“Un árbol para mi vida” es un proyecto de plantación de especies autóctonas que promueven la Escuela Nº 105 y UENI Nº 27
Crespo- Desde hace algunos años, por iniciativa de las docentes Iris Schneider de la Escuela Nº 105 “Patria Libre” y Alicia Segovia de la Unidad Educativa de Nivel Inicial Nº 27 “Pulgarcito”, se avanza en un proyecto muy ambicioso de construir un corredor biológico entre Crespo y Racedo, bordeando la ruta que une ambas comunidades. La base de la ciclovía será natural y se complementará con un arbolado lineal de especies autóctonas.
Sorteada la parte burocrática de las autorizaciones de Vialidad Provincial, primero, y de las prestadoras de servicios GasNea, Enersa y Telecom, desde las instituciones se decidió hacer el lanzamiento del proyecto en el marco del 91º aniversario de la Escuela Nº 105 que celebra su cumpleaños en coincidencia con el Día del Árbol. No obstante, la iniciativa recién podrá empezar a concretarse hacia fines de septiembre, con la colaboración del municipio que apoya y acompaña el proyecto “Un árbol para mi vida” haciéndose cargo de la traza de la bicisenda y la perforación de los hoyos para implantar los árboles. Además, en la persona de Miguel Pusineri, se contó con la ayuda para realizar el relevamiento completo del terreno y elaborar la planialtimetría.
El corredor verde o biológico, en una primera etapa cubrirá una trama desde las calles Ramírez y Estanislao López hasta Aldea San Juan. En una segunda etapa se concretará desde Racedo en dirección a nuestra ciudad. Es un proyecto colaborativo por cuanto los árboles nativos serán donados por familias de las dos entidades educativas, instituciones y empresas de la ciudad interesadas en participar.
El corredor, según explicaron las autoras del proyecto a Paralelo 32, acompañadas por las directoras de las instituciones a las que pertenecen, Corina Clauser (Escuela Nº 105) y Gabriela Seguí (UENI Nº 27), se concretará del lado derecho en dirección a Racedo, tratando de mantener todo el trayecto lo más natural posible y preservando las especies vegetales de interés existentes.
Hoy, las entidades educativas que llevan ven imposibilitado el objetivo de que por lo menos sus alumnos de 6º grado y sala de 5 años, que serán sus egresados de este año tan particular marcado por la pandemia, quienes puedan hacer la plantación de su árbol, con la identificación de su familia dadas las directivas vigentes. Sin embargo no pierden la esperanza de ser autorizadas en algún momento y con protocolos adecuados a cumplir con este sueño. Paralelamente, el proyecto contempla una parte pedagógica donde los alumnos incorporarán valiosos conocimientos sobre el cuidado de los árboles, sus beneficios, las especies autóctonas, entre otros temas.
“Iris y Alicia, son las promotoras del proyecto” –señalaron las directoras. Y acotaron que “es una manera hermosa de poder articular entre dos instituciones, coincidiendo en un proyecto fundamental, que da vida”.
Las docentes explicaron que “serán las familias, también los frentistas propietarios de los campos con quienes se habló y están de acuerdo, quienes se harán cargo del cuidado del crecimiento de las especies”. De este modo se busca generar una relación de compromiso familia-árbol, para garantizar la supervivencia, salud del árbol y su riego. De este modo las instituciones buscan contribuir a mejorar la calidad de vida de los habitantes de la zona y generar un compromiso y colaboración entre diferentes entidades. Por otra parte se pretende crear conciencia sobre la cultura del buen uso y cuidado del medio ambiente desde temprana edad, iniciar a los niños en la identificación de problemas ambientales y propiciar la importancia de los árboles en la vida de las personas.