¿Quién se anota para ser segundo?
** Se cuenta que en una entrevista un reportero le preguntó al famoso director de orquesta Leonard Bernstein (filarmónica de New York), cuál es el puesto más difícil de cubrir cuando se trata de armar una orquesta sinfónica. ‘El segundo violín’, respondió Bernstein sin vacilar. Conseguir un primer violín es relativamente sencillo pero ¿cómo lograr que el segundo toque con pasión y entusiasmo? Es muy probable además que al poco tiempo se vaya de la orquesta para ingresar a otra como primer violín, que mejor ser cabeza de ratón que cola de león.
** Conseguir un primer violinista resulta relativamente fácil, y además se quedará mucho tiempo en ese lugar, pero a pesar de ser una meritoria y destacada posición en la orquesta, aquel director dijo que le resultaba complicado conseguir a alguien que disfrute la tarea de ser ‘segundo’.
Golazo de Messi que pasa a formar parte del libro gordo de los goles memorables, mientras que el jugador que quitó la pelota, la aguantó y le hizo el pase al diez, pasa a formar parte del libro flaco de los olvidos. Ni para contarles a los nietos alcanza. ¡Qué pase le di a Messi aquel día!, y el gurí, con esa cruel sinceridad infantil, responderá: contame de cuando hiciste algún gol vos.
** No es fácil ser ‘el que acompaña’, pero es muy bueno acompañar y hacerlo bien. Es bueno tener aspiraciones e igualmente bueno ser la mejor gramilla en el valle, porque no todos podemos ser el mejor pino en la montaña. Se trata de hacer bien las cosas allí donde nos puso la vida a cumplir una misión.
¿Sabes lo que dijo Aldrin?
** Si preguntásemos en qué años campeonó nuestra Selección de Fútbol, muy pocos equivocarían el dato, pero ¿quién se acuerda que fuimos subcampeones en 1990 (Italia) y 2014 (Brasil)? Incluso en una de estas dos oportunidades, solo un pequeño grupo de hinchas esperó a los jugadores en Ezeiza. Pensemos en las frustraciones que causó a los argentinos Carlos Reutemann en la F1 Internacional, por salir siempre segundo. El caso es que ningún otro argentino volvió a repetir esa performance.
** Es un problema de la humanidad y eso es fácilmente demostrable. ¿Quién no sabe lo que dijo Neil Armstrong al poner su pie izquierdo en la Luna?: ‘Es un pequeño paso para mí pero un gran paso para la humanidad’ (palabras que no improvisó sino que dictó la NASA). Acabo de escribir sus palabras sin tener que consultarlo con Google. Ahora bien, Aldrin lo estaba filmando desde el módulo en ese momento y 19 minutos después bajó él también a la superficie selénica para pasar a la historia como el segundo hombre que marcó su pié en aquel polvo, y no se quedó mudo.
** Recordemos que tres astronautas corrieron el riesgo y dejaron algunas cosas arregladas en la superficie terrestre porque había un altísimo grado de posibilidad de no regresar. ¿Quién fue el tercero, que quedó orbitando la luna? Se supone que era alguien igualmente capaz a Armstrong y Aldrin, apellidado Collins, fallecido (¡oh, casualidad!) el 29/4/21 a la edad de 90 años. En cuanto a ser registrado por la memoria popular colectiva, le fue peor que al segundo, sin embargo ¡qué bien hizo su trabajo de descarga y rescate!
** Para no ser de los que muestran el paquete y se lo fuman solos, aquí va la frase de Aldrin al ensuciarse los botines. Cerró la puerta de la cabina con cuidado y contempló el paisaje lunar gris blanco. Estaban a unos 380.000 kilómetros de distancia de la Tierra y esta se veía del tamaño de una canica (bolilla, en el barrio). «Hermosa vista», dijo Aldrin, y luego de que Armstrong asintió, agregó: «Magnífica desolación». Un poeta el tipo.
Entrevero de violines
** Pero hubo un segundo alunizaje apenas cuatro meses después del primero, que convirtió a Charles Conrad en el tercer terráqueo que pisó aquel mundo de tiza. Como tercero no tuvo obligación alguna de repetir frases épicas escritas por algún creativo de la NASA y dijo algo gracioso (seguramente no menos estudiado): «¡Whoopee! ( iupi ) Hombre, ese pudo haber sido un pequeño paso para Neil (Armstrong), ¡pero fue uno grande para mi!», corría el 18 de noviembre de 1969 y seguramente la luna no estaba en cuarto menguante porque el hombre podría haber caído por el tobogán. (Tengo otros).
** Aunque hoy nos dio por hablar de los segundos, ni piense que nos vamos a meter con la segunda de la fórmula presidencial, por lo menos no hasta que se aclare quién ejerce el primero y quién el segundo lugar. Para muchos ese segundo violín (Ella) suena más alto y otros tantos creen que el primero desafina demasiado, quizás porque templó las cuerdas y ajustó el clavijero cuando ni por las tapas soñaba con ser presidente, aceptando luego tocar, sin pasión ni entusiasmo, otra partitura que nunca había ensayado. “Cristina y yo somos lo mismo”, aseguró Fernández. Pero si en una orquesta clásica hay dos primeros violines, ¿a cuál seguirán los demás violinistas para copiar los movimientos de arco?
** Antes de 2019 las cosas estaban más o menos igual de confusas: “Son mis ojos, mis oídos y soy yo», había dicho al comienzo de su gobierno Macri al referirse al tilingo Peña y sus dos adláteres, Gustavo Lopetegui y Mario Quintana. Se entendió como que él tocaba de oído y los otros le marcaban el compás según las circunstancias.
Zafando del león
** Más allá de quiénes ejecutaron antes y quién ejecuta hoy el primer violín o el segundo en la Casa Rosada, la mayoría de los 45 millones de tragasapos que poblamos el territorio nos sentimos presos de lo que podría llamarse la dinámica de la Reina Roja. Término tomado de la novela de Lewis Carroll ‘Alicia a través del espejo’, donde los habitantes del país de la Reina Roja deben correr lo más rápido que puedan, solo para permanecer donde están, pues el país se mueve con ellos. ** Por acá andamos a las carreras y la estamos perdiendo contra el piso que se mueve a nuestros pies queriendo llevarnos todo, entonces pasamos a la estrategia de evitar que nos devore el león. En charlas motivacionales suele usarse la metáfora de los tres hombres que fueron sorprendidos en la jungla por un león hambriento; dos de ellos con cierta dificultad para correr. Salieron a los piques y el león les venía rugiendo por detrás. El más ágil y físicamente sano venía segundo. El de adelante le grita: ¡corré más rápido, vos que podés más!, y éste le responde; “No es necesario, solo tengo que correr un poco más rápido que el último”.