Clases sociales en Argentina
La pirámide social argentina muestra una leve mejora en la base, pero se profundiza la brecha de consumo
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Un nuevo informe sobre la composición de la pirámide social argentina reveló un doble fenómeno: una leve mejoría entre los sectores más vulnerables y, al mismo tiempo, una marcada polarización en los patrones de consumo, que exhibe una creciente distancia entre la élite económica y los hogares que viven bajo lo que los especialistas denominan la “cultura del ‘no’”.
Según los datos, entre el segundo y tercer trimestre del año se produjo un cambio relevante en los estratos más bajos: el grupo “Clase baja, en pobreza”, integrado por hogares con ingresos inferiores a $1,18 millones mensuales, se redujo del 26% al 24% de la población. Paralelamente, aumentó del 24% al 28% el segmento denominado “Clase baja superior, no pobre”, que reúne a familias que, si bien continúan ajustadas, lograron salir del umbral de la pobreza.
Sin embargo, la mejora en la base convive con una brecha de ingresos cada vez más pronunciada en la cúspide de la pirámide.
Los nuevos umbrales de ingreso
El informe detalla con precisión los ingresos mínimos necesarios para ubicarse en los tres estratos más representativos de la clase media y alta:
- Clase Alta (5%): requiere un ingreso mínimo de $7 millones mensuales, con un promedio que llega a los $12 millones.
- Clase Media Alta (17%): necesita al menos $3,7 millones por hogar.
- Clase Media Baja (26%): el piso se ubica en torno a los $2,05 millones mensuales.
Estas cifras exhiben una estructura social fuertemente tensionada por los ingresos y por las posibilidades de consumo.
Consumo polarizado: de los lujos al “no hay plata”
El análisis del comportamiento del consumo, que acompañó al informe, refuerza esta idea de dispersión:
▪ Elite: La Clase Alta mostró un repunte significativo en compras de bienes de lujo, con aumentos superiores al 50% en rubros como automóviles premium y viajes al exterior.
▪ Clase Media: Dentro de la Clase Media Alta predomina una lógica de “acomodamiento”: tras el shock económico de 2024, sus integrantes buscan sostener un estilo de vida que sienten amenazado, realizando ajustes y “malabares” para no perder posiciones.
▪ La Base: La Clase Media Baja y la Clase Baja Superior enfrentan de lleno la “cultura del ‘no’”, donde las restricciones son permanentes: no hay plata, no hay margen para gastos extras y no hay horizonte de consumo durable.
La contracción también se refleja en los consumos masivos. Según datos del sector supermercadista, las ventas se redujeron 5,1% interanual entre enero y octubre de 2025, un indicador que expone las dificultades de los hogares para sostener incluso las compras básicas.
Un país con señales mixtas
Aunque la recuperación en la base de la pirámide representa una mejora social relevante, el informe advierte que la economía continúa mostrando rasgos de fuerte desigualdad: mientras algunos sectores acceden a bienes de alto valor, una porción significativa de la población sigue condicionada por la escasez y el ajuste.
La Argentina, concluyen los especialistas, transita una etapa donde conviven avances parciales con una polarización estructural que marca la vida cotidiana, las expectativas y los hábitos de consumo de millones de personas.

