Sembrando yuyos en la grieta
** El año XX-XX ya viene “como dentrando a salir”. Las hojas del calendario han caído casi insensiblemente. Salvo el gobierno nacional que nos agarró flojos de piernas y nos está llenando la canasta de melones, el universo de los tragasapos sabe que el año está perdido, lo que no hemos podido hacer hasta aquí ya no será hecho. En cambio nuestros gobernantes, que relajan el músculo a lo largo de los meses y en el embalaje final se paran sobre los pedales, nos metieron tres o cuatro biombos espejados en el Congreso y vaya a saber qué clase de orgías cometen detrás mientras discutimos con los espejos.
** Nos falta además comernos el sapo relleno con talco del famoso día 30 de diciembre, cuando tradicionalmente el Congreso Nacional ha tratado en un par de horas todos los asuntos pendientes y votan a carpeta cerrada todo lo que no se atrevieron cuando los medios periodísticos estaban atentos.
** Desde el bochornoso velatorio del Diego para meter ese mismo día el polémico pliego del Fiscal General y cuando te avivaste… andá a llorar al cementerio de Bella Vista, hasta la Ley de interrupción del embarazo, que forma parte del plan siniestro de biopolítica mundial y ya tiene media sanción, siguiendo por el cambio de fórmula de cálculo para actualizar las jubilaciones, que ya no estarán vinculadas con la inflación, también aprobado por la mayoría oficialista. Perdieron de nuevo los jubilados y nadie tiró piedras para defenderlos. Y un remate de carta abierta de Cristina para desgastar al Poder Judicial, que según ella debería someterse también a las reglas de elecciones libres y abiertas. Insólito, pero previsible.
Una república monárquica
** Insólito porque cada partido les ofrecería candidaturas a determinados jueces en ejercicio, y a abogados con ambición de sustituirlos, llevándolos pegados a su lista sábana. El partido o alianza que ganara tendría jueces que le deben el favor de haber sido incluidos en sus listas, más allá de que esa inclusión sería para los que ya son militantes. Para quien fuera que ganase una elección, sería una poco sutil manera de legitimar a jueces “del palo”. Grosera forma de alcanzar la suma total del poder vulnerando la sabia Constitución Nacional. Grosera forma de politizar la justicia para deslegitimarla luego.
** No podemos imaginarnos a los candidatos a jueces haciendo campaña proselitista, unos prometiendo hacer cumplir la ley, otros prometiendo incumplirla, y un pueblo que no le creería a ninguno de los dos.
Tanto esfuerzo para igualarnos con Cuba y Venezuela no hacía falta en el cierre de un año jodido que no necesita ayuda. Tampoco esto de echar semillas de chilcas y sorgo de Alepo dentro de las grietas, donde ni falta hace porque la gramilla viene sola.
El país que fuimos
** La realidad desnuda no necesita de relatos ni discursos. En los años 60 y comienzo de los 70 la pobreza era del 3% y los chicos de las villas no eran peligrosos. No se fumaba paco ni marihuana, ni crack ni cocaína, porquerías muy difíciles de conseguir porque los políticos tenían límites éticos y uno de ellos era no transar con los narcotraficantes, que sin la complicidad de gobernantes, jueces y policías, no pueden actuar con tanta impunidad.
** La ‘droga’ disponible más peligrosa era la Coca Cola (mito de entonces), menos dañina que hoy cuando sale con un 18 de fernet. Existía la movilidad social donde el hijo del obrero podía recibirse de doctor. La cultura del esfuerzo era socialmente muy bien vista. El que hacía plata trabajando y la invertía generando trabajo y circulación monetaria no era un lobo al que había que abatir, ni la vaca que había que ordeñar, sino el caballo que tira del carro, como le gustaba decir a Churchill.
** Sin capital no hay trabajo, si el escocés James Watt no se hubiese convertido en millonario por adaptar el motor a vapor de Newcomen, no se habría producido la revolución industrial con todos sus defectos y virtudes, ni el desarrollo de los ferrocarriles. Sin empresarios y hasta el más humilde cuentapropista que aportan a la Afip, ¿de qué vivirán los desocupados, los desclasados, los ñoquis, los desamparados, los cansados, los avivados, los militantes becados…?
Cebollita y huevo
** Pasan las décadas y sigue teniendo vigencia la polca de Jorge Marziali:
(…)
A ver señora vecina
si se mete en la cocina
y prepara con amor,
un guisito de esperanza
para calmarle la panza
al que siempre trabajó.
Tenga los ojos alerta
bien cerquita de la puerta
no se vayan a colar
los que se comieron todo
con las manos sucias de la indignidad.
Vamos a empezar de nuevo
cebollita y huevo, pan y libertad,
que paguen los que han robado
y los humillados y los olvidados
y los engañados …
que no paguen más.
Aquellas canastas de Navidad
** Los afanes de nuestra vida durante el año se agotan. Los arbolitos ya están armados y ayudan a imaginar un mundo ideal; pero la huella de la realidad es honda y por más que uno quiera apartarse cae en ella al primer descuido. Para amenizar esta columna un tanto densa nos haría falta ahora mismo don Leoncio, pero el viejo se cuida de lo que ya casi nadie habla (covid) y no es fácil hallarlo. Días pasados recorrió el pueblo buscando al comercio que rifara una canasta (un canasto, dice él) de Navidad. Volvió decepcionado. A esa vieja y bella tradición se la llevó en la mudanza el último almacenero vencido por las góndolas y las ventas e-comerce. Ya nadie sueña con los inalcanzables turrones y budines que aquellas canastas mostraban desde el gentil celofán.
** En la vereda, unos yuyos se abren paso a ojos vista por entre las juntas de las baldosas. En instantes, el siseo se vuelve un rumor grave y los yuyos una espesura que levanta las baldosas e invade y carcome, con gruesos tallos sarmentosos, los muros. Son una metáfora de la realidad, que he leído por ahí.
** Seguro puede salvarnos de ésta la Madre Teresa de Calcuta, que razonó de este modo:
El día más bello: hoy
La cosa más fácil: equivocarse
El obstáculo más grande: El miedo
El mayor error: Abandonarse
La raíz de todos los males: El egoísmo
La distracción más bella: El trabajo
La peor derrota: El desaliento
La primera necesidad: lo que hace más feliz
Lo que hace más feliz: ser útil a los demás
El misterio mas grande: la muerte
El peor defecto: el mal humor
La persona más peligrosa: la envidiosa
El sentimiento más ruin: el rencor
El regalo más bello: el perdón
Lo más imprescindible: el hogar
La ruta más rápida: el camino correcto
La sensación más grata: la paz interior
El resguardo más eficaz: la sonrisa
El mejor remedio: el optimismo
La mayor satisfacción: el deber cumplido
La fuerza más potente del mundo: la fe La cosa más bella de todas: el amor