Raúl Timerman: “Hoy la política dirime tres cosas: poder, negocios y blindaje jurídico”
El consultor político Raúl Timerman estuvo en Paraná el miércoles 13 de septiembre presentando el libro “Quiero ser candidato” en el Hotel Howard Johnsons Mayorazgo. El evento fue organizado por Grupo Mercado. El libro fue escrito por Timerman y Juan Carlos Malagoli y es un manual sobre organización profesional de campañas electorales, a partir de una vasta experiencia que los autores tuvieron en más de 200 campañas electorales en la última década y media. En particular, se involucraron en la campaña a la presidencia de Daniel Scioli; también habían organizado la campaña que llevó al sillón de Rivadavia a Néstor Kirchner en 2003. Timerman desarrolló su actividad profesional en la industria, especializándose en gestión de organizaciones. Luego de retirarse, fue realizando trabajos en gestión, marketing y medios. “En 2002 yo hacía un programa en Radio El Mundo con Julio Bárbaro, que estaba en el Grupo Calafate que proponía a Néstor Kirchner como presidente. Lo fuimos a ver a Alberto Fernández que estaba con Kirchner y nos contrató. Ahí empezó nuestro trabajo en marketing político. En Primera A, con una candidatura presidencial, y más al ganar la presidencia. La idea original del libro era estudiar las campañas de Scioli y de Macri. Entrevistamos a mucha gente que trabajó en ambas campañas. Ahora, vamos a hacer un documental. La idea de este libro es que cualquiera puede ser candidato, a presidente, a la comisión de una biblioteca popular. Es un manual sobre cómo hacer una campaña electoral”, comenzó la entrevista Timerman.
Candidatos, elecciones y errores
– A uno le ‘hace ruido’ lo siguiente: ‘cualquiera’ puede ser candidato y capaz que gane…
— … Pero las elecciones no se hacen con los que ganan, se hacen con todos. Cuando compiten Macri, Massa y Scioli. Está claro que Massa no puede ser presidente, pero hace campaña, tiene un objetivo que no es ganar, porque no puede ganar. Aparte hay otros, Stolbizer. Un proceso electoral son todos los candidatos con sus equipos de campaña, con el contexto que los rodea. Ese es el marco de una campaña electoral. La idea del libro es que cualquier persona que se crea con condiciones y quiera ser candidato encuentra un manual de cómo debería encarar una campaña electoral. Cosas muy profesionales están descriptas en el libro, y también están descriptas cosas muy amateurs. Comportamientos acertados y comportamientos errados. Una campaña electoral es lo más parecido a una guerra, pero dura un período corto. Una guerra que un día termina, pero para la gente que le gusta ese mundo se segrega mucha adrenalina.
– Hoy en día los candidatos ya no cometen errores de amateur.
— Sí, se cometen muchos errores.
La campaña Macri-Scioli-Massa
– Por ejemplo, los errores en la campaña Macri-Scioli-Massa.
— En general, se ven menos los errores en el ganador que en el perdedor. Macri tomó todos los riesgos necesarios que debía tomar para ser un ganador cabal. Primer riesgo: dijo mi candidato a jefe de Gobierno en Capital Federal, es Horacio Rodríguez Larreta. Estaba 30 puntos por debajo de Gabriela Michetti. Macri dijo ‘compitan, pero mi candidato es R. Larreta’. Si R. Larreta pierde la interna, es difícil que Macri hubiera sido presidente después. Si Larreta pierde el balotaje con Lousteau, es difícil que hubiera sido presidente. Segundo riesgo que tomá fue decir ‘mi candidata en Provincia es María Eugenia Vidal’. No la conocía nadie. Felipe Solá dijo ‘Heide va a ser candidata, ¡pan comido!’. Todo el ‘círculo rojo’ le decía ‘arreglá con Massa’. Macri dijo: ‘Con Massa no arreglo porque pierdo identidad, sigo con lo que soy’. No arregló con Massa, fue un riesgo terrible. Después, cuando pasa todo eso, Macri se da el gusto y le ofrece a Michetti la vicepresidencia. Lo que lo pone en un gesto sin rencor, a pesar que cagó a todos los que apoyaron a Michetti en la campaña. Quizás no él, Marcos Peña. A Lombardi no lo nombran ministro, lo único que quería. A Montenegro lo mandan a Uruguay de embajador; a Pinedo, que es la principal espada política que tenían, lo ‘frizan’ totalmente. A Daniel Chaín lo nombran secretario de Obras Públicas y después lo echan.
– ¿Fue determinante que muchas decisiones las haya tomado Cristina?
— Sí, eso fue determinante. Scioli no pudo tomar muchas decisiones por medios propios.
