¿Qué sabemos de las golondrinas que eligieron a Victoria este verano?
Victoria.- Durante los meses de verano nuestra ciudad padeció la “invasión” golondrinas que se concentraron en las plazas, y fue en la San Martín donde generaron los mayores inconvenientes.
Al respecto el Lic Martín Quiroga (CONICET) especialista en aves migrantes, -consultado por Paralelo 32– explicó que se trata de una variedad de golondrina que llega en el verano a nuestra zona y es distinta a la otra comúnmente denominada “tijereta”, que migra a San Antonio de Capistrano (California – Estados Unidos).
Las que “visitaron” la zona céntrica tienen características particulares, con un cuerpo más robusto, vientre blanco y color negro en las parte de lomo y alas. Llega a nuestra zona en el inicio de la primavera y se quedan hasta fines del verano, antes de la llegada del otoño, tal como ocurrió en Victoria.
“En los meses de marzo se las puede observa a todas juntas y durante este período se alimentan para acumular energía, que les permitirá migrar probablemente al sur y centro de Brasil, o países del norte de Sudamérica, pero no llegan tan lejos como las de Capistrano”. Lo hacen buscando temperaturas más elevadas para reproducirse.
Tienen dos períodos reproductivos, uno en cada lugar donde se instalan siguiendo la etapa estival. Según Quiroga, esta conducta –que les permite incrementar la descendencia- es natural y por una cuestión de supervivencia, especialmente por todo lo que significan las migraciones. Es decir que tienen crías en nuestra zona y en Brasil o países del norte de Sudamérica, dos veces por año, como mínimo. Explicó además el especialista que buscan oquedades donde se reproducen, después habitan en los árboles. “Desde que comienza la construcción del nido hasta que vuelan los pichones, les lleva entre 30 y 45 días”. Pasada esta etapa cierran en ciclo reproductivo, dejan los nidos y se agrupan en las ramas de los árboles.
La especie se denomina Progne chalybea.
Población
Llamó la atención la cantidad de ejemplares que volaban en horas de la noche generando muchos inconvenientes, especialmente para peatones y automóviles que eran blanco de deposiciones de las golondrinas. Sobre este punto explicó el profesional que tienen que volar mucho en horas de la noche porque se alimentan en vuelo, capturando insectos que rodean especialmente las fuentes de luz.
Son muy sensibles a los ruidos, algo que observamos en las noches de verano al paso de las batucadas los fines de semana, al estruendo de tambores que modificaban el ámbito sonoro de la plaza, provocando que miles de golondrinas abandonaran las ramas y volaran en distinta dirección.
La complicación mayor se produce por el exceso de población, generando acumulación de materia fecal, que se distribuye en la vía pública con todas las consecuencias que conocemos.
El proceso migratorio les lleva varios días, van parando en distintos lugares y al llegar al destino –de acuerdo a los estudios– han perdido un 40 % de su peso corporal, además hay un porcentaje que muere en el camino.
Al medio de defensa de la especie, esta ave lo encontró en los niveles de reproducción, porque aumenta la descendencia en dos lugares (Argentina y Brasil). Según Quiroga la migración es muy “costosa” para los ejemplares por todo el esfuerzo que requieren para el traslado, e inclusive muchas aves mueren en el camino.
Tienen un patrón migratorio e inclusive vuelven a habitar el mismo árbol, algo que comprobaron con anillados y la instalación de cajas-nidos, por lo que se desprende que al inicio de la primavera probablemente volveremos a tener entre nosotros a estas visitantes.
Sector rural
En general no representan problemas para la agricultura, especialmente poque las fumigaciones disminuyen en forma sustancial la cantidad de insectos, fuente básica de alimentos para esta especie, además no hay demasiadas concentraciones arbóreas donde puedan refugiarse.
También necesitan espacios abiertos para volar, por lo cual no habitan en montes cerrados.
“Las aves paseriformes (entre ellas las golondrinas), desde el punto de vista sanitario son transmisoras de enfermedades como la influenza aviar, el virus del Nilo del oeste, enfermedad de Lyme, entre otras, pero no son consideradas una amenaza para la salud pública. La transmisión aves-humanos ha sido documentada muy raramente y su importancia epidemiológica sólo se reduce a su rol como reservorio de las mencionadas enfermedades”, explicó
Control
Según Quiroga, no hay métodos de control, y haciendo una consideración abstracta sostuvo que solamente se limitaría la especia si no hubiera arboles ni alimentos, en un ámbito de inexistencia de insectos. Recurrir a la cetrería, que es el arte de adiestrar aves rapaces para cazar animales libres en su medio natural, sería otra alternativa, señaló.