«Haciendo historia en el primer jurado popular de Entre Ríos»
Entre el miércoles 11 y el viernes 13 de noviembre, un grupo de dieciséis entrerrianos, doce titulares y cuatro suplentes, tuvo una experiencia que hizo historia: participaron como jurados populares en el primer juicio por jurados que se desarrolló en nuestra provincia. La posibilidad de los juicios por jurados está establecida en la Constitución Nacional de 1853 y en la Constitución Provincial de 1933, en vigencia con la reforma de 2008. Pero, recién en las dos últimas décadas, las provincias argentinas fueron abriendo sus leyes procesales a esa alternativa. En Entre Ríos, la ley 10.746 fue sancionada en noviembre del año pasado y a un año de su vigencia, se aplicó en el primer caso que llegó a esa instancia.
Los doce jueces populares tuvieron que decidir sobre culpabilidad o inocencia en un caso de homicidio producido en la ciudad de Paraná en abril de este año.
Sorteados y anónimos
Desde Paralelo 32 se contactó a uno de los integrantes del jurado. Por seguridad, ya que intervino en un caso de homicidio (y al cierre de nuestra edición, el culpable estaba prófugo, ya que durante el proceso permaneció en libertad), no se da nombre del entrevistado. Tampoco lo tuvieron durante el juicio ninguno de los jurados participantes, que fueron reconocidos cada uno solo por un número.
Nuestro entrevistado salió sorteado, como los demás ciudadanos, en junio. En septiembre hicieron una reunión con todos los preseleccionados, pero él no se enteró porque no recibió la notificación que debía entregarle la Policía. El 4 de noviembre llegó personal policial a su casa y le pidieron el número de teléfono para el contacto con funcionarios del Poder Judicial. El jueves 5 lo llamaron desde Tribunales para informarle que tenía que presentarse el día 10 de noviembre. Planteó que no podía dejar su trabajo, que es su sustento, siendo trabajador autónomo. Después, se le informó sobre el pago de viáticos y una suma compensatoria de lucro cesante, que deberá recibir próximamente. En el caso de los empleados, no reciben pago pero sus empleadores deben pagar los días de ausencia como jornada normal de trabajo.
De negativo a positivo
“Era todo negativo, no quería ir, para mí no servía, no iba ni para atrás ni para adelante”, comentó el entrevistado. Pero reconoció que cambió de opinión y actitud durante el desarrollo del juicio. Además, hubo una muy buena atención recibida a través de asistentes del Poder Judicial, siempre atentos a las necesidades de los jurados mientras se desarrollaban las audiencias.
“Sinceramente, le digo que es una linda experiencia porque uno se encuentra con gente desconocida, entra a conversar y cada uno tiene sus puntos de vista, hablando de todo, incluyendo lo que fuimos a hacer”, señaló el entrevistado.
Iba todas las mañanas a Tribunales, desde su casa en Crespo. Debía estar presente a las 8.30 y cada audiencia comenzaba a las 9. Así fue su rutina entre el miércoles 11 y el viernes 13. Previamente, se presentó el martes 10, momento en que se informaron los 12 jurados titulares y cuatro suplentes. Ese día dos personas estuvieron conectados por zoom y al día siguiente uno de ellos se integró para participar de las audiencias del juicio. “Como no hay colectivos, si alguien no tenía movilidad, la Policía lo llevaba desde su domicilio; desde Tribunales hicieron todos esos trámites”, aclaró el entrevistado.
Muy buen servicio
Reconoció que los jurados estuvieron muy bien atendidos durante las audiencias. El entrevistado es celíaco y había otro jurado vegetariano. Les dieron comida específicas para sus dietas. “Continuamente estaban ofreciéndonos o trayendo una botellita de agua a cada jurado durante la audiencia”, ejemplificó. Se hacían cuartos intermedios, “y nos daban café, leche, galletitas. Se podía ir al baño. Después, cuando terminaba una audiencia, se almorzaba y luego cada jurado volvía a su casa”. “Mi caso, fue puntual, porque pedí agua saborizada sin TACC y me la dieron”, comentó.
Aclaró que pudo solucionar con la intervención del juez y funcionarios de Justicia un problema que tuvo: esa semana se le vencía el carnet de conductor. Desde la Justicia logró una certificación de su participación como jurado y por intermediación de funcionarios judiciales, consiguió que en la Municipalidad de Crespo le extendieran la vigencia por cinco días. Al momento de realizar la entrevista, ya había completado la renovación de su licencia, que es un elemento fundamental en su trabajo cotidiano.
El debate
Cuando terminaron las exposiciones, el viernes 13, los doce jurados se retiraron a deliberar, luego de recibir las últimas instrucciones del juez sobre el caso.
Los testigos por la Fiscalía eran los investigadores policiales y peritos; por otro lado, estaban testigos de la defensa. “Nosotros nos basamos en la investigación de la Policía”, dijo. Consideró que los testigos de la defensa eran poco fiables en sus declaraciones. “Nunca en mis 53 años escuché tantas mentiras como en esos tres días”, subrayó el entrevistado. No miraban ni se dirigían al jurado a pesar de que el juez se los exigía permanentemente. Parecía que no podían sostener la vista hacia los jurados, señaló el entrevistado; la mirada huidiza es una actitud que siempre resulta sospechosa de engaño o encubrimiento, para el sentido común.
Durante la deliberación final, los doce jurados pudieron pedir las pruebas presentadas durante las audiencias para tener una visión más profunda y aclarar sus dudas.
El caso
En el primer juicio por jurados de Entre Ríos, el imputado que terminó siendo culpable es Carlos Iván Camino, acusado por el delito de “homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego” en perjuicio de Milton Luna, joven de 25 años, asesinado a balazos el 25 de abril de este año en un descampado de Paraná. Luna recibió dos balazos de arma de fuego y los investigadores creen que el ataque ocurrió en el marco de una pelea. Camino intentó convencer al jurado, infructuosamente, que se separó de Luna momentos antes del crimen y que vio pasar otro vehículo donde, presuntamente, iba la persona que ultimó a la víctima.
El doctor Pablo Vírgala, vocal del Tribunal de Juicio y Apelaciones, fue el juez en este caso; los fiscales fueron Santiago Brugo y Juan Malvasio, quienes solicitaron una pena de 24 años de cárcel; el abogado Javier Aiani defendió al acusado y pidió que la pena no supere los 15 años; como querellante estuvo Francisco Barbagelata Xavier, quien adhirió al pedido de Fiscalía.
Camino permaneció en libertad durante todo el proceso y durante las audiencias, pero el miércoles pasado desapareció y está prófugo, con pedido de captura internacional.
Quienes pueden ser jurados
• Ser jurado es un derecho y una carga pública.
• Puede ser convocado cualquier argentino, con 5 años de ejercicio de la ciudadanía en el caso de los naturalizados, y tener entre 18 y 75 años de edad.
• Tener estudios primarios completos y entender plenamente el idioma nacional.
• Contar con el pleno ejercicio de los derechos políticos.
• Tener domicilio conocido.
• Tener una residencia inmediata no inferior a 4 años en la provincia. Quedan excluidas personas con responsabilidades públicas de relevancia como funcionarios políticos o del Poder Judicial, abogados, escribanos, integrantes de las fuerzas armadas y de seguridad en actividad, ministros de un culto religioso reconocido. También, quedan eximidos quienes no tengan aptitud física o psíquica suficiente o presenten una disminución sensorial que les impida ejercer la función.