Atención Temprana
Conmemorando el Día Mundial del Síndrome de Down: la Importancia de la atención temprana y estimulación cognitiva
Cada 21 de marzo, el mundo se une para conmemorar el Día Mundial del Síndrome de Down (SDD), una fecha designada por la Asamblea General de las Naciones Unidas para generar conciencia en la sociedad sobre esta condición genética. En esta ocasión, se destaca la importancia de la Atención Temprana y la estimulación cognitiva como pilares fundamentales para prevenir y ralentizar el deterioro cognitivo asociado con el Síndrome de Down.
El Síndrome de Down es una alteración genética causada por material genético extra en el cromosoma 21. No se trata de una enfermedad, sino de una condición genética que puede estar asociada con diversas patologías, como problemas cardíacos, visuales, auditivos y musculares. Aunque no requiere tratamiento médico, esta alteración genética provoca un desarrollo más lento, lo que subraya la importancia de la atención temprana desde el nacimiento.
Los programas de Atención Temprana, dirigidos a niños de 0 a 6 años con Síndrome de Down, buscan mitigar el retraso madurativo asociado con esta discapacidad, estimulando su desarrollo psicomotor, cognitivo, lingüístico y socioafectivo.
Los programas de atención temprana para la población con síndrome de Down plantean varios objetivos:
- Reducir los efectos secundarios que las características del síndrome de Down pueden tener sobre el desarrollo global del niño.
- Considerar al niño y a su familia como sujetos activos de la intervención.
- Realizar una intervención integral coordinada entre el centro escolar y el terapéutico.
- Introducir los mecanismos necesarios para eliminar barreras arquitectónicas y adaptar el entorno a las necesidades del niño.
- Implicar a toda la sociedad en el proceso, fomentando la sensibilización y la comprensión del síndrome de Down.
- Responder a las demandas terapéuticas específicas que la familia pueda necesitar.
Atender las necesidades de las familias implica abordar diversos aspectos relacionados con el síndrome de Down, incluyendo la comprensión de sus implicaciones y recursos disponibles en la comunidad. Esto comprende también modelos de comunicación e interacción con el hijo, así como la promoción de hábitos saludables en alimentación, sueño y cuidado general.
Para potenciar el desarrollo integral del niño con Síndrome de Down, es esencial establecer objetivos específicos e individualizados, brindando estímulos adecuados para su crecimiento y fomentando relaciones familiares positivas. Se busca promover la independencia en todas las áreas del desarrollo, ofreciendo actividades funcionales y apoyo continuo a la familia para que puedan adaptarse y aceptar la situación con sus propios recursos.