Sociedad
A full sobre una montaña rusa
** No es que uno añore los tiempos lentos. No. Definitivamente no. En todo caso los únicos lentos que añoramos son los que sonaban en los boliches de sábado por la noche, pero lentos, desde la perspectiva actual, eran también los cambios culturales, tecnológicos, e incluso laborales, porque la mayoría de las personas trabajaba en el mismo oficio o la misma empresa por años y en forma presencial. En aquellos tiempos que hoy miramos con binoculares, Argentina se asombraba porque después de medio siglo en blanco y negro la tele tenía color, porque después de ochenta años los autos comenzaban a tener (unos pocos de alta gama) aire acondicionado, y ardían las murmuraciones en las parroquias porque las chicas usaban faldas cortas, atrevimiento que tardó un largo tiempo en ser comprendido por los tipos que creían que ellas estaban pidiendo guerra, y las tipas que las consideraban desvergonzadas.
** Como notarás, te hablo de cuando la almohada de la cama matrimonial era una sola a todo el ancho de las dos plazas. De cuando el Geniol todavía te quitaba el dolor de cabeza, viniera del aire o del sol, del vino o de la cerveza, y los hombres se entendían en clave con el farmacéutico para pedir preservativos; pedirlos desenfadadamente era algo vergonzante. La aceleración del tiempo trajo el blanqueo público de este tabú, y no tardó mucho en traernos las publicidades por TV de las marcas de forros más famosas, y muy poco más en ser regalados como caramelos en plazas y colegios. Para no quedarse corto, en 2021 el propio ministerio de Salud, a cargo de Carla Vizzotti, licitó 10 mil unidades de penes de madera, dispensadores de preservativos, es decir el soporte para enseñar en las escuelas a colocarlos. Nunca se supo si llegaron a las escuelas y la diversión que pudieron haber generado en las aulas, pero esa es otra historia.
** Lo que tratamos de decir es que, hasta bien entrado este nuevo siglo, todo llegaba de a poco y de esa forma nos daba el tiempo necesario para conocer y comprender los cambios que se precipitaban cada vez con mayor intensidad. Pero la aceleración geométrica de la actividad humana es cada vez mayor (perdón por insistir). Se conocen miles de desarrollos nuevos en el campo virtual que ya ni vemos pasar y, en consecuencia, tampoco a entenderlos. Todo ocurre en el campo de la tecnología y básicamente en el mundo virtual, que parece ser el único que sobrevivirá y de él dependeremos todos, y el que no, será un marginal sin remedio, sin acceso a nada.