Qué seríamos sin periodistas para culpar
** Cuenta la historia que trescientos años antes de Cristo, Alejandro cruzaba con su ejército el feroz desierto de Gedorisia, para combatir a los persas.
Tras largas y sedientas jornadas cargando sus armas, la tropa se quedó angustiosamente agotada y sin agua. Por suerte unos soldados pudieron recoger algo en un oasis y llenando un casco de ella se lo llevaron a Alejandro.
** Ante la atenta mirada de sus 40 mil soldados, el jefe supremo, sin beber un solo sorbo, derramó el agua en la arena del desierto y dejó una frase para la historia: “Demasiada para uno solo, demasiado poca para todos”. Así, compartiendo la misma angustia de sus hombres, Alejandro no los defraudó, y dejó escrito otro signo de su grandeza. Por eso se lo recuerda siempre como Alejandro El Grande (Alejandro Magno). La metáfora es fácil de entender; el altruismo de los emperadores y su séquito debe ser proporcionalmente igual a la magnitud del problema.
** Con más presente y menos mito, por ahora Alberto Fernández lo mencionó como modelo a imitar a San Martín, que es mucho, solo le falta animarse a caminar dos cuadras sin la cantimplora con agua en la cintura.
Aquellos dos párrafos referidos a Alejandro Magno circularon esta semana por Whatsapp con el desproporcionado propósito de vincular aquel casco con agüita del oasis, con éstas vacunas del Olimpo, que algún funcionario confundió con caramelos de piñata y el presidente con una distracción circense.
Ladra Verbitsky, señal que cabalgamos
** Esta vez, el remolino obsceno que levantó la hojarasca y tierra de los vacunados de privilegio, y el rápido traslado de culpas sobre la única cruz que reconoce el gobierno: los periodistas; tuvo algún acierto. A menos que Horacio (Perro) Verbitsky sea un agente oculto que trabaja disfrazado de periodista (quizás por eso Alberto advirtió desde México: “Basta de payasadas”), a esto lo armó un periodista de su propia tropa. La culpa recayó, sin embargo, sobre los llamados medios hegemónicos, de los que van quedando muy pocos.
** A24 fue un canal de opinión libre hasta que Vila y Manzano compraron la empresa estatal de distribución de energía Edenor, y el canal fue una de las monedas de cambio para cerrar el negocio. Despedidos de ese medio todos los periodistas que investigaban la corrupción de Estado, o que eran de opinión adversa, A24 ya es K. A lo sumo quedan dos grupos de medios que no le son favorables, lo que es decir el veinte por ciento de los medios nacionales.
** El Perro Verbitsky fue quien dijo en una radio amiga, saliendo al aire, haberle llamado a su viejo amigo Ginés, quien le indicó que fuera al vacunatorio con el carnet de amigo. Y todo Buenos Aires sabe que este Perro cuando ladra no es porque lo inquieta la luna, siempre es para causar algún efecto. No es un cachorro de Springel Spaniel sino un cruza de Rottwaeiler con Border collie (el más inteligente) bien entrenado. Y pocos como él conocen tan bien el poder de su palabra. El objetivo de esa declaración pudo haber sido patear uno de los tableros internos del poder gubernamental.
Rol del periodismo
** Cada vez que algún hecho impacta de uno u otro modo en la sociedad argentina comienzan los medios a trabajar sobre ello. Si hay una promo de vacunas tipo 5 x 1 para el covi, el periodismo no lo dejará pasar. No debe hacerlo, porque es la esencia y razón de su profesión. Si no lo hiciere, no solo Dios y la Patria se lo demandarán sino que la corrupción no tendría barrera alguna y la mentira crecería impunemente.
** A los medios siempre se los acusa. No a todos, mayormente a los que publican aquello que los gobiernos no desean que se conozca. Así es como el periodismo de los grandes medios se ha dividido a dos aguas o trincheras en nuestro país. Están los que solo dicen lo que el gobierno quiere oír y se ocupan de desmentir y desacreditar toda versión en contrario, y los que pecan de ocuparse solamente de lo que los gobiernos quisieran que se ignore. Estamos equilibrados y no está mal para una democracia, mientras no haya voluntad de callar a los que investigan, lo que equivaldría a acabar con ella.
Molestar o hacer propaganda
** Cierta vez me crucé con Verbitsky, periodista y ex montonero al que se le atribuyen muchos crímenes, y también se le atribuye la frase: «Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa; el resto es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio y, por lo tanto, molestar»”. Varios otros lo dijeron antes, ya en 1918 Edwarson (Chicago Herald) escribió: “Una noticia es aquello que alguien no quiere que se publique. El resto son relaciones públicas”. El caso es que si Verbitsky la tomó de otro lado fue porque representaba muy bien su pensamiento íntimo.
** “El periodista que no molesta al poder, hace propaganda”, supo acuñar Verbitsky. En aquel breve intercambio me atreví a preguntarle cómo es que, creyendo él sus propias palabras, actúa como un vigoroso defensor del gobierno en turno (en aquel momento Cristina) lo cual implica callar lo que alguien del poder quiere que no se sepa.
Esperaba una reacción menos amable pero respondió serenamente: “Y… habría que definir qué es el poder”. Para Verbitsky, un gobierno con mayoría en ambas cámaras es un actor débil; la estrategia consiste en situar al poder en otra parte, declararlo enemigo y para él, ni justicia.
** El diálogo no se prolongó, por tratarse de un encuentro ocasional. Siendo Verbitsky un periodista con mucho oficio, me sorprendió la respuesta sabiendo que en algunas de sus publicaciones apuntaba sus dardos envenenados sobre medios de prensa que obviamente no le gustan y hasta los considera enemigos, pero que hacen propiamente eso: disgustan al poder político trayendo a la luz “lo que está oculto”; en definitiva, molestan al poder político, a veces hasta la exasperación.
La revacunación
** La grosera falta de ética está en que no hay suficientes dosis para todos, por ahora. En cuanto a si los llamados vacunados VIP (Vividores Intra Poder), fueron 30 o 3.000 como calculan otros, bastaría con llevar a partir de ahora un riguroso control de stock y ver quiénes reclaman la segunda dosis y no están en las listas oficiales, y aplicárselas. Si, claro, lo contrario sería falta de humanidad, por cuanto se asegura que la inmunidad parcial también es riesgosa. ** Falta saber si Ginés González García, el fusible de esta ocasión, no tenía ganas de irse. En mayo del año pasado se descompensó, fue internado y sufrió un ACV leve, o parestesia distal según se informó en el momento. Ahora pagará por no haber sabido que sus chicas y muchachos iban a vacunarse antes que nadie porque está en su naturaleza tomar al Estado como cosa propia. Y Ginés vivirá una vida tranquila, como se merece a su edad.