– ¿Cuántas decisiones de Macri corresponden a Durán Barba?
— Lo de Larreta candidato, no fue decisión de Durán Barba. En el 2011 se bajó Macri de la presidencial por consejo de Durán. Era una elección no competitiva. Cristina sacó el 54% y el que le siguió, 17%.
– ¿Qué errores cometió Scioli?
— Cristina tomó la decisión de que Zanini sea candidato a vicepresidente. Scioli lo anuncia, pero Cristina le venía diciendo hacía seis meses a Florencio Randazzo que iba a ser el vice. Fue una traición terrible. Randazzo no acepta ser candidato a gobernador en Buenos Aires. Entonces Cristina dice ‘que juegue el que quiera’. Se forman las fórmulas Fernández – Sabatella y Domínguez – Espinosa. Aníbal Fernández era un ‘piantavotos’, no podía ser gobernador nunca. ¿Qué tenía que decir Scioli? ’Mi candidato en las PASO es Domínguez’. No lo dice. Gana Aníbal Fernández y Scioli se lo banca. Lo que termina de decidir la elección es la ventaja sideral que le sacan en Córdoba a la fórmula del peronismo porque lo odian a Zanini. ¿Por qué? Porque cuando se produce la huelga policial en Córdoba, en 2014, el gobernador era De la Sota, y Capitanich le niega las fuerzas federales que pedía para controlar la seguridad, por orden de Zanini. Los cordobeses castigaron mal a Zanini y los bonaerenses castigaron a Aníbal Fernández. Como resultado, Scioli no fue presidente.
– ¿Por qué Zanini no mandó las fuerzas federales a Córdoba?
— Quizás quiso sojuzgar a De la Sota, que es un fenómeno extraño. Posiblemente De la Sota sea el mejor cuadro político del peronismo histórico, pero no tiene votos. Duhalde quiso que sea presidente en 2003, pero no pasaba del 3% de intención de voto a nivel nacional. El electorado termina votando lo que siente que es mejor para él.
Los medios
– ¿No fue fundamental la campaña de Clarín en torno a ‘La Morsa’ y el tema narco contra Fernández?
— Lo del narco fue de Lilita… Yo creo que Eduardo Duhalde recibió el país en llamas, literalmente, y le entregó a Néstor Kirchner algo bastante organizado. Remes Lenicoff se comió la pesificación asimétrica, hizo el trabajo sucio. Creo que los argentinos le deben un reconocimiento a Duhalde por lo que hizo. Pero Lilita instaló que Duhalde es narco y se acabó la carrera política de Duhalde. Fíjense que cuando Carrió empieza a decir que Sergio Massa es el jefe del narcotráfico en la zona Norte, Massa se alía con Margarita Stolbizer, y a partir de ese momento Lilita no habla más del tema. Margarita es un blindaje para Massa, lo alejó del peronismo pero lo blindó contra las acusaciones de Lilita. Y sí, la prensa siempre juega un rol, todos los medios tienen cierta influencia.
– En el 2003, a Kirchner no lo conocía nadie. ¿Cuál fue su punto fuerte?
— Nosotros empezamos a trabajar con él en marzo o abril de 2002, en julio hizo en primer acto en Capital, ’50 años sin Evita’, en Obras Sanitarias. Fueron micros llevados por Alberto Fernández y habrán estado unas 2.500 personas. No lo conocía nadie. Pero hay algo muy gracioso con Néstor. En un focus group se le pregunta a la gente por quién va a votar, y una señora dice ‘yo voy a votar por ese que va con Scioli’. No sabían ni cómo se llamaba. Néstor hace un acuerdo con Crónica TV para que le transmitan los actos en distintas partes. Cuando empezamos, tenía 2,8% de intención de voto. No existía. Llegó hasta 7%, solo. En los primeros días de enero de 2003 Duhalde le da su apoyo. Inmediatamente duplica la intención de voto y pasa a 14%. Ahí empieza a trabajar y muchos de los que hereda en su presidencia son del gobierno de Duhalde. Para Semana Santa de 2003 parecía que López Murphy le peleaba el segundo puesto, después Kirchner se aleja un poquito. La elección la termina ganando Menem por 3 puntos, 25% a 22%. Después Menem se baja porque lo presionan los gobernadores, decían que perdía y los iba a arrastrar a ellos. Hizo mal en bajarse Menem, porque no permitió que Kirchner suba con los votos necesarios. Macri adquiere fuerza en el balotaje porque supera el 50%.
La fortaleza de Macri
– ¿Por qué no es débil Macri habiendo ganado sólo el balotaje y sin heredar el descontrol que heredaron Duhalde en 2002 y Kirchner en 2003, o Menem en 1989?
