Política
Masiva movilización de trabajadores estatales frente a la Casa de Gobierno en rechazo al recorte del 25% en horas extras
Desde las 10 de la mañana de este jueves 5 de junio, una nutrida columna de trabajadores autoconvocados y afiliados a la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) se congregó frente a la Casa de Gobierno para exigir al Ejecutivo provincial que dé marcha atrás con la decisión de recortar un 25% las horas extras. Bajo cánticos encendidos y con pancartas en alto, los manifestantes expresaron su descontento con la medida que impacta directamente en sus ingresos mensuales.
“Las horas extra eran parte de nuestro salario precarizado. Las necesitábamos todos los meses”, afirmó un delegado de ATE, quien remarcó que la decisión del Gobierno no se justifica por un contexto de crisis. Según sostuvo, se trata de una medida que afecta especialmente a trabajadores con ingresos bajos y que dependían de ese adicional para completar sus sueldos.
El reclamo, además, visibilizó la delicada situación de trabajadores del Ministerio de Capital Humano y del Consejo General de Educación (CGE), quienes también enfrentan despidos y recortes. Con fuerza, los manifestantes entonaron “el salario no se toca”, mientras exigían una audiencia inmediata con el gobernador Rogelio Frigerio.
La jornada estuvo marcada por un fuerte operativo de seguridad en la sede gubernamental. La puerta principal fue clausurada, los pasillos internos custodiados y un grupo de empleados del CGE fue momentáneamente demorado antes de poder ingresar. Como en movilizaciones anteriores, los cánticos incluyeron una consigna dirigida al mandatario: “Che Frigerio, che Frigerio, no te lo decimos más, si no nos pagás nuestro salario, ¡qué quilombo se va a armar!”. En solidaridad con la protesta, también participó la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer).
Reclamos y tensiones en los pasillos oficiales
Una vez adentro, los manifestantes recorrieron los pasillos de la Casa de Gobierno en una marcha lenta y ruidosa. Luego regresaron al patio, donde el debate se centró en los rumores sobre una posible disolución del Iosper, a lo que los gremios respondieron con firmeza: “el Iosper es de los afiliados”.
Posteriormente, ATE convocó a representantes de cada ministerio para pedir una audiencia formal con el gobernador. Sin embargo, al intentar acercarse a su despacho, la seguridad les impidió el paso. Finalmente, un miembro de la secretaría privada recibió el pedido verbal, aunque solicitó que la audiencia se formalizara por escrito. Desde ATE calificaron ese requerimiento como “descabellado” dado el contexto de tensión y urgencia.
Poco después, el jefe de Gabinete del Ministerio de Gobierno y Trabajo, Abelardo Del Prado, ofreció una reunión conjunta con el secretario de Trabajo, Mariano Camoirano. ATE aceptó la propuesta y trasladó la protesta a la Secretaría de Trabajo.
Una reunión clave y una cita con el ministro
En la Secretaría de Trabajo, ingresaron los representantes gremiales de cada ministerio y de ATE central, mientras la columna de manifestantes se mantuvo afuera con cánticos y consignas. En un clima de expectativa, se sucedieron los cánticos dirigidos ahora a los funcionarios: “Che Abelardo” fue el nuevo protagonista de la protesta.
La reunión comenzó cerca del mediodía. En medio del encuentro, Camoirano salió unos minutos para atender una llamada telefónica. Afuera, los manifestantes seguían haciendo oír su voz con bocinas, megáfonos y banderas.
Cerca de las 14 horas, el secretario general de ATE, Oscar Muntes, salió a informar los resultados del encuentro. Anunció que el ministro de Gobierno, Manuel Troncoso, los recibirá el próximo viernes al mediodía en la misma sede. “El gobierno tomó nota de cada uno de los compañeros en representación de los distintos ministerios. Nos expresamos con mucha claridad”, afirmó.
Muntes también denunció los 86 despidos en el CGE, los 60 en comedores escolares y el intento de reducir en un 25% las horas extraordinarias: “Llevamos la realidad que atravesamos y necesitamos respuestas urgentes”, concluyó el dirigente.
La movilización dejó expuesta una creciente tensión entre los gremios estatales y el gobierno provincial, en un escenario que promete seguir sumando capítulos si no se revierte la medida que afecta a miles de trabajadores entrerrianos.