Niños y Adolescentes
Qué es realmente el diagnóstico de autismo en la primera infancia
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En los últimos años recibo cada vez más familias preocupadas porque su hijo no habla, habla muy poco o porque perdió las pocas palabras que tenía. En muchos casos ya escucharon la palabra “autismo”, y llegan con el temor de que el retraso del lenguaje sea una confirmación. Quiero explicar de forma clara qué significa realmente este diagnóstico y por qué no todo niño que no habla es autista. El lenguaje tardío no es sinónimo de autismo. Este es el primer error que debemos corregir. El autismo no se diagnostica por el lenguaje, sino por dificultades en la comunicación social y patrones de conductas repetitivas que persisten a lo largo del tiempo.
Un niño que no habla puede tener: retraso madurativo, antecedentes perinatales, hipoacusia, un trastorno específico del lenguaje, exceso de pantallas, hipersensibilidad sensorial, problemas de sueño o alimentación y ninguna de esas causas es autismo.
Qué observo para pensar en autismo
Antes de diagnosticar, evalúo dos áreas clave:
1. Comunicación social. Observo si el niño: mira a los ojos, señala para pedir o mostrar, comparte intereses, responde al nombre, imita acciones, usa gestos para comunicarse.
2. Conductas repetitivas o intereses restringidos. Evaluamos: movimientos repetitivos, rutinas muy rígidas, juego inusual, sensorialidad extrema, intereses obsesivos. Si ambas áreas están afectadas, recién ahí considero un diagnóstico dentro del espectro autista.
Qué descarto siempre cuando el lenguaje no llega
Antes de hablar de autismo, estudio causas que pueden copiar sus síntomas:
Audición. Hipoacusias leves, fluctuantes u ocultas pueden generar aparente “desconexión” y retraso del lenguaje. Sueño. Apneas, despertares frecuentes o respiración bucal afectan la atención y la adquisición del lenguaje. Nutrición y metabolismo. Hierro bajo, vitamina D baja, B12 alterada, zinc/cobre desbalanceado. Todo impacta en el neurodesarrollo.
Enfermedades o inflamación crónica. Otitis repetidas, alergias severas, celiaquía sin diagnosticar. Pantallas. La evidencia científica muestra que la exposición temprana puede generar síntomas muy similares al autismo: poca mirada, irritabilidad, juego repetitivo y ausencia de lenguaje. Variantes del desarrollo
Algunos niños simplemente necesitan más tiempo. La clave es evaluar su intención comunicativa.
Qué dice la evidencia científica. Los estudios más recientes confirman:
Entre un 25% y 40% de los niños con retraso del lenguaje no tienen autismo.
Bebés de 1 año que usan más de 4 horas diarias de pantallas tienen cinco veces más riesgo de retraso en comunicación (JAMA Pediatrics, 2023 – Japón).
Niños de 6 meses a 3 años con más de 2 horas de pantallas presentan peores puntajes de lenguaje (estudio 2024 – India)
Las guías internacionales exigen alteraciones sociales persistentes, no solo falta de palabras. En resumen: el lenguaje tardío puede tener múltiples causas y el autismo es solo una de ellas. ¿Cuándo preocuparse? Señales de alerta.
Recomiendo evaluación si a los:
12–15 meses: no señala, no imita, no busca compartir intereses.
18 meses: no dice palabras con intención comunicativa.
2 años: no arma palabras simples o no comprende órdenes básicas.
Cualquier edad: hay regresión del lenguaje o de la interacción.
¿Qué diferencia al autismo de otras causas?
Los niños con retraso del lenguaje por otras razones suelen:
buscar al adulto, responder a juegos simples, imitar gestos, compartir intereses, mostrar intención comunicativa. En cambio, en el autismo aparecen dificultades persistentes en: contacto visual, comunicación no verbal, comprensión social, flexibilidad del juego.
Mi mensaje final para las familias
Cuando el lenguaje no llega, no hay que etiquetar: hay que estudiar. No adelantemos diagnósticos sin evaluar al niño completo: su audición, su sueño, su ambiente, su salud, su interacción, su historia prenatal, su juego y su contexto familiar. Un diagnóstico bien hecho cambia la vida del niño y de su familia.
Y llega siempre después de entender qué necesita ese cerebro, no después de mirar cuántas palabras dice.
