La educación sexual en los niños
Victoria.- Se realizó días atrás una importante charla en el jardín Pastorcitos de Belén, del Instituto J. F. Kennedy, en función del proyecto que la institución tiene de coordinación entre Nivel Inicial y Primaria (cuyo eje es la Educación Sexual Integral). Debido a lo anterior, la neuropsicóloga Graciela Buonomo abordó diferentes tópicos relacionados a la ESI en niños. Posteriormente dialogó en exclusivo con Paralelo 32. “Para tratar la ESI en niños se les da, primero, conocimiento de su propio cuerpo. Empezar a conocer su propio cuerpo permite el cuidado y el respeto del mismo para ellos y para los otros. Lo que no se conoce no se puede hacer”, comenzó Buonomo.
Luego, aclaró: “Con los chicos pequeños no vamos a hablar de cosas que hablan en la secundaria. O sea, no vamos a tocar temas del cuidado del cuerpo en cuanto a relaciones sexuales o drogas”.
Juguetes para niños, juguetes para niñas
Añadió la profesional que “sí, se les habla del permiso que tienen para jugar. En muchos hogares los limitan: si es varón tiene que jugar con esto y si es nena tiene que jugar con aquello. Eso lo que hace es limitar el aprendizaje. Si a un chico no se le permite jugar con algo, lo que esto genera es no estimular esas áreas. Lo que uno aprende jugando lo utiliza para la vida”.
Con base en lo anterior, lo profesional subrayó: “El juguete no tiene sexo. Tranquilamente un niño puede jugar con una muñeca y una niña, con una pelota. Todo esto tiene que ver con una cuestión de género, es decir, con qué pretende el adulto del género de ese chico o chica”.
Los colores y el género
Por otro lado, Buonomo evidenció el absurdo de pensar que existen colores para niños y colores para niñas. “En la actualidad podría decirse que muchos atribuyen el color rosa a las niñas y el celeste a los niños. Sin embargo, esto no siempre fue así. Esta diferenciación del rosa de mujeres y el celeste de varones no tiene más de 80 años.
A continuación, narró: “Hace muchos años, el rosa era un color más usado en el varón porque tenía que ver con el rojo de los uniformes militares, por lo que era considerado un color fuerte y masculino. En cambio, el celeste era visto como femenino, porque tenía que ver con el manto de la virgen”.
Asimismo, agregó: “La determinación más fuerte del color comenzó en los años ’70 con los juguetes, por una cuestión de marketing. Ésta fue una división más marcada que implementaron las marcas”.
Respecto del trabajo en ESI con los niños, señaló la importancia de trabajar, también, con los padres. “Cuando trabajás con niños, trabajás con los padres. El niño no viene solo a terapia. Además, independientemente del trabajo con el niño, en las primeras sesiones yo suelo trabajar mucho con los padres”.
—¿Por qué es importante la ESI a temprana edad?
—Es fundamental que los padres escuchen a los hijos. Es necesario que escuchen por qué sus hijos dicen determinadas cosas. Los niños, a la edad de cuatro años, ya tienen noción de la genitalidad y, muchas veces, los padres ven esto con horror. Lo correcto en estos casos sería hablar con el niño y preguntarle qué le interesa de eso, qué le preocupa y darles información. La desinformación hace que no se colabore. Cuando en la casa no se blanquea lo que el chico quiere saber, el niño va a buscar esa información por otro lado, y es mucho más sano que su familia le calme esa ansiedad explicándole cómo son las cosas.
Por último, la neuropsicóloga enfatizó: “El respeto al cuerpo hay que trabajarlo desde niños. No hay que tener miedo de abordar seria y responsablemente este tema, porque el miedo genera que los chicos no comenten cuando ocurren situaciones”.