“La literatura tiene que ayudar a aprender cosas en la vida”
Crespo.- La escritora de literatura infantil y juvenil Maryta Berenguer estuvo en Crespo desarrollando una jornada de espectáculos de narraciones para alumnos de escuelas primarias y un taller sobre narración oral para docentes y público en general, en el marco de la Semana del Escritor y del Libro, que se desarrolló a mediados de junio organizada por la Subdirección de Cultura y Educación de la Municipalidad de Crespo.
Apasionada por la lectura y la escritura, Berenguer comentó durante una entrevista con Paralelo 32: “La literatura es sanadora, porque el que no lee se pierde la mitad de la vida. Yo no entiendo cómo hay gente que puede vivir sin leer y hay gente que no entiende como yo vivo leyendo. Buenos, está bien. Pero creo que el que no lee se pierde mucho más”.
Al definirse a sí misma, la entrevistada dijo: “Soy narradora oral escénica y maestra de narradores. Empecé hace muchos años, cuando todavía no estaba tan desarrollado este arte en el país. Vengo de la literatura y del teatro, las dos vertientes dónde abreva la narración oral. ¿Y por qué oral? Porque la palabra narrador también incluye al narrador que escribe. La polisemia que encierran las palabras… De ahí que adjetivemos ‘narrador oral’. En nuestro país hace bastante tiempo que empezó, soy una de las históricas, junto con Ana María Bobo, Ana Padovani, María Eguis. Yo, desde el interior, desde Bahía Blanca, ayudada por mi trabajo en radio, también”.
– ¿Es locutora también?
— Sí, pero siempre conduje programas, nunca desempeñé la locución comercial. Todos mis programas estaban vinculados con la Literatura. Luego fui profesora del Instituto Superior de Enseñanza Radiofónica muchos años en la carrera de locutor. Siempre estuve vinculada con la palabra, en todas las vertientes, desde la oralidad y la escritura. También soy autora de literatura infantil y juvenil, tengo más de 14 publicaciones en editoriales nacionales. Escribo novelas, sagas, policial, ciencia ficción, distintos géneros. Escribo poesía, cuentos en verso, cuentos cortos. De todo. He sido letrista de canciones para chicos. Es como un abanico, que parece mucho, pero en realidad varía en torno a un tema central: la palabra oral y escrita. También, gracias a las historias, conozco parte del mundo. He hecho escuelas y tengo escuelas de narradores. Las dos más importantes están en Bahía Blanca y Buenos Aires, que son los dos lugares donde vivo.
Narración oral escénica
– ¿Qué es el narrador oral escénico?
— La narración oral escénica está reconocida hace algunos años como un arte escénico, donde contamos sin portador de textos. Lo más parecido a lo nuestro es un espectáculo unipersonal. Obviamente, una persona debe tener formación teatral para eso; manejar el lenguaje escénico y sobre todo la voz.
– ¿Cuál es la diferencia con el stand up?
— El stand up se basa en la improvisación y nosotros contamos cuentos de autor. Contamos literatura, sea popular o de autor. Hacemos una edición oral de un cuento de Borges, por ejemplo. La escritura tiene una normativa, y la oralidad la suya. Lo que hacemos es una edición oral de una historia. A veces nos piden ‘hacé un espectáculo de tal autor’. Ahí le tenemos que preguntar al autor. Ahora ya no tanto, está muy socializado esto. Me acuerdo lo que me pasó hace algunos años con Abelardo Castillo, que hace muy poco falleció. Yo iba a hacer “Castillos de cuentos” sobre cuentos de Abelardo Castillo. Ya había elegido los cuentos para el espectáculo y le hablé. Castillo me preguntó qué iba a hacer. Le dije ‘yo voy a narrar’. ‘¿qué es narrar?’, me preguntó. Claro, hace diez años no estaba muy difundido. De manera que le expliqué. Él me dijo ‘Yo quiero que cuente ‘El candelabro de plata’. Un cuento larguísimo. Yo le dije ‘sabe lo que ocurre, Abelardo, que yo ya elegí los textos, le hablo para que sepa y me vaya a ver’. En esa época no estaba demasiado claro si los leíamos. Porque también está la técnica de la lectura en voz alta, como hizo en su época el gran Alfredo Alcón.