— Macri empezó gobernando con mucha debilidad, pero no asumió la debilidad. Decidió que iba a negociar en todos los frentes, eligió el camino del gradualismo y encontró aliados en Pichetto y los gobernadores que siempre necesitan del Estado Nacional.
– Como Bordet acá.
— Claro, necesitan de la Nación.Si no, mirá lo que le pasa a Alicia Kirchner en Santa Cruz. Los tipos tienen que arreglar. María Eugenia Vidal hizo un muy buen acuerdo con Sergio Massa en la Provincia de Buenos Aires. Tuvieron acuerdos de gobernabilidad en los parlamentos que les permitieron gobernar, y ahora van a estar un poco más fuertes. No olvidemos que Massa sacó hace cuatro años 40 y pico por ciento de los votos en Provincia y paró la re-reelección de Cristina. Macri no sacó nada entonces porque iba aliado con Massa. Cambiemos, que ahora va a ganar en Provincia, va a tener una cantidad de diputados provinciales que no los tenía. Y Massa va a tener una cantidad mucho menor. Por eso, creo que el acuerdo entre Massa y Vidal se va a romper.
– Si cualquier ‘pirincho’ le pide armarle la campaña para ser candidato, ¿qué le dice?
— Comenzaría haciéndole un largo cuestionario: candidato a qué, con el apoyo de quién. Tendríamos una larga charla. Primero, el candidato debe estar dispuesto a tener un equipo de campaña. Scioli fue mal jefe de su campaña, Macri fue sólo candidato y le dijo a su equipo: ‘yo soy el candidato, la campaña háganla Uds.’ Marcos Peña hizo la campaña con todo su equipo y con el asesoramiento de Durán Barba. Pero Macri iba donde le decían, él sólo era el candidato. No es lo mismo ser candidato que dirigir una campaña. No se pueden hacer las dos cosas a la vez.
– ¿Eso vale para cualquier nivel de campaña, el municipal también?
— Sí, cualquier nivel. Hay una cosa terrible en una campaña, es lo único realmente finito: el tiempo del candidato. Si la campaña va a durar 50 días y el candidato tiene 14 horas por día para dedicarle, hay 700 horas del candidato, no hay más. La plata puede aparecer con un sponsor, sobre todo si tienen posibilidad de ganar. Pero el tiempo del candidato no se estira. La inteligencia es cómo se usan esas setecientas horas. El candidato no puede estar pensando en eso. Tiene que dedicarle las 700 horas a la campaña. Alguien tiene que organizarle la logística del traslado, tiene que ir de un lugar a otro. Si no hay equipo de campaña, el candidato dilapida el tiempo, se va a un asado con los bomberos voluntarios y se queda hasta las 6 de la mañana. Después no se puede levantar. Martín Insaurralde, por ejemplo, terminó casado con Jésica Cirio, pero se dedicó toda la campaña a salir con minas, no hizo campaña. Massa le pasó por encima. Nosotros le hicimos la campaña a Insaurralde.
Candidatos difíciles
– Son candidatos difíciles para hacerles campaña.
— Son imposibles. Uno se pregunta en determinado momento por qué se presentan. No tienen como objetivo ganar, tienen como objetivo divertirse.
– Parece medio pelotudo ese objetivo.
— Bueno, hay mucha gente que no es inteligente en la política. No sobrevalore a quienes se dedican a la política. Soy amigo de Hugo Alconada Mon. El comienza las notas diciendo ‘le voy a aclarar, yo voy a hacer la nota, voy a respetar sus respuestas, pero yo a los políticos y a los empresarios no les creo’. (Sonrisas) Empieza así, ya sabe el entrevistado que no le cree.
– Por lo que Ud. cuenta, con los esquemas que se manejan es incapaz de surgir un Churchill, un Roosevelt, un De Gaulle.
— Imposible, en la Argentina por lo menos. Hoy la política dirime tres cosas: poder, negocios y blindaje jurídico. No ‘como voy a hacer para mejorar la calidad de vida de la gente’.
– ¿Por qué el blindaje jurídico? ¿Todos están enchastrados con algo?
— No es que estén enchastrados. Es que hay una deformación. Marcos Peña, en Animales Sueltos, dijo una frase que está estudiada y aprendida comunicacionalmente. Dijo: ‘Fantino, no importa que se robaron todo, gobernaron mal’. Aprovechó y dijo que se robaron todo, y de paso, que gobernaron mal. No caben dudas que el gobierno de Cristina permitió excesos de miembros del Estado y por otro lado, tuvo una muy baja calidad. Puso de ministro de Economía al presidente del Centro de Estudiantes de Económicas, Axel Kicilloff. Gobernó muy mal y llevó el peronismo a lo que es hoy. No soy peronista, pero ¿cómo hace el peronismo hoy para reconstruirse? Aparte que Cristina se está convirtiendo en el principal impedimento. Es muy complicada la situación, le va a costar mucho. En 2019, con Cristina no ganan y sin Cristina tampoco ganan. Van por la reelección Macri, Vidal, Rodríguez Larreta. El gran cuadro político del Pro es R. Larreta.
