Sociedad
Los ‘esquivadores’ de retardadores
Mientras como municipio invertimos en retardadores sobre lugares muy transitados o cercanos a escuelas o barrios, algunos conductores encuentran la forma de pasar por la banquina.
Con la instalación de este tipo de dispositivos que buscan desacelerar la circulación de vehículos sobre el perímetro de la ciudad, o al menos en las zonas más críticas del cordón urbano, surgen las críticas a los materiales con los que están hechos (plástico, asfalto sobreelevado, hormigón, etc) y se buscan alternativas a esa detención sobre la carpeta asfáltica, también porque se ha comprobado en el mundo que estos sistemas, tienen que minimizar el impacto sobre el vehículo para no afectar su amortiguación.
Sin embargo, sean pianitos, sobreelevaciones, etc. todos obligan al amortiguador a un recorrido que termina afectando su funcionamiento. Varios mecánicos consultados por este medio lo han hecho saber. Incluso desde las organizaciones de eventos deportivos con bicicletas (triatlón, duatlón, etc.) están pidiendo si se los puede retirar porque son un verdadero peligro para los trazados.
Ya como antecedente de problemas vinculados con sobreelevaciones está lo que pasó en reiteradas ocasiones en el barrio Festram, con la salvedad que había señalética advirtiendo, pero hubo rotura de cárters, y demás inconvenientes hasta que se decidió bajar la altura con la que se había construido esa elevación en medio de la ruta, y a metros de una bajada. Todos hechos que sirvieron para pensar otra estrategia, porque en aquel caso puntual era para facililtar la circulación pero también bajar la velocidad frente al ingreso y egreso del barrio. Nunca se pensó en una rotonda. Y tampoco se está haciendo lo propio en proximidad de la terminal. Al menos hasta ahora. Ni se hizo lo propio con los barrios 40 viviendas o ATE. El que llega a la altura de éstos, directamente tiene que bajar a la banquina (algunas están mejoradas, otras no) y luego cruzar la mano contraria.
Son todas estas cuestiones descriptas, soluciones post decisiones. Aprovechando terrenos a la vera de la ruta, se edificaron barrios del IAPV en su mayoría, y ni calles interiores consolidadas se les hizo. Todo esto devino en problemas para la circulación vehicular, que se han resuelto—insistimos—de forma precaria, y en algunos casos, riesgosa.
Otro punto crítico es el que deriva al Quinto Cuartel, donde se experimentó con una desviación que entendemos los que vivimos aquí solamente. En vez de una rotonda, se hizo algo experimental, y gracias a la buena visibilidad no termina por colapsar, pero siempre es una crítica.
Empezamos hablando de retardadores, y terminamos hablando de temas viales en lo macro de la ciudad. Una Victoria que sigue expandiéndose hacia los boulevares, pero necesita una mirada más calificada y a conciencia para integrarla a lo que ya existe en términos de urbanismo.