Nutrición
La lactancia materna es esencial para asegurar una vida saludable y de bienestar para el bebé y la madre
La leche materna es un regalo de la naturaleza, un fluido vivo y complejo que ofrece innumerables beneficios para la salud y el desarrollo del bebé.
La leche materna es mucho más que un simple conjunto de nutrientes; es un fluido complejo y vivo que contiene lípidos, proteínas, hidratos de carbono, vitaminas y factores inmunológicos. Este producto biológicamente complejo actúa como un protector activo e inmunomodulador que estimula el adecuado desarrollo del lactante. Es por esta razón que la lactancia materna es considerada un pilar fundamental para una vida saludable y de bienestar, tanto para el bebé como para la madre.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha destacado que la lactancia materna es una de las formas más efectivas para asegurar la salud y supervivencia de los infantes. Sin embargo, las estadísticas de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) indican que en la Región de las Américas, solo el 54% de los bebés son amamantados en las primeras horas de vida y únicamente el 38% recibe lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses. Esta baja cifra conlleva riesgos para la salud de los bebés.
Con el objetivo de fomentar y proteger la lactancia materna, la OMS propone campañas periódicas, y en 2023, el lema es "Amamantar y trabajar: ¡hagamos que sea posible!" Enfocándose en la relación entre la lactancia materna y el trabajo, se busca garantizar derechos esenciales de maternidad, como una licencia de maternidad mínima de 18 semanas (preferiblemente más de 6 meses) y un espacio en el lugar de trabajo para amamantar posteriormente. Estas medidas son fundamentales para permitir a las mujeres amamantar durante el tiempo que deseen.
Los beneficios de la lactancia materna para el bebé son innumerables. Está comprobado que la leche materna actúa como un factor protector contra enfermedades infectocontagiosas, especialmente diarreas y enfermedades respiratorias, reduciendo la mortalidad infantil por estas causas. También disminuye los riesgos de leucemia, problemas atópicos, enterocolitis necrotizante, enfermedad celíaca y patologías gastrointestinales. Además, tiene efectos positivos en el neurodesarrollo y en el vínculo madre-hijo/a. Desde el punto de vista nutricional, favorece un peso saludable, previniendo el bajo peso, el retraso en el crecimiento y la obesidad infantil, así como enfermedades crónicas a largo plazo como la diabetes e hipertensión.
La lactancia materna también proporciona beneficios para la madre. Aquellas que pueden llevar a cabo la lactancia exclusiva tienen menos riesgo de cáncer de mama y ovario, favorece el descenso de peso, disminuyendo el riesgo de enfermedades cardiovasculares y el síndrome metabólico. Además, en las primeras horas después del parto, la lactancia ayuda a disminuir el riesgo de hemorragia materna al favorecer las contracciones uterinas. Un aspecto económico importante es que la lactancia materna implica un ahorro directo en la compra de fórmulas lácteas.
A pesar de todos estos beneficios, existen factores asociados a la interrupción de la lactancia materna. Entre ellos se encuentran creencias inadecuadas sobre la producción de leche, experiencias traumáticas durante el parto, depresión u otras alteraciones psicológicas, información ineficaz, y la incorporación temprana al trabajo o estudios. Además, hay patologías específicas que contraindican la lactancia materna, ya sea por posibilidad de transmisión al bebé o por la toma de medicación contraindicada con la lactancia.
La educación prenatal y postnatal sobre la lactancia es esencial para comprender las complicaciones que pueden interrumpirla y para disminuir los riesgos de complicaciones como grietas en las mamas y mastitis. Consultar con especialistas en lactancia puede brindar apoyo y asesoramiento en este importante momento de la vida, lo que puede hacer que la experiencia de amamantar sea beneficiosa para toda la familia.