“Llegó la hora del kirchnerismo puro”, expresó Berruhet
Aranguren (AIM).- El presidente de la Cooperativa Agrícola, Ganadera y de Servicios Públicos Aranguren Limitada (Coopar), Felipe Pablo Berruhet, aseguró que la clausura del Registro de exportaciones de harina y aceite mina la confianza económica, lo que afectará a la economía del país, y es una estrategia del gobierno, para resucitar políticamente generando un enemigo interno.
La decisión del gobierno “es un suicidio económico”, afirmó el cooperativista, quien explicó: “Cuando tenemos que hablar de la clausura del Registro de harina y aceite para determinar un aumento de las retenciones, hablamos de lo más básico que implementó el kirchnerismo desde que apareció en la arena política, es decir, castiga al único sector que es capaz de traer dólares al país y que lo saca de las continuas y reiteradas crisis que le producen la escasez de divisas”.
Hoy, el Banco Central “tiene divisas cero o no tiene y eso se resuelve exportando más. ¿Cuáles son los sectores que exportan? La automotriz, los servicios informáticos, la metalmecánica, la metalúrgica y algo de minería, pero son deficitarios, ya que para hacer un auto hay que importar un montón de cosas y después se vende el auto hecho pero lo que se vende no alcanza a pagar las partes que se importaron, es decir, se mandó al exterior más dólares de los que recuperaste vendiendo el auto mientras que el sector agropecuario es el único que trae dólares genuinos, es decir, el 70 por ciento de las divisas que entran al Estado nacional corresponden al sector agropecuario que es superavitario en sí mismo”, remarcó.
“Lo que está pasando es de manual, del libro del kirchnerismo”, remarcó el dirigente agropecuario, quien precisó: “Al sector que salva las papas en las crisis que tiene Argentina lo castigan, como de costumbre, por eso esto es de manual del kirchnerismo. El aumento de retenciones puede tener dos lecturas: una económica y, otra, política”.
Económicamente, “no incentivan la producción, porque lo mismo podemos sospechar que se aplicará con el trigo, la carne o el maíz (por lo que el sector se retraerá en la aplicación de fondos para productos primarios, commodities), es decir, es una mala señal al principio de la cosecha fina. Además, en los últimos días todos los funcionarios vinculados al sector, incluido Julián Domínguez, manifestaron que no se iban a aumentar las retenciones, es decir, si había poca confianza con esto la minaron y como en el agro la mitad es plata y la otra es confianza, olvídate que el sector tendrá el más mínimo atisbo de confianza en el gobierno o en un plan económico o fiscal que presente”.
En tanto, políticamente “ellos están esperando una reacción violenta del sector para ellos resucitar su compleja situación política y ahí los dirigente del sector agropecuario deberemos tener mucha cautela al momento de definir y explicar las medidas de lucha que se pueden implementar, porque es probable que ellos necesiten un ‘enemigo interno’ y otra vez se eligió al periodismo y al sector agropecuario que no piensan como piensan ellos”.
Por otro lado, indicó que el sector agropecuario de Argentina “tiene problemas internos y externos. La guerra entre Rusia y Ucrania no es un factor que al sector le sea indiferente, porque tiene consecuencias en sus insumos, ya que los grandes productores de fertilizantes son China y Rusia y dentro de Rusia estaba Ucrania por lo que se producirá un aumento en sus costos. Hace un año una tonelada salía 400 dólares y hoy sale 1.200, viene en alza y no se consigue; el productor agropecuario tiene en su cabeza algunas dudas sobre el coste de implantación para esta campaña y, encima, le agregamos el precio que se va a vender, porque la confianza sobre las autoridades económicas nacional es cero”.