Tenemos un mundo maravilloso y ellos lo vieron todo
Crespo- El viernes 26 de agosto a partir de las 19.00, en el Salón del Colegio Sagrado Corazón de Crespo, se concretó una charla con entrada libre y gratuita a cargo de la “Familia Zapp”, quienes durante 22 años viajaron en un antiguo auto Graham-Paige modelo 1928 por más de 100 países.
La travesía inicial era unir Argentina con Alaska, pero finalmente, se convirtió en un viaje por el mundo, recorriendo más de 300.000 kilómetros.
Herman Zapp, hoy de 54 años, nació en Estados Unidos pero fue en la Argentina donde conoció a Candelaria Choveta, de 52, nacida en Chascomús. Iniciaron el viaje el 25 de enero del año 2000, cuando llevaban 6 años de casados y diez años juntos, tras recorrer la Argentina de punta a punta.
Con 3.000 euros y su viejo auto cargado de sueños, partieron hacia Alaska en un viaje que si bien tenían pensado realizar en 6 meses, les terminó demandando tres años, durante los cuales nació su primer hijo, Pampa, en Carolina del Sur, Estados Unidos. El ‘pequeño’ hoy tiene 20 años y más hermanos: Tehue (17, nacido en Capilla Del Señor, Argentina), Paloma (14, Canadá) y Wallaby (13, nacida en Australia).
Si bien la llegada de Pampa trastocó algunos planes previstos, tras volver a la Argentina en 2004 para el nacimiento de Tehue, decidieron continuar con su viaje y tras pasar por Estados Unidos y Canadá -donde nació Paloma-, llegaron a Australia, país que recorrieron de punta a punta y en el que en 2009 nació Wallaby, que los obligó a tener que ampliar el interior del auto para que todos pudieran viajar lo más cómodo posible.
Así siguieron
Desde Australia pasaron a Nueva Zelanda y, de ahí a Asia, donde, entre 2010 y 2012 visitaron China, Filipinas, India, Japón y Tailandia, para, entre 2012 y 2015, viajar por continente africano, en lo que fue la más larga y complicada etapa de todo su viaje a lo largo del mundo, ya que Herman contrajo malaria. “Nos asustamos porque estábamos en un país diferente al nuestro y con un lenguaje desconocido, pero por suerte me pude reponer y con el aval de la familia decidimos seguir adelante”, cuenta Herman.
Durante estos 22 años los Zapp se hospedaron en más de 2.000 hogares que los recibieron. “Es increíble la humanidad y solidaridad; muchos nos ayudaron solo por ser parte de un sueño. Tenemos un mundo maravilloso y hay que conocerlo. Lo más lindo fue conocer gente divina, quedan anécdotas, historias que guardaremos para siempre” expresaron.
Durante la travesía les pasaron millones de cosas. Algunas plasmadas en el libro que están presentando. Otras, tal vez se conozcan en alguna serie de Netflix o Amazon que se pueda imaginar a futuro, porque verdaderamente su historia es ‘de película’.
Les pasó de todo. Atravesaron Asia cuando había gripe aviar, África con el Ébola y Centroamérica con dengue. Además de los obstáculos que se presentaban a diario, el mayor problema era el tema económico, ya que el viaje demandaba mucho dinero. Pero su interminable ingenio ‘argento’ siempre los ayudó. “En cada lugar que parábamos la gente se nos acercaba porque les llamaba la atención nuestro auto y nos preguntaban de dónde éramos. Cuando les decíamos que éramos argentinos, nos decían `Messi, Messi`, y ahí aprovechábamos para venderles mis pinturas de pajaritos encuadradas en madera, almanaques con fotos del viaje que nos habían regalado y nuestro libro ´Atrapa tu sueño´, que editamos en 2004”, recuerda Candelaria.
«La idea era recorrer 20 países y terminamos visitando más de 100. Cumplimos dos sueños: conocer el mundo que Dios nos dio y formar una familia. En 22 años poco cambió en la Argentina. Política y económicamente estamos muy mal comparando con la gran mayoría de países que conocimos. Socialmente me encanta, es maravilloso Argentina, pero después tenemos todo para mejorar y cambiar”, opina Herman.
“La gente acá es solidaria, más humanizada, tal vez por lo mal que la pasa todos los días. Nunca dejamos de estar informados de lo que iba pasando. En lo económico, de los países que conocimos, Argentina está muy atrás. No es despectivo, es descriptivo, lo cuento desde mi óptica, desde lo que vi pasando por todos los continentes”, agregó.
¿Y ahora?
