Sergio Pérez
Médico y sacerdote visitó Victoria antes de radicarse en Medio Oriente
Quiso estar en el lugar donde fue bautizado, antes de partir hacia Al -Magthas, el lugar donde la ciencia moderna acuerda que fue bautizado Jesús.
Victoria.- Antes de radicarse en Al-Magthas, sobre el Río Jordán donde fue bautizado Jesús, el médico y sacerdote Sergio Pérez visitó la ciudad donde nació y la Basílica de Aránzazu.
Pérez, es primo de la ex docente María Elena Pérez de Brambilla, y previo a su partida a Medio Oriente donde fue convocado por la Curia Católica, entre otras cosas por hablar varios idiomas, decidió hacerse un tiempo para visitar el lugar donde nació y fue bautizado.
Según refleja Hilda Sosa en la nota que le hizo para su portal entreriosnoticias.ar, Pérez ha llevado una vida misionera, contemplativa y sacerdotal por el mundo, que ahora lo situará en medio de un conflicto bélico de notoriedad mundial, pero también está signado por los caminos que los cristianos coinciden en llamar el Hijo de Dios hecho hombre.
Nacido a finales de la década de 1950, Sergio Pérez confiesa haberse encontrado ante la encrucijada de dos caminos, “por un lado la sapiencia en salud y su título de grado en la medicina, obtenido en 1983; por el otro, el sacerdocio, llamado éste que le atravesó desde siempre, haciendo que su camino profesional dentro de la salud quedara relegado, para transitar la vida desde el servicio a la divinidad, desde 1990, año en que fuera ordenado”.
Nacido en Victoria, vivió muy poco tiempo la esencia de nuestro pueblo ya que su padre, Don Julio César Pérez Ghiggino, quien además de ser recordado como un gran jugador del Mayense, también tuvo que hacer lugar a su rol de empleado bancario en el Nación, llegando a ocupar la tesorería de esta entidad en la provincia de Mendoza, hecho que lo obligó a tomar ese rumbo para su crecimiento laboral.
En el caso de su hijo Sergio, lo presbiteral y su costado monacal de vida contemplativa, también hicieron que se deba adaptar a distintos lugares, recorriendo el mundo. Comenzó en Roma donde ni bien fue ordenado estuvo tres años, y pudo vivenciar experiencias en gran parte del Viejo Continente. Sin embargo, al cabo de un tiempo, se radicaría en San Rafael, provincia de Mendoza, como Superior del Monasterio del Verbo Encarnado IVE, hasta el 2001 cuando regresó a Roma.
Afincado en la Ciudad Eterna, el clero le pidió que ocupara el rol de Secretario General de una Universidad fundada por esta congregación, rol que supo discurrir con éxito; trasladándose luego a la ciudad italiana de Florencia como párroco. Luego cambiaría de continente y se radicaría en Túnez, donde fue rector de la catedral de dicha urbe durante una década, discurriendo también su andar en Egipto, Costa Marfil y Tanzania.
Para esta década, su vida clerical lo situó en Estados Unidos (New York, Washington, California y Arizona), enraizando a posteriori su vida en Francia, hasta este año.
Ahora se lo designó a Jordania, al Monasterio de Al-Magthas, sobre el Río Jordán, levantado por la Congregación del Verbo Encarnado en el 2001, conformada aquella construcción por dos monasterios contemplativos, uno de monjas y otro de monjes, más un santuario. “Allí seremos seis y atenderemos a peregrinos de todo el mundo, en seis lenguas, árabe, portugués, inglés, italiano, francés y español”, comentó al portal.
Sosa trae a colación el contexto geopolítico que define y sella el lugar del emplazamiento de este monasterio en el que se radicará el sacerdote oriundo de Victoria Sergio Pérez, zona aquella marcada por un presente de dolorosa belicosidad.
Claro está entonces, que para 1994, el mundo supo a través de estudios calificados, históricos y arqueológicos, que Jesús de Nazaret fue bautizado del lado de Jordania y no de Israel; más exactamente en Al-Magthas donde se encuentran emplazados estos monasterios y el santuario, cuyo nombre significa «bautismo» o «inmersión» en árabe, yacimiento arqueológico del patrimonio mundial en Jordania en la orilla este del río Jordán, oficialmente conocido como «Betania más allá del Jordán».
El mencionado escenario fue el que impulsó al Padre Sergio a visitar Victoria, antes de partir a medio oriente, no sólo para reencontrarse con su familia, entre ellos, su prima la docente jubilada María Elena Pérez de Brambilla; sino porque simbólicamente dijo: “Si voy a ir a radicarme al lugar donde fue bautizado Jesús en el Jordán, quiero ir primero al lugar donde yo fui bautizado, en Nuestra Señora de Aránzazu, en Victoria”.