Perversidad del sistema impositivo argentino
En un video que ha circulado mucho esta semana entre las personas interesadas en la estadística y la situación impositiva, el economista rosarino Antonio Margariti, después de explicar la realidad argentina en esta materia, plantea esta inquietante pregunta: “¿no será lícita acaso, la resistencia impositiva, frente a este saqueo fiscal al que estamos sometidos?”
Suena como una invitación a la rebeldía fiscal, pero es en realidad una frase que pretende conmover los oídos sordos de nuestros dirigentes políticos y judiciales. Surge de una minuciosa investigación en la que demuestra que no es sencillo pagar 96 impuestos nacionales, provinciales y municipales, y sobrevivir como empresa o Pyme de cualquier tipo.
El reconocido economista y comunicador, comienza recordando que EEUU es la 1ª potencia mundial y el 4º país del mundo en ingreso per cápita (cantidad de bienes expresados en dólares que recibe cada norteamericano por año), que son 63.800 dólares. Este país tiene 4 impuestos, que son a la Renta; a la última venta Taxes; a la sucesión; y el impuesto a la transmisión de bienes inmuebles, que se llama Mansion Taxes.
En tanto la Argentina, que está en el 55º lugar del ranking mundial, con un ingreso anual per cápita de 17.000 dólares por habitante y por año, tiene hoy 96 impuestos, nacionales, provinciales, municipales e impuestos al trabajo. Margariti se tomó el trabajo de contar la cantidad de normas impositivas vigentes hoy. Eso significa haber revisado 26 tomos de 1.260 páginas de una obra que se llama “La Ley. Impuestos”.
De allí surge que tenemos 64.980 normas (leyes, decretos, decretos reglamentarios, decretos interpretativos, resoluciones generales, resoluciones especiales, e instructivos). Es imposible que una persona pueda cumplir y conocer esa enorme cantidad de reglas. Además, desde el punto de vista estadístico es imposible que entre todas éstas no haya contrariedades y contraposiciones.
Con estos datos calculó cuánto repercute toda esa maraña en el bolsillo de la gente, y lo hizo –según explica- desde 2 puntos de vista. Primero desde la presión fiscal, que consiste en analizar cada uno de los 96 impuestos que tenemos hoy y cómo inciden sobre una aquella persona que tuviese que cumplirlos íntegramente sin hacer evasión impositiva. La presión fiscal en ese caso es el 74% del ingreso generado por esa persona. Para comprobarlo, Margariti recurrió a otra fuente estadística, que suministra cada mes el director de la Afip, que se llama la estadística de la recaudación fiscal. Tomó esa y además la del mismo mes de las provincias, los municipios, y del dinero que el Banco Central le entrega al gobierno para gastar. Todo eso es lo que el gobierno dispone cada mes para gastar, y lo dividió por el número total de familias que hay en el país (casi 9 millones), y la presión sobre el ingreso y el trabajo de las personas da 74%.
“O sea que un cálculo dio 76% y otro 74%, eso significa que estamos sometidos a un saqueo impositivo intolerable, por el cual el Estado (nación, provincia, municipios) se queda con las tres cuartas partes de nuestro trabajo y solamente nos deja para vivir una cuarta parte de nuestros ingresos (con la que se paga salarios, materias primas y todos los gastos corrientes N de R). Ante esta situación hay una pregunta que todos debemos hacernos con toda sinceridad y claridad y coraje; ¿no será lícita acaso, la resistencia impositiva, frente a este saqueo fiscal al que estamos sometidos?”, termina preguntándose el especialista.
Hemos leído y oído sobre el alto nivel de evasión que mantiene la Argentina y también a los que sostienen que una pequeña o mediana empresa que pagara el ciento por ciento de los tributos exigidos, sucumbiría al sistema y desaparecería. Lo cierto es que según un informe elaborado por la organización Tax Justice Network, en 2016 las empresas multinacionales evitaron el pago de 21.406 millones de dólares en nuestro país, situándonos entre los cinco países con mayor evasión de las ‘multi’, mediante el “profit shifting” (cambio de ganancias). Mientras tanto la fiscalización de Afip parece orientar todas sus fuerzas a los contribuyentes menores, donde la evasión es altísima por cierto, pero en suma no llega a representar lo de las ‘multis’, cuyos 22 mil millones significan el 4,4% del PBI nacional.
Por último, volvemos a Margaritti, que en aquel audio concluye citando una frase del más memorable de los jueces supremos de los EE.UU, miembro de la Corte, que se llama Oliver Wendell Holmes: “El poder del Estado para sancionar y cobrar impuestos, es un poder para arruinar a la gente y para destruir a las empresas, por eso tiene que estar limitado”. ¿No habrá que limitarlo también en la Argentina?
(Por Luis Jacobi)