Más de uno en vez de saludar con un abrazo fraternal a su semejante en el Día del Amigo, optó por servirlo de una trompada
Victoria.- La tradicional celebración que toma como referencia el día de llegada del hombre a la luna (si es que hubiera sido cierto, porque hay teorías contrapuestas) demuestra que en los extremos de la sociedad están los que intentan encontrar el momento para reunirse y cultivar los lazos de fraternidad, y por el otro aquellos que aprovechan la oportunidad de poner negro sobre blanco sus diferencias y terminan por resolverlas a golpe de puño.
Aquí hay que mencionar que este territorio no es exclusivo de los hombres, sino que las damas dejan de lado toda delicadeza para entregarse a campales riñas que, como la del amanecer del jueves último, hasta fueron filmadas por quienes eran espectadores de primera fila. Por otra parte es de notar que algunos que pintan canas también se resisten a tomar otra actitud frente a la vida, y se dejan llevar por los impulsos del alcohol y otras sustancias. Esto para marcar que no son solamente los adolescentes y jóvenes los que manchan la noche, o las fiestas.
Peleas y más peleas en la previa de Día del Amigo, sobre todo a la salida de un conocido boliche sobre Bulevar Belgrano y Congreso. La versión de algunos presentes es que muchos de esos pleitos se iniciaron en el boliche con provocaciones de todo tipo, pero, como el personal de seguridad del mismo los mantuvo a raya, cuando salieron se materializó en los ya reiterados disturbios de los que lamentablemente año tras año nos hacemos eco los medios de comunicación.
La otra cara de ese día jueves fue la tarde en Plaza San Martín, donde los adolescentes coparon bares y paseos públicos con su energía, sin provocar desmán alguno. Pero ‘abajo’ en la costa, como les gusta decir a los mayorcitos, varios inadaptados hacían de las suyas en moto, sin casco, sin luces, utilizando espacios públicos y plazoletas. También aquí hubo peleas, aunque no era fácil detectarlas en una recorrida superficial, sí es de notar que la masa joven se desperdigó por cuanto lugar verde pudo, tomando como suyo un espacio que ha recuperado la municipalidad en todo sentido, como es el ex camping Mario Brassesco.