Tecnología
Las grandes tecnológicas miran al espacio para construir centros de datos impulsados por energía solar
:format(webp):quality(40)/https://paralelo32cdn.eleco.com.ar/media/2025/11/las_grandes_tecnologicas_miran_al_espacio_para_construir_centros_de_datos_impulsados_por_energia_solar.jpg)
La carrera por la inteligencia artificial (IA) está llegando literalmente a nuevas alturas. Varias empresas tecnológicas han comenzado a explorar la posibilidad de construir centros de datos en el espacio, aprovechando la energía solar y las condiciones térmicas del entorno orbital para alimentar los sistemas de cómputo que demandan cantidades cada vez mayores de electricidad en la Tierra.
Esta semana, la start-up estadounidense Starcloud marcó un hito al enviar al espacio un satélite del tamaño de un refrigerador equipado con una unidad de procesamiento gráfico (GPU) de Nvidia, un experimento que la compañía de chips presentó como un “debut cósmico” para los centros de datos. El lanzamiento se realizó mediante un cohete de SpaceX, la empresa aeroespacial de Elon Musk.
“La idea es que pronto tendrá mucho más sentido construir centros de datos en el espacio que en la Tierra”, afirmó Philip Johnston, director ejecutivo de Starcloud, durante una conferencia tecnológica celebrada en Riad, Arabia Saudita.
Una nueva frontera para la computación
La propuesta, que hasta hace poco parecía ciencia ficción, se apoya en varios argumentos técnicos y medioambientales. Los centros de datos en órbita podrían funcionar con un suministro constante de energía solar y serían más fáciles de enfriar gracias a las bajas temperaturas del entorno espacial, un desafío que en la Tierra implica un enorme consumo de agua y energía.
El anuncio de Starcloud no llegó solo. Google reveló sus planes para lanzar satélites de prueba en 2027 dentro de su proyecto Suncatcher, mientras que Elon Musk aseguró que SpaceX podría desplegar sus primeros centros de datos en órbita el próximo año, aprovechando la infraestructura de su red de satélites Starlink.
Entre la viabilidad técnica y los riesgos espaciales
Los proyectos actuales contemplan agrupaciones de satélites en órbita terrestre baja, lo suficientemente cercanos entre sí como para garantizar una conectividad inalámbrica fluida. Según Krishna Muralidharan, profesor de ingeniería en la Universidad de Arizona, los centros de datos espaciales podrían ser comercialmente viables en la próxima década. Sin embargo, Jeff Bezos, fundador de Amazon y de la empresa espacial Blue Origin, cree que esa meta podría tardar el doble en concretarse.
Entre los desafíos técnicos más importantes se cuentan la radiación, las temperaturas extremas y el riesgo de impactos con basura espacial, que podrían dañar los componentes electrónicos.
“Será necesario un trabajo de ingeniería”, reconoció Christopher Limbach, profesor asistente de la Universidad de Michigan. “Más que un problema técnico, la cuestión será de costos”.
Energía solar constante y huella ambiental reducida
Uno de los mayores atractivos del espacio es la posibilidad de sincronizar los satélites con la órbita solar, garantizando una exposición continua a la luz del sol y, por tanto, un flujo energético estable. Las grandes tecnológicas, urgidas por la demanda eléctrica que exige la IA, han invertido en energías alternativas —incluso en plantas nucleares— para sostener sus operaciones terrestres.
Los defensores de la opción espacial argumentan que estos centros de datos serían menos perjudiciales para el medioambiente, aunque advierten que los lanzamientos de cohetes siguen generando una huella de carbono considerable. Además, la cantidad de agua necesaria para el enfriamiento sería comparable a la de una estación espacial, basada en radiadores de escape y sistemas de reciclaje.
¿Una apuesta económicamente sostenible?
El debate sobre la viabilidad económica está abierto. Según estimaciones del ingeniero Travis Beals, líder del proyecto Suncatcher, los costos de lanzamiento podrían disminuir a mediados de la década de 2030 hasta el punto de que operar un centro de datos en órbita sea comparable a hacerlo en la Tierra.
“Si alguna vez hubo un momento para trazar nuevos caminos económicos en el espacio, es ahora”, concluyó Limbach.