– Estaba Alberto Laiseca con sus cuentos de terror por el canal I-Sat. ¿Eso es narración oral escénica?
— Sí. Laiseca era un muy buen narrador.
– Uno quedaba absorto con microprogramas de Laiseca.
— Sí. Lo que ocurre es que el narrador, al igual que el actor, rompe la cuarta pared. No tiene cuarta pared. El narrador cuenta con el público, el actor actúa para un público. El actor necesita un escenario, público y autor. El narrador, un texto y un espacio escénico, que puede ser cualquier espacio.
– No hay un título de narrador oral escénico.
— No existen los títulos académicos. Se otorgan certificados de estudios. Hay muchos docentes y gente de muchísimas profesiones. Porque esta técnica optimiza los vínculos orales; cómo manejar una charla. Inclusive llegué a tener alumnos que era políticos y que les daba cosas no poder enfrentar una cámara o entablar una conversación, porque eran tímidos. Hay técnicas que permiten a una persona expresarse en forma oral, sin caer en… tener un lenguaje oral culto, saber adjetivar como corresponde, tener un tono de voz agradable.
– De narrador oral escénico, ni Cristina Kirchner ni Macri tienen mucho, supongo.
— Deberían haber tomado clases. Yo les he dado clases a políticos en algún momento, en mi Bahía Blanca natal. Me decían ‘yo voy a tener que hablar con el periodismo y no voy a saber cómo’. Existe la carrera de locutor. Yo creo que los políticos, además deberían tener una carrera que los prepare, no alcanza con ser abogados. Es una opinión mía personal. Deberían tener una formación filosófica y sociológica, una mirada del mundo mucho más humana. Y también saber comunicar. Porque no es fácil comunicar ideas, y a veces vienen enmascaradas las ideas y los pensamientos.
El público
– Debe estudiar de antemano el público ante el que va a narrar.
— Depende de los públicos. Un narrador profesional debe tener… no digo una cantidad infinita. Pero si tiene diez cuentos en su repertorio, va a tener un público muy acotado. Si, por decir algo, tengo un espectáculo que se llama, por ejemplo, ‘Cuentos de amor y de humor’, para adultos, llevo los cuentos que tengo preparados. Pero el que cuenta para todo público, tiene que adaptar para todo público. Somos nosotros quienes nos adaptamos, sobre todo, al público escolar, que es numeroso, heterogéneo. Es distinto a cuando preparamos un espectáculo cerrado, que por lo general no lo hacemos con los chicos en las escuelas. Podemos preparar un espectáculo en otro espacio, en una biblioteca, en un teatro. Y son varios los narradores. Yo no trabajo con otras personas, cuento sola. Me ha llevado esta vida andariega, he contado en todo el mundo, incluso en países que no son de habla hispana, pero donde hay comunidad hispano parlante.
– ¿Por ejemplo, donde contó?
— Por ejemplo, en París, donde hay una comunidad hispanoparlante. He contado en Bélgica, porque hay una comunidad, sobre todo de españoles. A Bélgica viajaron para trabajar en minas, se quedaban en Bélgica y formaban familias, pero guardaron su lengua. He contado en España. Otra cosa que hago es escribir para docentes.
– ¿Que escribió para docentes?
— Material teórico. En Brasil también he estado. Allá hablan en ‘portuñol’, que todos nos entendemos. En Puerto de la Cruz, en Tenerife, Islas Canarias, en una época tenía un espectáculo que se llamaba ‘Gardeleando’, donde contaba y cantaba la vida de Carlitos Gardel para adultos. Me han ido a ver alemanes, gente que no entiende nuestra lengua para nada, pero les producía mucha emoción. Porque está en el aire ‘Gardel es Gardel’, entonces está en el aire. También he ido a escuchar, en la feria del Libro en Buenos Aires, a Evtuchenko, un poeta ruso, que me conmovía y lloraba, por la forma en que transmitía. De ahí que es tan importante saber transmitir en la lengua propia, porque cuando uno sabe comunicar, a veces no importa lo que dice sino cómo se dice.
