Mientras lo hacemos de parados
** Leí que uno de los negocios que más crecen en nuestro país es el de la ficción (películas en Netflix, cable, cines, teatros, etcétera), y eso se explica probablemente en que todos estamos hartos de ver las cosas tal como son; o como están. Siguiendo el curso de las tendencias, evitaremos en esta oportunidad los asuntos graves del país, no sin dejar constancia de la frustración que nos causa el fracaso del esperanto, lenguaje que se trató de imponer como universal para que la humanidad se entendiera mejor.
** Ante el fracaso de aquel propósito, en un país como el nuestro donde no logramos entendernos con el castellano, deberíamos intentarlo con el “des-esperanto”, esta vez intentando librarnos de la desesperación y la desesperanza, el ave dorada que vendría a rescatarnos del lenguaje del odio cruzado, la chicana, de la estupidez del mundo y sus ideologías, de la pelea absurda de egos y poderes que libran los que se roban todo apropiándose del país cada vez que ganan una elección, y no nos interesan los de abajo.
** Esta semana, aquí en Bajamarca, han querido hacernos creer que el mayor interés de los bajamarquinos está centrado en un edificio porteño de Uruguay y Juncal en el barrio de Recoleta, humo que vuelve insignificante al del Delta, destinado a desacreditar al poder judicial y desviar la atención sobre los reajustazos a la energía eléctrica, gas e hidrocarburos, los recortes a la educación y otras áreas sensible del país, y otras musarañas. Todo llegó a su punto dramático y repudiable cuando un desquiciado apuntó con un arma y gatilló sin suerte sobre la vicepresidente.
** El desesperanto, bien hablado y mientras no se lo confundiera con la desesperanza, podría calmar, como el trapo frío sobre la barriguita inflamada de un niño, nuestra desesperación ante la inmoralidad pública y privada; la injusticia y desfachatez; tantos excesos de los que reclaman una justicia prebendaria; tanto abuso del verbo para convertir en justo lo que a todas luces es un abuso o una ficción.
Cambiemos de tema
** Si, huyamos de aquellos abusos para no hacerles el juego a los que juegan su juego. Pensemos en otros asombros ficcionales que nos distraigan. Veamos. Entre los habituales ‘whatsapeos’ falsos que circularon esta semana para maravillar, divertir o enojar a las personas, está la atribuida a la Organización Mundial de la Salud, que supuestamente reclasificó a los humanos en ‘menores’ (0 a 18 años); jóvenes (18 a 65 años); edad media (66 a 79 años); ancianos (80 a 99 años); y ‘mayores de larga vida’ (más de 100 años). Lamento decir que es falso.
** A muchos menores de 65 les gustaría ser recibidos en pasillos y salones con un “pase por acá joven”, o algún ideologizado-mal y negado para la comprensión del idioma, que quiera guiar a una mujer con un “pase por acá, jóvena“. Pero no. La OMS nada de eso dijo y la escala que acabamos de mencionar solo tiene valor para los vacunatorios de covid, segmentando la edad de descarte acordada en la Agenda 2030.
** En cambio, sí es cierto (otro video de Whatsapp) que en una región de Suecia se debatió un proyecto de ley para obligar a los hombres a orinar sentados en los baños públicos. El Consejo General de Sörmland, provincia cercana a la ciudad de Estocolmo, se tomó un año para decidir si apoya la iniciativa presentada por el Partido de la Izquierda (Left Party). Más allá de los atendibles argumentos de orden sanitario que se esgrimieron, los hombres parlamentarios veían en esto una conjuración feminista, sospechando que querían verlos “iguales” a ellas, o por lo menos orinando a la misma altura, volviendo inútiles sus ventajas anatómicas.
Freud se haría una fiesta
** En la misma Suecia un grupo feminista logró en 2007 retirar los urinarios verticales de la universidad de Estocolmo porque “el gesto de hacerlo de pie era degradante para las mujeres” (¿¡y qué hacían metidas ahí!? De hecho, los maestros de las guarderías suecas ya alientan a los niños pequeños a sentarse para hacer pipís. Nadie como el Left Party y sus similares del mundo tienen tan claro que los niños son la puerta más eficaz para cambiar los hábitos e infiltrar ideología.
** Ese tema de poner en cuclillas a los hombres en los baños públicos, como para ir limando algunos aspectos que marcan diferencias de sexo, circuló por estos días en Whatsapp, con formato video, rescatado del universo digital, porque aquella ley fue noticia en 2012. Existió, pero no se habló más.
** En la hipótesis de que aquel proyecto hubiese prosperado en 2012, es fácil imaginar lo que vendría. Para que la nueva normativa se cumpla habría que nombrar para cada baño un agente verificador-obligador, que le labraría un acta a cada insurrecto. Sería uno por cada turno, más los suplentes y los que cubren los fines de semana; directores de área, subdirectores, coordinadores, evaluadores de resultados, tribunales para ejecutar las sanciones… ¿Quién dijo que no es fácil crear fuentes de trabajo?
** No se dio (por ahora), pero aquel parece ser el nuevo objetivo de la movida de las féminas europeas que aún no entendieron que los hombres y mujeres hemos nacido para amarnos, y los violentos y los abusadores son la excepción. Hemos leído argumentos desopilantes sobre ese tema: “los urinarios verticales ocupan menos sitio, lo que permite la existencia de más plazas y que los hombres desagüen mucho más rápido que ellas cuando todavía están esperando en la cola. ¡A esta desigualdad hay que erradicarla!
A malos tiempos, buena cara
** Buen fin de semana apreciados lectores y lectoras, y arriba ese ánimo. Felizmente el disparo del desquiciado Fernando Sabag Montiel no salió y no hubo un magnicidio para lamentar en nuestro país. Préndase de las crines y ánclese al cimarrón con los talones, que la realidad cotidiana viene chúcara, y no se me achique ahora cuando apenas faltan 18 días para el comienzo de la primavera. Usted dirá; ¿cuál? si nos han robado hasta la primavera; y yo le diré: pero no pueden con nuestra canción.
Mientras escribo, no sé qué me dice
Que aunque parece que ya no hay razón
Aún podremos con lo que sucede
Porque no pueden con nuestra canción
En la subasta se llevaron todo
Enajenando nuestro corazón
Se repartieron hasta lo imposible
Pero no pueden con nuestra canción
Nos han robado hasta la primavera
Pero no pueden con nuestra canción
Parece frágil pero no se entrega
Sigue cantando como vos y yo. (Teresa Parodi – de cuando creía que los ladrones eran otros)