Un estudio con ‘peces marcados’ detecta bajos niveles de reproducción
Según la investigadora Natalia Silva, hace tres años han comenzado un trabajo denominado “Peces Marcados”, en la zona de Corrientes, Chaco y Misiones, el proyecto lo financia la Comisión Mixta del Río Paraná, lugar de desove de las especies migrantes. La experiencia ha sido muy buena porque se ha contado con la colaboración de pescadores, cabañas que promueven la actividad y particulares, las tareas comenzaron en el 2019, tienen más de 4 mil peces marcados y 400 recuperaciones. Lograron para esto la colaboración de personas que no están comprometidas con el proyecto. En forma práctica, cuando los científicos capturan un pez le colocan una especie de tarjeta visible que tienen una marca y un número de teléfono, figura una inscripción con un Whatsapp. Piden a los colaboradores del proyecto y pescadores en general, que cuando capturen un ejemplar que tenga esta tarjeta le tomen una foto y envíen por Whatsapp al número que se indica en la misma, y el lugar donde fue capturado. “A pesar de lo complejo de este trabajo de investigación, hemos obtenido buenos resultados, inclusive nos envían el número del código del pez capturado. Con esos datos sabemos fecha y lugar donde fue marcado el mismo”, señaló, entrevistada por Paralelo 32.
Si bien el proyecto está en marcha, han tenido complicaciones. En principio porque el tiempo de investigación es aún corto, dos años de bajante histórica, sumado a la pandemia que disminuyó en forma notable la actividad pesquera.
Por todas estas cuestiones tratan de ser prudentes al momento de evaluar conclusiones, porque se trata de uno de los ríos más grandes del mundo, pero se están repitiendo algunos patrones.
Algunos datos
En períodos de bajante los cardúmenes se mueven menos que cuando las marcas hidrométricas son normales o en creciente.
Hay ejemplares que se vuelven a recapturar en el mismo lugar donde fueron marcados, indicando que en el cardumen algunos peces permanecen en ese sector del río y otros de mueven en distintas direcciones. Esto se demuestra por qué hay marcados que se encuentran a 50 kilómetros del lugar donde se realizó el procedimiento y otros que llegaron a 1.500 kilómetros, que fue el máximo recorrido que tienen hasta el momento.
Las especies con las que trabajan son «migratorias de largas distancias», entre las que se destacan dorado, surubí, pacú, manguruyú, patí especialmente, y el sábalo que tiene distinto comportamiento a lo largo de la cuenca. “Un dorado capturado en Paso de la Patria fue recapturado en la desembocadura del rio Uruguay, recorrió una distancia de 1.500 kilómetros», señaló Silva.
También otro ejemplar de la misma especie que se marcó en Paso de la Patria y fue recapturado dos meses después en San Pedro (Buenos Aires), a 900 kilómetros de distancia.
Esto vale también para nuestro delta, porque los pescadores también pueden colaborar, cuando encuentren peces marcados pueden informar al Instituto las características y lugar donde fue capturado, en función de los datos que tienen las inscripciones.
El proyecto Peces Marcados tiene como objetivo estudiar la vida y el comportamiento de las especies, pero frente a una bajante histórica del Paraná se presenta una oportunidad única para estudiar qué ocurre con el recurso en estas condiciones extremas del río. Los datos disponibles en estas condiciones se remontan a 1940.
Recurso
De ahora en adelante serán muy importantes las medidas o políticas que se lleven a cabo en las cuencas, porque hay tres ciclos reproductivos de los peces con bajos niveles de crecimiento, señaló. Algunas no migradoras, como la tararira y palometa, pueden haber mantenido más o menos su población, pero las de importancia económica, que se desplazan, tienen bajos niveles de reproducción en los últimos tres años. “Esto va a tener un impacto directo sobre la pesquería en los próximos años”.
Además de los problemas antes mencionados, las especies tuvieron menos alimentos, esto ocurrió con el sábalo, con río en bajante y aguas transparentes, con poco sedimento, no tuvieron un entorno adecuado. Para los depredadores tampoco fue una situación favorable.
Sábalo
En diálogo con Paralelo 32, Silva explicó que el sábalo tiene una distribución geográfica muy amplia a lo largo del río Paraná, en consecuencia, la realidad de la especie es muy distinta de acuerdo a los sectores de las cuencas. Es decir que no es lo mismo el desarrollo en la parte alta del mencionado curso de agua, en comparación a la cantidad de riachos y lagunas que hay en los humedales, como es el caso del delta. De todas maneras reconoció que son buenas las medidas restrictivas que fueron tomadas en estas latitudes (Entre Ríos, Santa fe y Buenos Aies) con respecto a la pesca, disminuyendo los cupos de exportación y prohibiendo la pesca varios días en la semana. No obstante ello, reiteró que la actividad pesquera será muy complicada en los próximos años.
Especies en peligro
Para la profesional, que forma parte del “Instituto de Ictiología del Nordeste” que depende de la Facultad de Ciencias Veterinaria de la Universidad del Nordeste, en la cuenca del Paraná no tienen especies en peligro y en riesgo de extinción.
Aunque se debe reconocer que hay una disminución de cardúmenes en ciertas zonas, consideró que se debe seguir evaluando cada caso en particular. Agregó que en Brasil, por ejemplo, se ha perdido el salmón por una cuestión de hábitat y no por la pesca.
Con respecto a la represa de Yaciretá (Argentina Paraguaya), ubicada al norte de Corrientes, explicó que con la modificación del ambiente acuático, aguas arriba del paredón que atraviesa el río, lo transformó en un lago, a diferencia del rio correntoso que había, modificando el comportamiento de las especies. Finalmente la profesional comentó que el programa de Peces Marcados va a continuar y en febrero renovaron el proyecto por un año más