Una mirada ampliada al fallo de Playa Alta y su reforestación
Victoria.- El Juez de Garantías y Transición, Alejando Calleja, amplió algunos conceptos sobre el amparo ambiental interpuesto por el letrado local Carlos Guillermo Reggiardo luego que el Superior Tribunal de Justicia (STJ) avalara los argumentos de ésta y otras valoraciones que enriquecieron el expediente. Se refiere a una consulta al Colegio de Arquitectos, solicitada por Calleja, donde intervino la especialista Soledad Ferrería, que llevó a condenar a la Municipalidad a plantar 65 árboles para resarcir la tala de 35 especies autóctonas realizada para la construcción de Playa Alta, actualmente concesionada, por lo que se encomienda al concesionario velar por el cuidado y el mantenimiento de las mismas.
Hubo un primer planteo (bajo la figura de amparo) en 2018, catalogado como ‘Sol Micaela Alba y otros’, cuando la Municipalidad empezó las obras. Allí se daba cuenta de la deforestación y supuesta falta de un plan de integral. “Justo a mí me tocó ese amparo, le corrimos traslado a la Municipalidad, que a su vez dio cuenta de la existencia de un plan de obra, además del estudio de impacto ambiental. Acompañaron el proyecto con una planificación de reforestación de todas las especies enfermas que sacaron, diagramado por la paisajista Luciana Silva”, dijo Calleja a Paralelo 32, hecho que hizo darle la razón a la Municipalidad y rechazar aquella primera presentación porque —añadió— porque era evidente que no habían pedido información sobre esa obra antes de radicar la denuncia.
Apelaron el fallo, va al Superior (STJ) y le confirman a Calleja que “no hay impacto ambiental y la Municipalidad presenta lo que hará de aquí en más, y allí quedó el tema”.
Pasaron cuatro años, transcurso en donde el propio Juez menciona que pasó a diario por la zona costanera como parte de su rutina deportiva y no visualizó mayores intervenciones de ese tipo en el lugar. A la par, y sobre el tramo final de 2022, quienes explotaban el lugar precariamente (familia Núñez) accedieron por licitación a una habilitación por diez años; también en otro sector hubo concesiones de playa.
En este lapso descripto, Reggiardo se presentaría nuevamente ante la Justicia local, esta vez marcando la no concreción de aquella reforestación que en su momento la Municipalidad interpuso para desestimar el amparo inicial.
El Juez de Garantías y Transición mencionó además que “en estos últimos años la Ley de Amparo Común 6.390 se modificó por la 10.074, cambió su concepción y procedimiento respecto del ambiente. Es ahora un amparo específico, concreto, que aporta una visión más amplia y novedosa al Derecho, e incluye en varios aspectos al paisaje”. En este contexto, Calleja nuevamente le corre traslado (le pone en conocimiento de este nuevo amparo — N. de R.) a la Municipalidad y al concesionario, porque cualquier decisión lo iba a afectar a este tercero en cuestión, que en ese ínterin logró un derecho adquirido por la concesión pública.
Dentro de este nuevo panorama de acción, el Juez dijo a Paralelo 32 que pidió a Criminalística de la Policía que releve el arbolado de la zona con Google Earth, y lo compare con las playas que están a ambos lados. “Y busqué una ONG que pudiera brindarme un panorama del tema, y como no pude concretar esta cuestión la canalicé a través del Colegio de Arquitectos, que a su vez propone a la profesional Soledad Ferrería, especializada en el tema ambiental y paisajístico, así que la convoqué y realizamos una inspección judicial con todas las partes”.
Calleja menciona que in situ corroboraron que no plantaron ninguna de las 65 especies que se comprometieron a consolidar en el plan original. Y desestimó rotundamente el argumento del Ejecutivo donde replicaron haber plantado en otros sitios próximos a la playa. “El informe posterior de Ferrería habla de bajo impacto ambiental, pero hay un importante impacto paisajístico, cultural e histórico (que ahora sí contempla la ley. N de R), porque se discontinuó toda la ribera; se hizo una ventana sin ningún tipo de fundamentación y no está plasmado en expediente administrativo alguno, no tiene justificativo. Y la falta de arbolado es de fuerte impacto en contra de lo que se quiere, para la playa se necesita un espacio sombrado, perdiéndose además la importantísima contención tanto a la playa como a la baranda y a la costanera”.
