Sociedad
“La gente está ‘repodrida’, tiene miedo y esto no puede seguir así”
Lo expresó a Paralelo 32 Alejandro Di Palma, el dueño de la estación de servicio de Rosario, donde mataron a sangre fría a un trabajador.
El propietario de la estación de servicio de Rosario donde mataron a su empleado Bruno Bussanich, Alejandro Di Palma, dialogó con Paralelo 32 sobre la situación dramática y criticó duramente las respuestas políticas frente a los hechos.
Durante la entrevista, subrayó: “En esta oportunidad, la reacción de la sociedad fue muy importante, un cacerolazo masivo. Ese cacerolazo no se lo hicieron a los hampones, al crimen, a Los Monos. Se lo hicieron al gobierno reclamando justicia, una seguridad, para que empiecen a dejar de ocurrir estas cosas. Los paros, hasta de las escuelas, es inaudito. ¿A quién le hicieron el paro? La gente está repodrida, tiene miedo y esto no puede seguir así. Me parece que la sociedad dijo basta”.
– ¿Cuál es su opinión en torno a esta situación que lo tiene como protagonista no deseado?
-- Es una situación de la que resulta una cadena de cuatro muertes. Primero, el asesinato de un taxista, y no hicieron nada. El asesinato de otro taxista, y no pasó absolutamente nada. Solamente se lanzó un incipiente paro de taxis. Después vino la muerte de un colectivero. Tampoco pasó nada. A la altura de tres muertes, nadie le dio bola al tema. Te das cuenta que es un delirio total. Todas muertes fueron poco tomadas por la prensa, que lanzaron primero paros de taxistas y después de colectivos sin alto agrado de acatamiento. Y finalmente, el sábado a la noche el asesinato de Bruno, mi empleado. ¿Qué pienso de esto? Me parece una aberración. El valor de la vida es cero. Es un ‘dale seguí para adelante’; hasta que pasó ‘algo’.
– En declaraciones periodisticas, Ud. dijo que el lugar para el crimen ‘no fue elegido al azar’. ¿Por qué lo cree?
-- Después de las primeras tres muertes bastante poco visibles, todo siguió como si nada. El hampa, estos criminales eligieron un escenario ‘más cinematográfico’. Por eso fueron a la estación de servicio, absolutamente iluminada y filmada por todos lados. Se garantizaron ante la prensa ese crimen aberrante que querían exhibir de manera ‘cinematográfica’. Si sólo querían matar, hubieran matado a una persona en la vereda. Pero no hubieran tenido garantías de que se vea, que sea filmando, que sea visible y que la nota que dejaban iba a llegar al destinatario, el gobernador de Santa Fe.
– ¿Qué le pide en forma concreta a los gobernantes? Da la impresión que salen a mostrarse actuando a ‘lo Bukele’ en las cárceles, pero no controlan las calles donde el narco puede contragolpear.
-- Pedimos concretamente seguridad. No un conjunto de ‘medidas que van a tomar’. Ya estamos podridos de las medidas. Las medidas hasta ahora no han servido. Necesitamos resultados concretos. Así no se puede seguir, esto no puede seguir. Evidentemente el descontrol en materia de seguridad es flagrante, indiscutible. Limitarse a llevar adelante acciones ‘pochocleras’, de ‘saturación’, no parece serio. Debo recordar que en la época de Berni, los gendarmes estuvieron en Rosario saturando, dos o tres años atrás. Y dos o tres años después, hoy, tenemos algo absolutamente peor que lo que teníamos. La curva de degradación siguió in crescendo. Indudablemente, esto es una aspirina para un tipo que tiene cáncer. Es actuar sobre los síntomas y no sobre la causa. A mí no me conforma, no parece serio.
– ¿Cree que hay mucho ‘circo mediático’ en torno a las medidas que se anuncian? ¿Con qué finalidad?
-- En realidad, creo que todo es circo. Otra vez intentan cerrar el tema con conexiones pomposas. Pero no tienen ningún plan, no hay ninguna estrategia. Ni siquiera una decisión política de terminar con esto. Solo mostrar y llevar adelante un espectáculo que no persigue extinguir el problema de raíz.
– Se señala que el poder narco avanzó mucho con inversiones y también con manejo territorial de barrios. ¿Cómo se vive eso en Rosario?
-- No soy especialista en seguridad, pero perseguir a los que cometieron estos asesinatos, me parece que tiene ‘sabor a poco’. Entiendo que el ataque a estas organizaciones criminales se tiene que hacer por el lado económico. Me parece, supongo, lo escuché, lo vi en películas. Veo que eso en Rosario no se hace, todo lo contrario. Sigue así. Ahí tenemos un problema.
Finalmente, Di Palma aseguró que “todo lo que yo digo no gusta” y considera que por eso “no me mandaron custodia a la estación de servicio. Es una vergüenza, lo dije un montón de veces”.