Escritora combo
– Cuando hablo con literatos, veo que hoy hay que hacer de todo ‘para llegar a fin de mes’. No estamos en los tiempos del literato profesional de un libro cada tanto.
— Lo que ocurre es que soy un ‘combo’. Porque, por lo general, se es narrador oral, autor, capacitador docente, periodista de radio o del periodismo escrito especializado de literatura para niños y espectáculos. Pero es un poco de todo eso. Doy laboratorio clínico del relato. Amo la literatura en todos sus formatos y amo la palabra oral, me encanta el ‘buen decir’. No soporto cuando escucho hablar con palabras groseras porque no hay necesidad de hablar groseramente para producir la reacción en el otro. Me interesa que se use, dentro del habla, el lenguaje oral culto, lo que no quiere decir ‘hablar en difícil’ ni en español antiguo. Es expresarse como corresponde.
– Hay un lenguaje popular o coloquial, un lenguaje vulgar y un lenguaje culto.
— No varía mi lenguaje personal o familiar o con los amigos, donde uno habla como quiere. Pero, los que manejamos medios de comunicación debemos saber cómo comunicar, fundamentalmente, porque además somos modelos, somos mediadores.
– El insulto o la ‘mala palabra’ tienen sentido en la descripción de una situación dramática que lo amerite. Pero excederse o exagerar la palabra en cualquier situación, eso es lo que torna grosero y vulgar el lenguaje.
— No hay motivo. Pedro Barcia, que es doctor en Literatura, muy sabio, el ‘memorioso’ de Borges. Fue presidente de la Real Academia Española en Buenos Aires. Hay argentinismo; dentro de las mil palabras que se han incorporado a nuestra lengua, está ‘boludo’, que ya no es un insulto, porque es un argentinismo. En mis novelas para chicos, la palabra ‘boludo’ existe porque si yo le pongo ‘recórcholis’ o cualquier otra cosa, los chicos van a decir ‘esta persona…’ Se pasan wattsapp, chatean y utilizan el lenguaje, pero está incorporado. Tampoco hay que caer en lo ridículo, no caer en la cosa ñoña.
– ¿En general, somos ‘mal hablados’ los argentinos? No solo por el abuso de las malas palabras, sino mal expresados.
— Yo creo que, a veces, hay gente que lo hace para provocar una reacción porque cree que con eso caen simpáticos. O tienen incapacidad para poder comunicar algo, no tienen un lenguaje relativamente amplio. Por lo menos saber adjetivar como corresponde. Porque sólo decir ‘esto es lindo’ o ‘esto es feo’… O decir ‘lógicamente’ … o el uso de los adverbios.
– Al haber viajado a otros lugares, ¿Ud. nota nuestra pobreza de lenguaje?
— No, porque, por lo general, a los lugares donde voy aprecian mucho la formación académica que tenemos en Argentina. Mucho. Porque también es cierto que las universidades sacan muy buenos profesionales. En España, cuando he dado un libro que se llama “Poesía para jugar. Un camino hacia la lectura”, destinado a bibliotecarios, docentes e institutos de profesorado, se tomó en prácticamente en todas las universidades. Se hicieron dos ediciones y lo compró un gremio docente. Yo fui a Barcelona y a Palma de Mallorca, gracias a esa publicación. En España aprecian mucho nuestra formación académica. Nuestras universidades nacionales. En la Universidad Nacional del Sur en Bahía Blanca recibimos gente de todo el mundo que viene a doctorarse o hacer maestrías. La universidad en Humanidades es excelente.
Biblioteca de estante abierto
– Ud. es directora de una biblioteca en Bahía Blanca.
