Producción
Perspectivas para el arroz en Entre Ríos: fuerte caída en los precios y aumento de costos comprometen la siembra 2025/26

La conjunción de precios históricamente bajos y costos en aumento empuja a los productores a reducir el área sembrada y replantear su estrategia productiva. Aun alcanzando rendimientos excepcionales, la rentabilidad no está asegurada, lo que explica la baja intención de siembra y la creciente incertidumbre en el sector.
La campaña arrocera 2025/26 en Entre Ríos se perfila como una de las más difíciles de los últimos años. Según el informe recientemente publicado por el Sistema de Información de Bolsa de Cereales de Entre Ríos (SIBER), la perspectiva de siembra es “desalentadora”, como resultado de una drástica caída en el precio del cereal y un incremento significativo en los costos de producción.
El panorama es preocupante, en especial para la variedad de arroz cáscara tipo comercial largo fino, históricamente la más sembrada en la provincia. Su cotización se redujo a la mitad en el último año, pasando de 400.000 a 200.000 pesos por tonelada entre julio de 2024 y junio de 2025. Esta variedad representó en la campaña anterior el 78 % del área sembrada, equivalentes a 53.000 hectáreas.
Fuerte retracción del área sembrada
Las zonas donde el riego depende de pozos profundos serán las más afectadas. Allí, el rendimiento de indiferencia —el umbral necesario para cubrir los costos sin pérdidas ni ganancias— supera los 9.000 kg/ha, una cifra que se considera difícil de alcanzar en el contexto actual. En consecuencia, se proyecta una reducción del 20 % del área sembrada en estos sectores, que pasaría de 44.850 hectáreas en el ciclo 2024/25 a unas 36.000 hectáreas en la nueva campaña.
El resto del área arrocera tampoco presenta un panorama alentador. En sectores como el de represas (22 % del área anterior, con 15.000 ha) y el extremo norte del departamento La Paz (12 %, 8.000 ha), donde el riego se realiza a partir de tomas sobre los ríos Paraná y Guayquiraró, los rendimientos necesarios para evitar pérdidas también son altos (8.800 kg/ha), apenas por encima del promedio alcanzado en la última campaña (8.700 kg/ha). Esto configura un margen de rentabilidad extremadamente ajustado.
Análisis económico: precios en caída libre, costos en ascenso
A pesar de que la campaña 2024/25 alcanzó un rendimiento récord de 8,3 toneladas por hectárea, los números no cierran para la mayoría de los productores. La situación económica es cada vez más frágil debido a una combinación de factores adversos.
Los precios del arroz muestran una tendencia descendente desde comienzos de 2024. En términos interanuales, la cotización del tipo largo fino cayó un 50 %, y la del tipo largo ancho, un 36 %. Esta baja responde tanto a condiciones del mercado internacional como a una creciente presión en el mercado local.
Paralelamente, los costos productivos subieron de forma pronunciada. Los insumos básicos se encarecieron por efecto de la inflación: el gasoil para riego aumentó un 21 %, la electricidad un 103 %, los herbicidas un 38 % y los fertilizantes un 37 %. En campos arrendados, los productores deben invertir cerca de dos millones de pesos por hectárea, sin considerar los gastos de secado ni transporte.
Largo fino: producción en rojo
El tipo comercial largo fino enfrenta un escenario particularmente negativo. Con precios actuales y costos crecientes, incluso replicando los buenos rendimientos de la última campaña, no se logra rentabilidad ni en campos propios. Para los productores arrendatarios, las pérdidas oscilarían entre el 19 % y el 25 %, dependiendo del sistema de riego utilizado.
Largo ancho: leve ventaja relativa
Algunos productores evalúan aumentar la superficie dedicada al arroz tipo largo ancho, que representó el 13 % del área sembrada en el último ciclo (8.800 ha). Si bien tiene un menor potencial de rendimiento que el largo fino, su precio no se desplomó tan fuertemente: actualmente cotiza a 350.000 $/t.
En este caso, los márgenes son más favorables. En campos propios, el sistema de represa con riego a combustible podría generar beneficios del 20 %, mientras que aquellos con riego por pozo tendrían resultados apenas positivos (en torno al 3 %). Sin embargo, cuando se considera el arrendamiento de la tierra, también se registran pérdidas: del 10 % al 12 % según el sistema.
El clima, un posible aliado que no alcanza
Los modelos climáticos para el verano anticipan condiciones neutras en el Pacífico Ecuatorial, lo que suele ser favorable para el cultivo de arroz. No obstante, en este contexto económico, incluso un buen clima no garantiza rentabilidad.