Todo pinta mal … pero … (I)
Siempre parece que estamos escuchando lo mismo. La economía está mal y vamos a estar peor, pero algo no está funcionando de acuerdo con esto. La semana pasada planteaba que desde mi perspectiva podríamos tener “un año peligroso” en nuestro país y que había que estar atentos para actuar en consecuencia, al menos en materia de nuestras economías y finanzas personales. También mencioné en un artículo del 17/12/2022 llamado “Los conejos de don Sergio”, sobre los “parches” que el ministro tenía que ir colocando para mantener el barco a flote.
En las últimas semanas nos hemos ido enterando de 3 medidas muy importantes que se han tomado para solucionar problemas inminentes y por ahora parece que podrían funcionar. Por un lado, está la activación del swap con la República Popular China, lo que podría ayudar muchísimo con el compromiso que se había asumido con los importadores endeudados que habían hecho adquisiciones con sus propios recursos. El segundo pache ha sido la renegociación y canje voluntario de deuda que vencía en el primer trimestre de 2023 y que comentábamos la semana pasada. Esos vencimientos fueron trasladados a desde abril en adelante, incluso -y esto es aún más llamativo- hasta febrero de 2024 (con un nuevo gobierno que aún no se sabe de qué color político será) en una parte de esos compromisos.
Cualquiera me podría decir que en realidad esa deuda ya estaba en manos del Estado y son movimientos entre estamentos que dependen directa o indirectamente del gobierno, pero la realidad es que algunos privados también han renovado (aunque no sean tantos). Esto, en términos prácticos, es estirar la mecha de la bomba, esperando que en ese lapso caiga una buena “lluvia” para apagarla, o bien que si explota no sea en las manos este gobierno.
El tercer punto clave es la extensión del programa “precios justos” hasta julio del 2023 con un incremento controlado, lo que, de cumplirse, permitiría “percibir” una inflación mucho menor que los meses anteriores. Esta posibilidad de acuerdo está directamente relacionada con la activación del swap chino mencionado en el punto 1, sin el cuál sería posiblemente incumplible. Para que esto sea posible, es probable que el BCRA realice una devaluación más lenta de lo que viene haciendo con el dólar oficial, sin mejorar el tipo de cambio multilateral pero tampoco empeorándolo dado que el mismo es poco competitivo, pero no terminal. Si esto que he mencionado se va dando también es probable que se comience a bajar la tasa de interés que se está pagando, lo cual mejoraría el panorama general de la economía al permitir nuevos créditos. Por supuesto que todo pende de un hilo, pero todo parece indicar -aunque con muchísimos riesgos- que los “problemitas” podrían extenderse para más adelante.
Por otro lado, y como mencionaba al inicio, hay claramente una situación que no se condice con una crisis inminente (bares y restaurantes llenos, hoteles con precios elevados y completos, rutas llenas de camiones) y sobre la cuál expresaré mi opinión en la siguiente nota.