A treinta años de la Reforma de la Constitución Nacional
Sobre la participación de Jorge Busti en la Convención Nacional Constituyente
Al cumplirse tres décadas desde la Reforma de la Constitución Nacional, se presenta un inmejorable marco para recordar lo que muchas veces se ha relegado, encuadrando este verdadero hito contemporáneo en un contexto más amplio y con mayor perspectiva histórica. Como ha expresado recientemente el Dr. Horario Rosatti, se trató de “el último gran acto de la política con mayúsculas en la Argentina”. Indudablemente, estamos haciendo referencia a la reforma constitucional más consensuada y democrática de la historia de la Argentina, en la que tuvieron voz y voto absolutamente todas las fuerzas del arco ideológico de aquel momento.
Haciendo un rápido repaso de los convencionales, surge un dato objetivo: el volumen y la envergadura política, social o jurídica de los mismos: Raúl Alfonsín, Néstor Kirchner, Cristina Fernández, Eduardo Duhalde, Eduardo Menem, Alfredo Bravo, Antonio Cafiero, Elisa Carrió, César Jaroslavky, Juan Carlos Maqueda, Eugenio Zaffaroni, Carlos Corach, Alberto Balestrini, Álvaro Alsogaray, Graciela Fernández Meijide, Aníbal Ibarra, Rubén Marín, Horacio Massaccesi, Ramón Mestre, Adriana Puiggrós, Carlos Reutemann, Adolfo Rodriguez Saá, Fernando “Pino” Solanas y el propio Horacio Rosatti, entre otros.
En el caso de Entre Ríos, el convencional que tuvo mayor protagonismo fue Augusto José María Alasino, dado que presidió el bloque de convencionales justicialistas. Y, al igual que sucedió con otras provincias, la nuestra tuvo la particularidad de estar representada por quien era el gobernador en funciones, Mario Armando Moine, y por quien ya lo había sido con anterioridad y volvería a serlo en el futuro dos veces más, Jorge Pedro Busti.
En ese sentido, pretendo hacer memoria sobre alguno de los aportes que el Dr. Busti, en ese entonces intendente de Concordia, realizó en la Convención Constituyente entre mayo y agosto de aquel año 1994.
En un acto realizó en el Parque Ferré de Concordia, el 7 de abril de 1994, Busti ya había anticipado que en Santa Fe no abandonaría su vocación militante y su ideario justicialista: “En la Convención Constituyente trabajaré como militante para darle rango constitucional a los Tratados Internacionales de Derechos Humanos y de esa manera reconocer en la Constitución, dándole mayor garantía jurídica y ética, a los derechos del niño, de los ancianos, de la mujer, de los discapacitados, de todos los seres humanos a vivir con dignidad”. Ése objetivo central se cumplió con creces.
Así fue que su trabajo estuvo centrado en tres áreas muy concretas, que de algún modo expresaron esa prioridad de valores y que guardan absoluta coherencia con lo que fue su trayectoria política: 1) los Derechos Humanos y la Integración Latinoamericana; 2) los sistemas de control del presidencialismo; 3) las Garantías para la práctica real del federalismo en Argentina.
Fue así como eligió trabajar en la comisión de Tratados Internacionales, presentando uno de los proyectos de integración continental y de Derechos Humanos mejor fundamentados y defendiendo el despacho de mayoría, que finalmente el Plenario consagró como texto constitucional. En su discurso, Busti afirmó: “La gente quiere volver a creer en el derecho y para que eso ocurra el derecho tiene que transformarse y ser un instrumento eficaz de modificaciones de las injusticias sociales, un derecho comprometido con el cambio social; y darle rango constitucional a los tratados de derechos humanos es un compromiso eficaz con las necesidades de la gente”.
De este modo se logró una reforma que dio jerarquía constitucional al Pacto de San José de Costa Rica y a la Convención sobre los Derechos del Niño; una reforma que consagra la constitucionalidad de la coparticipación federal, del amparo y del hábeas data; una reforma que reivindica la soberanía argentina sobre las islas Malvinas.
Del mismo modo, fue secretario de la comisión de Sistemas de Control y defendió posturas jurídicas de limitación del presidencialismo argentino. Intuyo que esta experiencia incomparable para todo dirigente político y todo el bagaje allí adquirido, le resultó inspirador para luego plasmarlo en gran medida en lo que fue la Reforma de la Constitución de la provincia, catorce años después.
Cuando hizo uso de la palabra para referirse al Núcleo de Coincidencias Básicas, Busti supo avizorar, más allá de los cuestionamientos coyunturales, la trascendencia que el consenso y la cantidad de actores políticos y sociales implicados le dio a la nueva Constitución Nacional: “Desde la militancia peronista, sin aditamentos, militancia peronista que no es sumisa ni obsecuente, que apoya a nuestro gobierno pero que hace los análisis críticos necesarios cuando la realidad así lo exige, desde esa militancia con compromiso social, en contacto permanente con la gente, es que yo, como lo dije en los barrios y colegios en la campaña electoral: considero que el Pacto de Olivos, polémico y criticado en la coyuntura, sin ninguna duda tendrá un reconocimiento histórico del pueblo argentino, porque permitirá evitar enfrentamientos estériles entre argentinos, a través del acuerdo de las políticas mayoritarias del país y fijar coincidencias básicas para esta reforma, y que la Nación Argentina tenga más controles para los que ejercen el poder, que los ciudadanos tengan más participación y que esta democracia sea más eficiente, en beneficio de la sociedad”.