiebre y decaimiento: “generalmente lo que uno ve en el examen físico es el aumento de los ganglios, que son totalmente normales y los tenemos todos, pero frente a una infección como esta, se ven aumentados en su gran mayoría!”
Amilibia amplió que se notan mucho en la región submaxilar, y la zona del cuello. “El paciente generalmente acude con fiebre, decaimiento, malestar. Pudiendo estar acompañado de una angina también muy importante, membranosa, de color blanca. Y bueno, lo que uno escucha de cómo se siente hace sospechar esta enfermedad, que se corrobora después en laboratorio”.
La entrevistada dijo que esta infección no tiene una cura a partir de un remedio específico, sino que es autolimitante. “O sea, la enfermedad transcurre y uno va haciendo la medicación sintomática de lo que siente el paciente, que claramente es la fiebre, el decaimiento, al que se añade como paliativo se prescriben antifebriles, reposo y una dieta adecuada”
Sin embargo, Amilibia dijo que también pueden presentarse complicaciones, que van desde hepatitis a tocar otros órganos, “pero generalmente no es lo frecuente sino que curse en dos o tres semanas el cuadro y la persona vuelva a sus actividades normales, siempre con la posibilidad del contagio, que está latente, porque debemos pensar en que antes de la aparición de los síntomas, el paciente está incubando la enfermedad y como se contagia generalmente a través de lo que es la saliva, es por ese motivo que se la denomina ‘la enfermedad del beso’”.
También pueden darse contagios mediante un vaso compartido, utensilios de uso para alimentarse, “y del mate que nosotros somos tan habituados”.
Lo que preocupa a los padres, suele ser también el tiempo que su hijo/a, deja de asistir a las actividades regulares. Y por ello también consultamos a la profesional si queda alguna secuela: “Lo importante ante el primer síntoma es la consulta al médico, el diagnóstico, con certeza, no solamente tranquiliza a la familia sino ayuda a la recuperación, pudiendo acortar ese lapso, De todos modos, generalmente evoluciona muy bien, no trae consecuencias, y es una enfermedad que suele no repetirse”.
El paciente vuelve a las actividades regulares paulatinamente, entre ellas a las deportivas, luego que transcurra los síntomas más leves, “y en el caso de una hepatitis, o el aumento del vaso, que también puede pasar, se toman los recaudos, pero siempre se busca que retome ese tipo de exigencias recuperado totalmente”.