Política
Hackeo al CGE: Provocación o advertencia sobre el blindaje digital del Estado
/https://paralelo32cdn.eleco.com.ar/media/2019/03/Hackers.jpg)
El ataque informático que alteró la página del Consejo General de Educación expuso dudas, burlas y chicanas futboleras • El gobierno aseguró que no hubo datos comprometidos.
Un grupo que se adjudicó el ataque sustituyó la portada del sitio del Consejo General de Educación (CGE) de la provincia con mensajes y símbolos ajenos. El Gobierno aseguró que fue un incidente aislado y que no hubo datos comprometidos. Por qué estos defacements importan y qué suele mover a quienes los ejecutan.
El lunes 18 de agosto, quienes ingresaron al sitio oficial del Consejo General de Educación de Entre Ríos se encontraron con otra cosa: una bandera extranjera, un mensaje en tono burlón y una chicana futbolera sobre Pelé y Maradona. En la pantalla figuraba la firma de cinco alias y un nombre de grupo: Paralord Team. No había trámites ni carteleras: solo la portada reemplazada.
Según reportes periodísticos, el episodio alcanzó también al Portal Aprender y a la plataforma Atamá, lo que multiplicó las consultas en escuelas y dependencias. La pregunta que flotaba era obvia: ¿hubo acceso a información sensible o se trató de una intervención superficial?
La versión oficial
Pasado los días, el Gobierno provincial buscó bajar la tensión. Alejandro Mildenberger, director general de Modernización, afirmó que se trató de “un incidente aislado” limitado a “la capa visible externa del sitio web”, es decir, la portada. “Ningún dato personal asociado a ciudadanos, estudiantes o padres estuvo afectado… Lo que se vio fue una pantalla adulterada, pero los sistemas internos de gestión permanecieron seguros”, sostuvo.
De acuerdo con el funcionario, los equipos técnicos del CGE y de la Dirección de Informática actuaron en conjunto: pusieron el sitio en mantenimiento, restauraron una copia de seguridad, iniciaron la pericia informática para identificar la vulnerabilidad y notificaron al CERT, el organismo nacional que coordina incidentes de ciberseguridad pública. “Se activaron los protocolos y se contuvo la infracción”, remarcó.
¿De dónde vienen y por qué lo hacen?
El despliegue de banderas, consignas en otro idioma o referencias futboleras, no prueba el origen de los atacantes. En ciberseguridad es común el recurso de la falsa bandera: incluir símbolos o mensajes para desviar sospechas sobre la procedencia real o para sumar ruido en la conversación pública. Puede ser un grupo extranjero, local o incluso personas sin estructura que aprovecharon una falla puntual.
Lo que sí se vio, encaja en la categoría de defacement: reemplazar la portada de un sitio por una pantalla “tuneada”. ¿Motivaciones?
• Visibilidad y reputación en comunidades online (demostrar que “pudieron”).
• Provocación lúdica o política: chicanas, consignas, banderas.
• Exploración y práctica técnica sobre blancos con menor defensa.
• Métrica de impacto para luego intentar acciones más serias (phishing, robo de credenciales) si encuentran más puertas abiertas.
Aun cuando no hay indicios de filtración de datos —según la versión oficial—, no conviene minimizar estos hechos: si alguien logró modificar la capa pública, existe una vulnerabilidad que conviene cerrar rápido para evitar escaladas o imitaciones.
Lo que suele fallar (y cómo se corrige)
Sin adjudicar causas específicas a este caso —que quedarán para la pericia—, en portales públicos los ingresos más comunes son:
• Gestores de contenido o plugins desactualizados.
• Credenciales débiles o reutilizadas.
• Exposición de paneles de administración sin doble factor.
• Servicios externos integrados con configuraciones por defecto.
Las contramedidas son conocidas pero requieren constancia: inventarios y parches frecuentes, autenticación multifactor para accesos de administración, segmentación entre capa web y bases de datos, backups probados y monitoreo con alertas.
Lo que deja este episodio
En este caso, la intervención fue —según el Gobierno— superficial y contenida. Pero dejó una enseñanza repetida: la seguridad informática es una infraestructura. No se nota cuando funciona, pero sostiene servicios críticos tanto como la electricidad o la llave de una puerta.
“Un defacement puede parecer un chiste de mal gusto, pero es una señal inequívoca: alguien pasó el cerco. Si hoy fue para dejar una burla, mañana puede ser para robar credenciales o montar fraude”, señaló a Paralelo 32 un analista de ciberseguridad consultado, que pidió reserva de identidad por razones profesionales. “La respuesta rápida y la comunicación clara ayudan; lo importante es cerrar la brecha y elevar el estándar antes del próximo intento”.
Cómo cuidarse también como usuario
• Verificar siempre la dirección web oficial antes de cargar datos.
• Evitar reutilizar contraseñas en distintos servicios.
• Activar autenticación en dos pasos cuando esté disponible.
• Desconfiar de correos o mensajes que pidan información urgente.
• Mantener navegadores y dispositivos actualizados.
Más claves para entender:
— Defacement: adulteración de la portada de un sitio sin tocar —necesariamente— las bases internas.
— Capa visible externa: lo que ve cualquier usuario al entrar; no implica acceso a datos por sí misma.
—CERT: (Equipo de Respuesta ante Incidentes de Seguridad Informática) organismo nacional (.ar) que coordina alertas y buenas prácticas.