Se mantienen estables las principales poblaciones de peces del río Paraná
Científicos de varias instituciones nacionales y provinciales describieron la evolución histórica de los desembarcos pesqueros de los últimos 85 años en la cuenca del Plata. Determinaron por primera vez la situación poblacional de 27 especies ictícolas bajo explotación comercial. La abundancia del sábalo y el dorado en la parte media y baja del río declinó un 3 y 5%, respectivamente. El estudio fue publicado en la revista científica Neotropical Ichthyology.
El pacú y el manguruyú mostraron tendencias positivas con incrementos poblacionales del 8% y el 15% anual en el sector monitoreado de las pesquerías de la provincia de Chaco, indicando que sus poblaciones están en aumento.
En el tramo medio del río Paraná, entre Rosario y Reconquista, 15 de 21 especies monitoreadas durante los últimos 15 años mostraron tendencias poblacionales estables o positivas, mientras que 6 especies declinaron.
Este estudio realizado por un equipo interinstitucional de biólogos fue publicado recientemente en la revista Neotropical Ichthyology. El equipo de investigación estuvo coordinado desde el Instituto Nacional de Limnología (INALI, CONICET/Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe) e integrado por un nutrido grupo de colaboradores de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura de la Nación, del Instituto de Ictiología del Nordeste (Universidad Nacional del Nordeste, Corrientes), del Departamento de Fauna y Pesca de la Dirección de Fauna y Áreas Naturales Protegidas de Chaco y de la Dirección General de Manejo Sustentable de los Recursos Pesqueros de Santa Fe.
Procedimiento de análisis
En una primera etapa, el equipo reunió las estadísticas pesqueras nacionales desde 1934 a 1986 en 113 puertos de desembarco distribuidos los ríos Uruguay, de la Plata, Paraná, Paraguay y Bermejo; y datos de exportaciones de pescado de río desde 1994 a 2019.
En una segunda etapa, el equipo analizó la información de dos programas de monitoreo de pesca experimental (uno en el Paraná Medio y otro en el alto Paraná) y dos programas de monitoreo de capturas de pescadores comerciales (uno en la provincia de Santa Fe y otro en la provincia de Chaco). También utilizaron modelos matemáticos para comparar variación de especies, altura del río, estación del año y región, entre otros.
Situación de las principales especies
Entre los hallazgos del estudio, los investigadores observaron que el sábalo y el dorado tienen poblaciones estables en la parte alta de la cuenca, pero muestran declinaciones anuales leves de un 3% para el sábalo y un 5% para el dorado en la parte media y baja de la cuenca. «Esto podría deberse a una mayor presión de pesca en la parte baja de la cuenca y a fluctuaciones poblacionales de largo plazo, producto de la menor producción de juveniles durante los últimos años», analizó Danilo Demonte, de la Dirección de Recursos Pesqueros de Santa Fe.
Mejora para especies amenazadas
En el rango de las especies consideradas popularmente como «amenazadas», como el pacú y manguruyú, mostraron tendencias positivas con incrementos poblacionales del 8% y el 15% anual en el sector monitoreado de las pesquerías de la provincia de Chaco, indicando que sus poblaciones están en aumento. La boga y los armados, a pesar de ser muy explotadas comercialmente, también mostraron un aumento de un 7% a un 13% anual en el Paraná Medio.
«Esta tendencia podría deberse a la mayor disponibilidad de alimento que tienen estos peces, ya que son los principales consumidores del mejillón dorado, una especie invasora que ha crecido en abundancia en las últimas dos décadas», remarcaron los científicos.
Tendencia decreciente
Un resultado notable del estudio es que, entre la ciudad de Corrientes y la represa de Yacyretá, la mayoría de las «especies de cuero» o «bagres» (manduvés, bagre amarillo, moncholo, surubí y manguruyú, entre otros) están declinando. «Este fenómeno estaría asociado al aumento en la transparencia del agua que sufrió el río Paraná aguas arriba de la ciudad de Corrientes, producto de la instalación de represas en parte alta de la cuenca», asegura Sebastián Sánchez, investigador del Instituto de Ictiología del Nordeste, de Corrientes.
Conclusión
El estudio concluye que «el manejo pesquero del río Paraná no debe reducirse sólo a establecer límites al volumen de extracción, dado que las poblaciones de peces son afectadas por una multiplicidad de factores, además de la pesca. Las principales especies del río Paraná, como el sábalo, el surubí, el dorado y la boga, tienen un gran potencial reproductivo y pueden recuperarse de episodios de alta presión pesquera si existen condiciones ambientales favorables para la reproducción. Esto las hace a su vez, muy sensibles a los cambios en la conectividad entre el río y su llanura de inundación, a la destrucción de los hábitats de cría y a la regulación del régimen hidrológico del río, como ocurre en las zonas afectadas por represas hidroeléctricas en varios sectores de la cuenca», expresaron.
Por último, los investigadores recomiendan que «el manejo pesquero debe tener una perspectiva ecosistémica, regulando todos los procesos que mantienen en funcionamiento saludable al ecosistema. Esto implica el control de la contaminación ambiental, la conservación de los hábitats de cría, el mantenimiento del régimen hidrológico natural, y un monitoreo continuo y eficiente de la presión de pesca a lo largo de toda la cuenca». (fuente: El Litoral)
N/R Incorporamos esta información por el valor estadístico, pero se debe tener en cuenta que toma referencias hasta el 2019. Esto se diferencia de lo que está ocurriendo actualmente con la bajante histórica del río Paraná, un fenómeno atípico que ha modificado todo el ecosistema del río.