— No soy la directora, soy fundadora. La biblioteca popular se llama “Pajarita de Papel” y es la primera biblioteca especializada en literatura infantil y juvenil que hubo en Argentina. La fundé hace 28 años un poco a espejo de las que Genevieve Pathé había fundado en Francia. Con ella me encontré una vez en un Congreso de Literatura Infantil. Yo pertenecía a la Asociación Argentina de Lectura, me interesó, viajé a Francia. Estuve investigando, vi con ella, y me interesó el sistema. Son ‘bibliotecas de estante abierto’
– ¿Qué significa ‘biblioteca de estante abierto’?
— Que no hay un mostrador donde se reciben los pedidos. La gente puede circular por las estanterías. Tenemos distintos tamaños y alturas para la biblioteca. Por una parte están los estantes para adultos, docentes y bibliotecarios. Y por otro para niños. No se ve a la biblioteca como una catedral, para nada. La biblioteca ambulante también, de ahí el nombre ‘pajarita de papel’ porque ‘vuela’ en busca de lectores. Ahí, semanalmente en turno mañana y tarde se reciben visitas y se los inicia en el uso de una biblioteca popular.
– ¿Cómo está el sistema de bibliotecas populares hoy?
— Nosotros tuvimos un problema en la provincia de Buenos Aires, al inicio de esta gestión. No nos depositaban los sueldos de los directores profesionales. Seis meses estuvieron retrasados. Nuestra biblioteca siguió pagando gracias al manejo de nuestra economía, y también porque pudimos generar otras entradas como seminarios. Porque somos especialistas. Luego eso se arregló y nos están aportando cada tres meses. Se está acortando la brecha. Con la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP), estuvimos un año en suspenso, pero acaban de depositarnos para cuentas corrientes. Y después dan un dinero a las bibliotecas populares para comprar libros en la Feria del Libro que se hace todos los años en Buenos Aires, a un costo del 50%.
Los lectores actuales
– No se está perdiendo universo de lectores.
— No. La cantidad de gente sigue. Hay usuarios y no hay crisis de lectura. Acá todos somos mediadores, no solo el docente y el bibliotecario. El que no tiene hábito de lector es el adulto, no el niño. No podemos pretender que un chico sea lector si en la casa no hay libros y jamás vio a sus padres leyendo. Es hasta ridículo eso, porque se aprende por imitación. Y también los docentes deben estar muy bien preparados. Habría que reformular… Trabajé durante 14 años en el Orden Técnico en la Provincia de Buenos Aires, he organizado congresos de lectura desde que era estudiante porque acompañaba a profesores que me veían tan entusiasta. Adquirí experiencia y aprendí a ser generosa como han sido mis maestros conmigo, para abrirle la puerta a las nuevas generaciones. A leer se aprende por las orejas. Nadie nace lector de textos escritos. Pero estamos pasando un momento complicado en la familia porque también los papás deben trabajar mucho. Hay familias donde la función de padre y madre es femenina, o la ejerce una sola persona. Hay una crisis de valores por la falta de humanidad que están teniendo los humanos. También veo una invasión de palabras y de costumbres, por ejemplo ‘El Día de San Valentín’. Los negocios mismos que ponen en inglés las ofertas de fin de temporada: ‘sale’, ‘off’. Gente que no sabe lo que quiere decir. A veces, la gente que no está tan formada lo acepta así, con naturalidad. Y creo que lo que nos hace a nosotros, como dijo la escritora Graciela Montes, es la palabra, nuestra lengua materna.
– Hay una cuestión con el idioma inglés, generalmente, me parece que el planteo es si el concepto existe en castellano, que se use en castellano. No es ‘sale’, es ‘venta’.
— Exactamente. Y hay que tener en cuenta lo que dijo Marshall MacLuhan: la tecnología es un instrumento un alargue de nuestro cuerpo. También tenemos una deformación de nuestra lengua escrita, a partir de los wattsapp, con las palabras. Por ejemplo, reemplazar ‘que’ por ‘ke’, que se escribe más rápido. Los que escribimos debemos tener muy en cuenta como comunicamos. Yo me mezclo con los chicos, hablo con ellos, hablo con mis lectores. Y me siento muy dichosa porque mis novelas son muy leídas. Mi saga “El viajero de los tiempos”, que ahora sale el cuarto tomo.