Superada la malaria, los Zapp dieron por concluido su viaje por África y decidieron continuar su periplo por Egipto. De allí viajaron hasta Oriente Próximo, Turquía y, entre 2015 y 2019, recorrieron Europa. A principio de 2019 decidieron emprender lentamente el viaje de regreso a la Argentina, por lo que bajaron a Brasil desde la Guayana Francesa. Tras disfrutar del Carnaval de Río de Janeiro se trasladaron a San Pablo, donde la pandemia no les permitió regresar.
Finalmente el Covid quedó atrás, las restricciones también, y los Zapp terminaron el viaje. Ahora están en la Argentina compartiendo su experiencia, con la idea de que, durante 2023, pueda comenzar una nueva travesía. “Tal vez en velero, es la idea”, confiaron a este medio.
“Nuestra realidad depende de nosotros, de nuestra realidad. En auto y sin dinero dimos la vuelta al mundo. Es el mejor ejemplo de que hay que soñar, más allá de la coyuntura económica o política que transitemos. Todo depende de nosotros. Pasamos 22 años inolvidables a bordo de nuestro fiel autito que si bien se rompió por primera vez apenas hicimos los primeros kilómetros rumbo a Alaska, se bancó las mil y una, como toda la familia”, comentó Herman.
Complicaciones
No todo fue sencillo, eso está claro. “La escolaridad de los chicos fue uno de los mayores desafíos. Yo seguía el currículum y el programa de cada uno. Cada dos meses teníamos que enviar pruebas por correo, no on line en ese momento, porque no estaba el auge tecnológico aún. Es la opción que se da en la Argentina para chicos que están afuera del país. Las maestras dan actividades y yo les ayudaba en el aprendizaje a mis hijos. No es sencillo, pero era clave no perder esa parte. Después ellos tienen conocimientos culturales, historias, que seguramente ningún par de ellos tendrá, como estar en la Tumba de Tutankamón o el Everest, ver la cadena alimenticia del África, el ecosistema. Pero una cosa no invalida la otra”, reconoció Candelaria a nuestro cronista.
“Ellos nunca se revelaron por el viaje, nunca se mostraron en contra. Creo que es porque ya nacieron ‘en viaje’. Para ellos lo normal era y es viajar. Siempre estuvimos en viaje, no los sacamos de una vida normal para llevarlos por el mundo de un día para el otro. Es más, ahora que paramos y estamos unos meses en nuestra casa en Buenos Aires, la misma que dejamos hace 22 años, ya extrañan viajar, experimentar, conocer lugares, asombrarse a diario. Se encuentran ahora con una rutina, que para muchos es normal, pero para nosotros no, nunca la tuvimos durante 22 años”.
El mejor lugar del mundo
“África, como continente, es el mejor lugar, por la aventura y la libertad con la que viven. Lo económico te obliga a estar alerta todo el tiempo, a veces no hay agua, no hay gasolina, tenés que organizarte, rebuscarte a diario. Pero ese lugar, el de mayores problemas, es el que más nos gustó. Por el desafío, por la gente, que vive muy relajada y siempre está feliz a pesar de todo. No tenían comida, pero siempre estaban felices”, coincidieron los Zapp.
“Por el contrario, países como Noruega, Finlandia y Dinamarca, que tienen todo en materia económica, de servicios y tecnología, tiene ciudadanos tristes y hasta aburridos, incluso con altas tasas de suicidios en adolescentes. Muchos tienen todo y no son felices”, agregaron.
A modo de reflexión, indicaron que “Calidad de vida es un concepto amplio. Materialmente tienen todo en muchos países, pero no están bien. Filipinas tienen mucha pobreza, pero su gente espiritualmente vive de una forma fantástica. No hay suicidios, la gente tiene ganas de vivir. Por eso digo que todo es relativo. Hablar de calidad de vida da para un largo debate”, plantearon.
El Papa y Messi
“A Messi lo conocimos en Barcelona. Fuimos a un entrenamiento y le dijimos “no tenés idea por cuántos lugares pasamos gracias a vos”. Decíamos Argentina, y nos decían “Messi”, y nos dejaban pasar. Primero fue Maradona, en los últimos años Messi. Es increíble lo que genera él en cualquier lugar del mundo”, comentaron a este medio.
“Con el Papa se dio que fuimos a verlo a Roma. Entramos por Venecia, jamás imaginamos que nos contactarían desde el Vaticano, sabiendo que estábamos ahí, para tener una audiencia. Un hombre cercano a él, que sigue nuestras redes sociales porque les gusta nuestro viaje y nuestra travesía, se enteró de que estábamos cerca y nos gestionó la chance de conocerlo”, agregaron.