Grupo Bioconstrucción Crespo: Promueven el uso de materiales constructivos no convencionales
Crespo.- El Grupo Bioconstrucción Crespo es un grupo de crespenses entusiastas que están promoviendo y trabajando en el desarrollo y la capacitación en sistemas constructivos no convencionales, como el uso de adobe, materiales reciclables y biológicos, para hacer viviendas y edificios confortables, amigables con el ambiente y más eficientes en el consumo de energía. La bioconstrucción es un sistema de edificación con bajo impacto ambiental, que se apoya en materiales amables para el medioambiente y en la gestión de la energía. Recupera materiales tradicionales de construcción como el adobe, los fardos de paja para el rellenado de muros y paredes; incorpora cubiertas vegetales para techos; introduce energías renovables como paneles fotovoltaicos; y en general utiliza materiales de la zona.
Integrantes y actividades
Conforman este grupo la arquitecta Maillén Weiss, los diseñadores Alexis Wiliezko y Mariela Schneider, la comunicadora social Jorgelina Torres y su marido, el gastrónomo Danilo Yunk.
Actualmente, se encuentran trabajando en dos propuestas:
- Taller de Construcción con fardos de paja, dictado por la Cooperativa Okambuva (de España), del 13 al 18 de noviembre en Crespo, destinado a profesionales, albañiles, técnicos y público interesado en conocer las técnicas de la bioconstrucción.
- Proyecto de bioconstrucción en la Planta de Tratamiento de Residuos, en conjunto con la Municipalidad, con el uso de materiales reciclables de la planta, desde una propuesta de arquitectura sustentable.
- También participaron del primer capítulo del Hackatón Ambiental, realizado el 6 de agosto en el edificio NIDO “Dr. Adolfo Goldemberg”, organizado por la Municipalidad, para difundir la construcción sustentable.
Durante una entrevista con Paralelo 32, los integrantes de Grupo Bioconstrucción Crespo se refirieron a sus proyectos y las actividades de divulgación que vienen desarrollando.
Tarea de difusión
Wiliezko, quien acumuló varios años de experiencia en bioconstrucción mientras vivió en España, comentó que “apuntamos a difundir de la bioconstrucción, hay imágenes de obras terminadas y en construcción. Dar información de lo que se trata, lo bien que hace a la salud, desmitificar un montón de cosas como que no es ‘el rancho se puso de moda’. Es la construcción de antes, como cuando se utiliza barro, pero con los avances tecnológicos de nuestra época. Para que todo esto tenga empuje, otra idea es formar gente, crear mano de obra. La bioconstrucción forma mano de obra capacitada que puede ser bien remunerada y que encuentra trabajo”. Agregó que en Crespo hay dos casas en desarrollo, en tanto “una tercera vivienda no se pudo seguir, porque al propietario no le aprobaron su proyecto desde el Plan ProCrear, solo pudo aplicar algunas cuestiones, nada más”, agregó.
Legislación
Torres dijo que “por otro lado, está la cuestión legal; falta una ordenanza que facilite la bioconstrucción”. Weiss señaló que sobre el tema reglamentario de la bioconstrucción “hay interés por parte del municipio en que se haga la ordenanza, pero lo cierto es que no hay una ordenanza general de bioconstrucción, porque hay muchas técnicas constructivas. Porque no es lo mismo una ordenanza para una cubierta verde, que para una técnica de adobe o para una técnica de fardo”.
– ¿Por qué se necesita una ordenanza específica?
— Weiss: Si no está legislado el municipio no lo puede aprobar. Ese es el punto. Los tres casos que se presentaron se terminaron aprobando por vía de excepción. Por ejemplo, los sistemas de construcción en madera, como las casas prefabricadas, tienen el CAT, Certificado de Aptitud Técnica, que en el caso de la bioconstrucción no lo tenemos. Pero se busca que pueda estar dentro de alguna alternativa, para no aprobar siempre por vía de excepción.
— Wiliezko: Las casas realizadas con bioconstrucción se terminan aprobando porque se entiende que son estructuras estables, que no va a pasar nada. En la normativa común, hay cuestiones con la durabilidad del cemento. Si se traslada a la bioconstrucción, la durabilidad de la tierra es mayor, porque la tierra es eterna.
Precios
Los entrevistados destacaron que, además, la bioconstrucción puede ser más barata al comparar dos proyectos de construcción similares, uno realizado con materiales convencionales y otro que incorpore materiales de bioconstrucción. Wiliezko señaló que el precio “depende de lo que uno quiera hacer. Una misma casa construida en bioconstrucción puede ahorrar algo respecto a la construcción tradicional. La misma casa, con el mismo proyecto, la misma mano de obra, los mismos accesorios, puede salir más barata en bioconstrucción”
Weiss dijo que “suponiendo que la tierra se compre en un corralón, siempre va a salir más barata la bioconstrucción porque en inversión las dos construcciones pueden salir lo mismo, pero en eficiencia y ahorro energético, la bioconstrucción es mejor. A largo plazo sale menos porque gastás menos en climatizar los ambientes de la casa, y también es mejor en el aspecto de la salud. Una vivienda de bioconstrucción tiene mejor equilibrio de temperatura y humedad; defiende mejor contra enfermedades respiratorias o alergias, por ejemplo”.
Argentina y España
Wiliezko destacó que la bioconstrucción está muy desarrollada en España, donde trabajó varios años. “Si uno quiere revocar la casa con tierra, te dan la carta de colores con la bolsa que te llevás de tierra para revocar. En España, los materiales para bioconstrucción están en los circuitos comerciales. Hay tres empresas que fabrican morteros preparados con lo que quieras incluirle. Se fabrican con tierra paneles tipo durlok. Son un poco más gruesos pero sirven igual. Está muy generalizado este tipo de construcciones”.
Al comparar con Argentina, el entrevistado destacó que “en la parte técnica a Argentina le falta más empuje. Hay mucho de autoconstrucción, pero eso le quita prestigio y desarrollo a la bioconstrucción”.
Weiss agregó que “falta mano de obra formada, legislación y formación académica. En los seminarios a nivel latinoamericano y con algunos países de Europa, se da que la mayoría tienen una legislación nacional. Argentina no, tenemos un popurrí de ordenanzas municipales, y con mucha suerte, algo a provincial. Se legisla como le conviene a cada uno, no hay una legislación madre. Hay un grupo grande de gente, la Red Pro Tierra, que busca encausar más la formación y la capacitación. Hay mucha autoconstrucción, pero está muy desmembrada”.
La arquitecta comentó también que en Argentina “falta mercado, hoy por hoy, si uno necesita materiales de construcción no los consigue. Hay un corralón de bioconstrucción en Córdoba y sé de otro en Rosario, tratando de gestarse. Pero no hay a nivel mercado. Tampoco es una oferta. Si alguien quiere construir, le falta material, no hay quien lo construya, y se desalienta a poco de empezar”.
Schneider dijo que “tratamos de desarrollar acá capacitaciones de buen nivel; que Crespo sea un faro en la zona para lograr buenos profesionales”.
Contactos
Los interesados en la bioconstrucción pueden contactar con el grupo a través de su pagina de Facebook: bioconstruccióncrespo; o por correo electrónico a la cuenta [email protected]