Quién es
Maryta Álvarez de Berenguer es narradora oral y maestra de narradores. Egresada de la Escuela de Teatro de Bahía Blanca, se especializó en literatura infantil, artes escénicas y creatividad. Es directora de la Escuela de Narración del Museo Argentino del Títere de la Ciudad de Buenos Aires, del Estudio de la Palabra de Bahía Blanca y de los Seminarios Intensivos en Puerto Madryn y Chascomús.
Dictó clases de teatro en todos los niveles de enseñanza, fue asesora pedagógica y capacitadora docente en campañas de lectura a nivel nacional y en la Provincia de Buenos Aires. Fue profesora de la carrera Locutor Nacional y del curso de narración oral, en el Instituto Juan XXIII de Bahía Blanca, filial del Instituto Superior de Enseñanza Radiofónica (ISER); directora y docente del seminario de narración y lectura en voz alta, en la Universidad Nacional de La Pampa.
Cómo autora, publicó en diversas editoriales cuentos, poesías, libros de textos, revistas, artículos, música para niños y cursos de capacitación para docentes. Entre sus libros más conocidos están “El botón de cuatro agujeros” y la saga “El viajero de los tiempos”, entre otros. Durante más de veinte años, condujo audiciones de radio para niños.
En 1989 fundó la Biblioteca Popular “Pajarita de Papel”, que desarrolla una vasta actividad sobre promoción a la lectura. Desde 2008 organiza y coordina las Citas de Narradores Orales donde participan narradores nacionales y extranjeros, discípulos y alumnos de sus escuelas.
Casada con Osvaldo Berenguer, tiene dos hijos varones, Diego y Sebastián, y es abuela de Mora y Abril.
Página web: marytaberenguer.com.ar
– ¿Por qué gustan tanto las sagas? Pienso en Harry Potter o ‘El señor de los anillos’
— Porque la aventura no se termina, va creciendo con los personajes, que crecen y van evolucionando junto con los lectores. Cuando me propusieron “El viajero de los vientos” nació como un cuento, luego me propusieron editar. Para que surgiera como saga tardé como 15 años. También hay un pudor de quien escribe. Una cosa es la edición de autor y otra es mandar a las editoriales. Cuando lo mandé a la Editorial Quipu, una de las pocas editoriales argentinas que tiene ediciones preciosas, todavía sigue siendo argentina y no se ha vendido a ninguna multinacional. Debemos cruzar los dedos por eso. Cuando empezó el primer ‘Viajero…’ que sale desde Bahía Blanca y va a rescatar un barco en la costa de Monte Hermoso, cuando todavía no era Monte Hermoso. Uno escribe desde lo que leyó y lo que vivió. Yo leí, como muchos, toda la colección Robin Hood. Rescato la aventura, porque es como decía Vladimir Propp, son los verdaderos motivos y los temas universales, que se van a seguir repitiendo y cambiando de formato y de protagonistas. Yo me propuse escribir desde nuestra perspectiva geográfica, de la fauna y la flora. Además, viajan por el espacio y el tiempo en un barril. El personaje está inspirado en un dinamarqués que conocí de chica en Monte Hermoso. Un amigo ingeniero mecánico me diseñó el barril en el que viajan. También colabora mi marido, que es matemático. A esta altura de la saga, los mismos chicos me dan temas. El barco ‘Lucinda Sutton’ naufragó antes que el lugar fuera Monte Hermoso y con eso se hizo el primer hotel de madera. La saga ya va por el cuarto libro, tienen peripecias espantosas, conocen extraterrestres. Los mismos chicos lectores me dan ideas. En el último tomo que va a salir los viajeros van a conocer la Atlántida y se encuentran con los atlantes.
– O sea estamos entrevistando a la ‘Harry Potter argentina’ (sonrisas)
— Ay! Ojalá (sonríe). Yo necesito más tiempo, porque ahora estoy escribiendo también sobre el bullying, que me han pedido que lo haga, porque entiendo que la literatura tiene que ayudar a aprender cosas en la vida. Sobre todos para niños y adolescentes.