– ¿No es Marcos Peña?
— Nooo. R. Larreta tiene una organización tipo La Cámpora, en Capital. Tiene militantes de hierro, muy organizados, muy estructurados trabajando en el Estado, todos de perfil bajo. Es durísimo en las negociaciones. Y tienen una figura como María Eugenia Vidal, como no es ningún otro político, que cuando empieza a hablar se conecta con su propio sentimiento. No sabe adónde va, pero se conecta con sus propios sentimientos. No hay ningún político que lo haga en la Argentina. ¿Quién lo hacía? Evita. Cuando comenzaba a hablar, lloraba, se conectaba con sus sentimientos.
– ¿Y a dónde están llevando al país con todo esto?
— No tengo idea. Hay, indudablemente un proceso de endeudamiento muy grande. Hay una cosa que es verdad. Con Moreno Ocampo, me acuerdo que trabajamos con alguien que había sido director del Banco Mundial y se había dedicado después a trabajar en transparencia de gobiernos, hizo una ONG. Él decía que en los gobiernos, las maneras más simples que se cometen actos de corrupción son a través de las compras de servicios, de obra pública; y la colocación de deuda. En los dos hay comisión. Y está aceptado. Lo que pasa es que al kirchnerismo se le fue la mano.
– Fundamentalmente en las compras.
— Sí. Estos son más prolijos. Yo no estoy en ese mundo, pero los que están dicen que es así y que funcionó siempre así.
Marcelo, Susana y Mirta
– ¿Qué influencia tienen en la construcción de la imagen de los candidatos Marcelo Tinelli, Susana Giménez o Mirta Legrand?
— Todo comunica. Hay gente con audiencia pequeña que le comunica a esa audiencia. Y gente con audiencia grande, y le comunica a esa audiencia. Pero, ¿qué es lo que hace que un elector decida votar por uno o por otro? No le cree ni a Tinelli ni a Susana ni a Mirta. Porque no los coloca a ellos en el lugar de juzgar quién es mejor candidato. La gente los coloca en el rol de entretenerlos, darles morbo. Pero no decirle quién es mejor o peor. Por todo lo que pudimos investigar, yo me quedo con que el principal elemento que hace decidir el voto de una persona es cómo le va en su vida diaria, a él y a su familia, en el trabajo, a sus chicos en la escuela, cuando sale de su casa y debe tomar un transporte público. ¿Está asfaltado o no, tiene cloacas o no? ¿Trabaja y progresa o no progresa? La vida diaria, para mí, sigue siendo el principal factor de decisión del voto. Macri tenía ocho años de gobierno en Capital, pero la gente no quería más lo que representaba Cristina, quería probar un cambio. Y por poquito decidió ese cambio. Me da la impresión que al gobierno le está empezando a ir bien. Eligió un camino de gradualismo, que nunca dio resultado en Argentina. Acá siempre se terminó en shock: Plan Austral, Convertibilidad, corralito. Nunca una política gradual. Y estos están avanzando. Ahora, están tomando mucha deuda. No sé qué significado tiene para futuro. A lo mejor, es un ciclo que llega un momento y se entra en default nuevamente. Pero, mientras tanto tienen un plan de obra pública. Van a tapar la tercera sección electoral de la Provincia, donde gana Cristina, con obra pública. O dividen La Matanza, pero van a recuperar electores de aquí a 2019.
– ¿Va a perder Cristina en octubre, a pesar que salió primera en las PASO?
— Sí. Pienso que va a haber unos 400 mil electores más, que votan en la general y no en las PASO. Va a caer Massa de 15,9 a 10 u 11%.
Quién es
Raúl Timerman es licenciado en Química, especializado en estructuras organizacionales y prácticas gerenciales. Trabajó 30 años en la empresa Conarco del Grupo Acindar, donde llegó a presidir el directorio. Cuando se retiró empezó a trabajar en consultoría sobre gestión y medios. Fue docente de Comportamiento Organizacional en la Universidad del Salvador. Es presidente de la Agencia Braga y director de Comunicaciones Sudamericanas SA. Es primo del dirigente justicialista Héctor Timerman, ex canciller del gobierno de Cristina Fernández.