Restauran la fuente del Museo Anadón
Victoria.- Felipe y Raúl González, de la firma Art Restauro, están llevando adelante la puesta en valor de la fuente alojada en el jardín de la casona donada por Isidro Gerónimo ‘Giro’ Balbi al Museo Anadón (Congreso Nº 593), y ayer brindaron una rueda de prensa de la que también participó su director Claudio González.
Esta empresa es conocida en la ciudad por su intervención en la estructura e interior de la por entonces Parroquia Aránzazu, incluyendo sus pinturas; y también hicieron lo propio en el Palacio Municipal, y en el plano provincial, han trabajado en el Teatro 3 de Febrero, entre otros edificios.
“Somos muchos los González”, dijo en broma el director sobre la curiosa coincidencia, para luego afirmar que el apellido mayoritario en la ciudad de Victoria es Albornoz.
La soleada mañana invitaba a disfrutar de ese cálido lugar florido en el que otros empleados municipales hacían tareas de jardinería mientras se podía apreciar la centralidad de la fuente que está delimitada por andamios sobre los que ya se está trabajando. “La intención es recuperar la integridad estructural de esta pieza, a la vez que su uso principal”
El director del Museo añadió que la valoración de este objeto tan particular por su ornamentación y nivel detalle, ha sido una preocupación desde que asumió su rol al frente de este espacio, y gracias a que la Asociación Sanmartiniana tuvo la idea de presentarlo como proyecto dentro del Presupuesto Participativo, y fue seleccionado por su factibilidad, están pudiendo avanzar en su restauración con esta empresa.
Raúl González dijo que un análisis preliminar mostró que el paso del tiempo ha causado un daño estructural sobre el que Felipe (su hijo y también técnico en restauración) tiene mayores precisiones porque ha trabajado puntualmente en ese aspecto. “Pero es el que mayormente afecta a los edificios históricos que datan de esta fecha, el envejecimiento de los materiales, cuyo sistema constructivo es muy similar: hierro, cemento, piedra y revestimientos”.
En ese primer abordaje se identificó una debilidad estructural, “por lo que fue necesario vallarla, y ante el riesgo de caída, optamos por protegerla hasta ahondar más en sus alcances. Nuestro trabajo no será solamente devolverle la solidez, ya que también al ser una fuente de agua, necesita un recubrimiento especial por su exposición a la humedad, que a su vez le agrega un peso adicional”, puntualizó, y expresó que se trata de una restauración pensada integralmente a su funcionalidad, si bien aclaró que en su construcción se pensó conectada al agua corriente, y que se adaptará a un circuito cerrado de recirculación, para evitar el derroche del vital elemento.
Felipe González, por su parte, anticipó que la primera intervención será entonces consolidar esa estructura endeble, afectada por la humedad y la corrosión, “entendemos que todo el encadenado de hierro que sostiene el plato superior se oxidó, y se fue desprendiendo el material, solucionaremos esto y luego continuaremos por la parte cosmética, la estética; y por último la puesta en funcionamiento de la fuente”, el plazo de obra estimativo es de 90 días.
Para igualar el revestimiento cementicio, la empresa envió una muestra a Buenos Aires, donde la Ingeniera Claudia Arce, realizará una devolución de la composición, “para que repliquemos en esas proporciones nuestra intervención de la ‘piel’ de la fuente”, precisó Raúl González. Sobre el final los restauradores destacaron el nivel de singularidad de esta pieza ornamental, que presenta características únicas de construcción, asociadas a las personas que trabajaron en la edificación de la propiedad, y que se hicieron aquí especialmente (como la utilización de piedra caliza en su base), no como ocurre en la actualidad donde por estandarización y costos, muchas fuentes se replican en serie (pre-moldeados) o tienen partes comunes para favorecer cualquier reemplazo.