Pensando a futuro
Victoria necesita seguir ampliando sus playas para satisfacer la mayor demanda turística y también la local, porque nuestra población crece. En ese sentido existe la idea –quizás ya el proyecto- para seguir ampliando hacia la zona de ingreso al Solar, que hoy tienen un número importante de árboles autóctonos. En tal sentido, le consultamos al doctor Calleja qué implicancias puede tener este antecedente judicial. A esto respondió que “este amparo es un caso concreto. Si hablamos de sentar precedente, está la obligación de convocar a todos los actores interesados u organismos especializados, porque no se trata de que soy el gobierno y hago lo que quiero. La zona costera no es de la municipalidad, es de la provincia (Entre Ríos)”.
En este último aspecto vale añadir que para el gobierno municipal está claramente establecido que esa zona es jurisdicción municipal. En entrevistas anteriores se nos dijo que existe un error, omisión o desconocimiento de la Ordenanza 3933. Se basan en que la ley 10671 declara “ANP usos múltiples” a la zona de humedales e islas, fijado por la ley 8855 (la norma que extendió el ejido a las islas), dejando la zona urbana fuera de las islas, lo que parece razonable porque de otra forma impediría a los gobiernos municipales la libre planificación de su territorio urbano, que no pertenece al ANP Victoria.
— ¿Y la cuestión de la autonomía?
— “Ahora está de moda esto de la intromisión de la justicia en la esfera pública. No estamos invadiendo nada, me llaman a resolver un problema, donde la primera vez les di la razón, pero en segunda instancia no fue así. Porque ese plan integral de la costa está parado y la arquitecta Ferrería, que conoce el tema, sugirió que de una vez por todas la Municipalidad se ponga a trabajar en ello. Teniendo en consideración, además, que no es propiedad de la Municipalidad sino de la provincia —insistió— y no se puede hacer cualquier cosa porque sí”.
Más adelante Calleja puntualizó: “Entonces, exhorto a la Municipalidad y al Concejo Deliberante a que se encare un proyecto integral de la costa, para evitar todo este tipo de inconvenientes, y considerando todas las voces interesadas y con capacidad de aportar a la idea. Puede ser con inversión municipal o privada, el tema es definir el cómo y compensar ese ambiente si se lo afecta de algún modo en pos del crecimiento”.
En esta línea el juez local dijo que no se puede ir en contra de la modernidad, “hay cosas de Playa Alta que están muy bien y las pondero en el fallo, pero a su vez tenés que compensar lo que sacás. En este caso (o en el proyecto ampliado a todo el borde costero) si vos sacaras 600 árboles tendrías que plantar 800, distribuyéndolos donde sea posible”.
Calleja dijo que al ser oriundo de otra ciudad (La Paz) ha reparado en las calles de Victoria y lo angostas que son sus veredas, hecho que tampoco favorece el arbolado público. “Y con las tormentas que asolan la parte de la costanera y las colinas, cada vez hay menos ejemplares. Pero hay que hacer notar que los árboles son de todos, la Ordenanza municipal así lo expone, no son de un particular ni del Estado Municipal”.
Sobre el final añadió que el Superior Tribunal de Justicia “no hace más que convalidar un fallo. Declarando, sí, la nulidad del astreinte, es decir la multa que obliga a pagar en el caso de no presentar el plan y no replantar un mínimo de 65 árboles. Una vez más, aclaro que esto no es una intromisión del Poder Judicial, la realidad es que en Victoria hay cada vez menos árboles en los sectores públicos destacados y hay que empezar a reponerlos por el bien de las generaciones futuras”.
Cumplimiento
Una fuente municipal informó a nuestro medio, extraoficialmente, que se disponen a cumplir adecuadamente con lo dispuesto en la sentencia y ya se encuentran implementando un plan para la implantación de los 65 ejemplares.
“La idea es que cada árbol tenga un número para hacerle un seguimiento al plan de reforestación en la playa, si es posible con un inventario y geolocalización para verificar árbol por árbol”, dijo la fuente.