Sociedad
Milagros Martínez: Entre la lucha por la salud y la burocracia de las obras sociales
Milagros Martínez, una adolescente de tan solo 16 años, ha pasado gran parte de su vida enfrentándose a una serie de desafíos médicos que requieren una atención especializada y costosa.
Desde su nacimiento, Mili ha lidiado con la atresia de esófago, una malformación congénita que afecta el desarrollo adecuado del esófago, generando trastornos en su aparato digestivo. Esta condición la obliga a alimentarse exclusivamente a través de una sonda gástrica y a depender de una leche especial. Además, una fibrosis pulmonar la hace necesitar oxígeno constantemente para poder respirar.
La historia se complica aún más por la negativa de la obra social a cubrir el traslado y la continuidad de su atención en un centro especializado. A pesar de más de 42 cirugías realizadas desde su niñez, Milagros se encuentra actualmente en una situación crítica, donde su supervivencia no depende únicamente de la resistencia de su organismo, sino de superar trámites burocráticos y revertir la decisión de la obra social.
Javier Martínez, el padre de Milagros, expresó su frustración en una peña solidaria mientras espera la decisión del juez federal Leandro Ríos. “Es una lástima llegar a este punto y jugar con la salud de una paciente. Hoy le toca a Mili y sé que hay mucha gente que no puede tener oportunidad de hacer esto, pero lo está padeciendo lo que pasa con las obras sociales”, comentó.
La situación se agravó cuando, en octubre, Milagros necesitaba un cambio en su sonda gastrointestinal y la obra social se negó a cubrirlo. A pesar de un recurso de amparo favorable, la sentencia no se cumplió, llevando a la niña a una situación crítica. La demora y la falta de acción por parte de la obra social han llevado a la familia a la desesperación.
Javier Martínez detalló el desafío que enfrentan: “Estamos hablando de un monto muy grande, de un monto que jamás lo podemos ver nosotros por la cirugía. A ella se le tienen que hacer tres cirugías: gastrostomía, sonda y un anillo vascular. Son cirugías complicadas, pero confiamos en Dios y en que la obra social se haga cargo”.
El drama de Milagros no solo destaca la fragilidad de la salud, sino también la urgente necesidad de mejorar los sistemas de atención médica y los procesos burocráticos que pueden poner en peligro la vida de quienes más lo necesitan.