“La guerra empieza el viernes”
Esa fue la frase que utilizó el presidente Alberto Fernández cuando el martes de esta semana se conoció el índice de inflación correspondiente al mes de febrero, el cual ascendió a 4.7%. Es por esta situación que el presidente inmediatamente le puso fecha al inicio de la “guerra”, lo que indicaría -si nos atenemos a sus palabras- que la misma va a ser violenta, táctica y estratégicamente bien planeada, y por sobre todo utilizando la inteligencia a su mayor nivel.
Dado que a este artículo lo estoy escribiendo un jueves, no puedo saber a ciencia cierta cuales serán las armas con las que comenzará la heroica defensa, pero podemos analizar alternativas de lo que se podría esperar en el marco de la realidad actual.
Las causas
Es fundamental conocer cuales son las causas que llevan a este combate, porque tener un diagnóstico equivocado puede ser letal. Sabiendo cuales son las causas, entonces se pueden escoger las armas a utilizar.
Causa 1
Si suponemos que la causa es por el déficit (los gastos superan a los ingresos y por eso se debe emitir dinero para pagar los mayores egresos), entonces las armas a utilizar deberían estar relacionadas con aumentar los ingresos y bajar los gastos. Dado que los ingresos no se pueden incrementar tan rápidamente, la solución pasaría por bajar el gasto público y de esa manera cortar con la necesidad de poner a funcionar la máquina de imprimir billetes. Asimismo, dada la inercia inflacionaria, para poder disminuirla habrá que aumentar la tasa de interés, pero sólo por un tiempo muy limitado, porque si se mantiene en el tiempo puede ser más peligroso el remedio que la enfermedad.
Causa 2
Si suponemos que la causa 1 es falaz y que las causas radican en realidad en las ansias dañinas de los comerciantes codiciosos, en los monopolios que controlan la economía, en la guerra de Rusia con Ucrania y en los salvajes especuladores que sólo les interesa sacar ventaja arruinándole la vida a los demás, entonces las armas para esa guerra serán totalmente diferentes. En ese caso posiblemente las armas que el señor presidente dispondrá, serán nuevos impuestos para que los comerciantes y empresarios no se lleven tanto dinero a sus bolsillos, retenciones a productos de exportación que se consumen mucho en Argentina (trigo-carne), no habría que descartar incluso prohibiciones a las exportaciones, logrando de esa manera evitar que el aumento de precios internacional por la guerra impacte en el bolsillo de los argentinos, precios máximos a productos esenciales de consumo (pan, carne, yerba, vinos), precios negociados con otros productos que no estén en la lista anterior, y acuerdos con sindicatos para que los salarios no se incrementen por encima de la inflación. En síntesis, las armas que ya se han utilizado en el pasado cuando han ocurrido hechos similares al presente. No hay que descartar alguna innovación revolucionaria que normalmente se nos ocurre.
Implicancias
Habrá que confiar que estamos en manos de los mejores generales. Sería terrible que se coloquen todos los cañones en Jujuy esperando una invasión por el norte cuando los enemigos estén desembarcando en Tierra del Fuego (es una alegoría claro).