Hace 40 años Mario Schimpf fue el campeón argentino de karting
Viale- Arrancaron en la década del 70 a correr karting, también lo hacía su hermano Hugo, en el mes de noviembre del año 81 en una competencia llevada a cabo en Santiago del Estero Mario ganó y se convirtió en el Campeón Argentino.
Como no recordar que durante ese fin de semana del 13 al 15 de noviembre los muchachos consiguieron ese título, hoy hace 40 años que en La Banda (Santiago del Estero) se gritó campeón a los 4 vientos, donde se corrió con los mejores del país.
En esa oportunidad se organizó un bono contribución para reunir fondos los que fueron engrosados por colaboraciones monetarias de instituciones de Viale, también hubo apoyo de particulares.
Recordamos cuando Ángel Matteoda tomó la decisión y puso el camión para el traslado del karting y la comitiva, que eran unas 10 personas.
Minuto a minuto
El sábado 14, Mario había logrado el sexto tiempo en la clasificación y ya todo parecía un sueño, “estaba ahí entre los mejores 40 pilotos del país“.
Domingo 15, sueño cumplido, una llamada telefónica desde Santiago del Estero a la casa de sus padres donde una voz quebrada por la emoción decía, “Mario salió campeón en la categoría 125 c.c y Hugo (su hermano) ganó el premio consuelo”.
El día lunes la noticia comenzó a conocerse y lógicamente se organizó la recepción de los héroes coincidentemente cuando la ciudad también dejaba de estar de fiesta con la tradicional Expo Viale 80, en su versión 81, se prepararon carteles, banderas, se equipó un auto con bocinas (alta voces), hasta que pasada las 21 hs llegó el camión cargado de emociones, allí, en el acceso a la ciudad estaba una caravana impresionante que recorrió la ciudad, donde la gente salía a las veredas a festejar esto tan valioso que consiguieron con un humilde equipo. Esa noche quedó totalmente rodeado el escenario de la Expo Viale donde todos coreaban, el tradicional ¡dale campeón! y terminaron luego en el popular bar de Manuque, donde los festejos se extendieron durante largas horas.
El relato de Aldo Grinovero: “Fue una experiencia muy linda”
Rememora Aldo, “Mario salió campeón entrerriano de Karting, la última carrera fue en San Salvador en el año 81, donde fuimos todos, como era tradicional luego nos juntábamos en el taller de lo Schimpf y ahí festejábamos y tomábamos algo, cuando estábamos allá en San Salvador y como yo era secretario de la Asociación Entrerriana de Karting y como comisario deportivo, nos informan que había una invitación para el Campeonato Argentino de Karting a realizarse en Santiago del Estero”.
“Cuando volvimos de San Salvador nos entusiasmamos esa noche y nos enganchamos, el único problema era que faltaban unos 15 días para la fecha, así que los tiempos nos apuraban, los karting estaban bien porque los preparaba Montiel, lo primero que se nos ocurrió fue hablar con Don José María ( empresario) para que nos ayude, nos dio todo el apoyo y unos días antes nos dijo que no podía el camión porque tenía problemas con el seguro y las personas transportadas, (pero si nos pagó todos los gastos para viajar). Comenzamos a buscar un camión y lo hablamos al Chivo Ángel Matteoda y nos dijo que sí”.
Grinóvero, siguió recordando, “fuimos 11 personas, el camión marchaba a unos 60 km por hora, yo presidía la delegación, hubo algunos problemas, hasta incluso con los escapes porque los entrerrianos teníamos colocados unos con más decibeles, pero entre marchas y contra marchas, pudimos competir”.
“Nos alojamos en el mismo circuito, dormíamos en el camión (habíamos llevado colchones) y nos bañábamos en el Río Dulce”.
“Mario corrió, tiene suerte y salió campeón argentino ganándole a importantes pilotos del país, después en la revisación técnica nos quisieron descalificar porque el pistón no era de industria nacional, hasta que Adolfo Montiel, que era el preparador, consiguió las boletas de los pistones y se logró revertir todo. Su hermano Hugo ganó el repechaje (el premio consuelo que le llamaban) porque no había clasificado, así que nos vinimos con dos trofeos de quebracho muy lindos”.
El dato
Viajaron con un solo motor, “cuando estábamos allá rompimos un cilindro, pero un muchacho amigo de Santa Fe, nos prestó un cilindro y ahí solucionamos el problema, si se nos rompía algo teníamos que abandonar”, contaba en esa oportunidad Roberto Hirffel, el mecánico de la peña.