Cultura Argentina
Flavia Palmiero reflexionó sobre la edad, la autenticidad y su presente como empresaria textil
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Lejos de los escenarios infantiles que la convirtieron en un ícono de la televisión argentina, Flavia Palmiero transita una etapa de plenitud personal y profesional. Ex actriz y animadora infantil, hoy se desenvuelve con naturalidad como empresaria textil, mientras comparte su vida desde hace más de una década con el productor de cine Luis Scalella. En medio de ese recorrido diverso, la artista se permitió reflexionar sobre el paso del tiempo, la exposición pública y las decisiones que marcaron su camino, cuando se aproxima a su sexta década.
Palmiero aseguró no tener conflictos con su edad ni con el paso de los años. “En cuanto a la edad, ¡no tengo ningún problema! Obviamente veo una foto mía de los 20 y digo ¡guau! Pero no deseo volver ahí”, expresó en diálogo con la periodista Flavia Fernández durante el segmento Mesa para dos. En esa línea, fue categórica al descartar intervenciones estéticas: “Jamás mentí con la edad, es algo que me parece ridículo. Nunca cirugías, nada de cambiarme la cara. Hago una vida sana, como de todo un poco, pero tranqui. Creo que es el camino que me gusta a mí”.
Al mirar hacia atrás, Palmiero destacó el carácter imprevisible de su carrera y se mostró agradecida por las oportunidades que se le presentaron. “Nunca planeé nada y me fue muy bien. A veces me preguntan por algún sueño loco y la respuesta es: ¿más loco que tener 20 años, ir a un casting y que te digan que serás la protagonista de la primera película sobre Evita del cine mundial? ¿O hacer el programa infantil más exitoso de la historia? La vida fue muy generosa conmigo”, recordó.
No obstante, remarcó que el talento por sí solo no alcanza. “Uno nace con estrella, pero no alcanza solo con eso. Es indispensable poder desarrollarse, encaminarse y esforzarse mucho. El trabajo, la disciplina y tener un horizonte claro son fundamentales”, señaló, al evocar los años en los que enfrentó estadios colmados con más de 20 mil personas.
Con una impronta artística que, según explicó, surgió de manera natural, Palmiero sostuvo que nunca fue empujada por su entorno familiar hacia el espectáculo. “Jugaba a eso desde chica. Tenía esa llama interna. El arte, como el amor, jamás se compra”, afirmó. También contrastó su intensa vida pública con su rol puertas adentro: “Me casé a los 21 y tuve a mis dos hijos muy joven. Ellos se criaron con una mamá que, después de los grandes conciertos y notas, llegaba a casa y era una más”.
Hoy, su presente laboral está enfocado en el mundo textil, un espacio que la entusiasma y en el que asegura sentirse realizada. “Me metí de lleno, cosa que hoy agradezco porque me va bien y soy muy feliz con el proyecto”, contó. Además, relativizó la imagen glamorosa que suele proyectarse de ella en redes sociales: “La gente cree que vivo como La Sirenita, en el mar. Viajo, hago producciones y las voy mostrando de a poco. Llevo 42 años trabajando y sé bastante de marketing y estrategia”.
Fiel a su estilo, Palmiero se definió como una persona auténtica. “Ser auténtico es ser fiel a uno mismo. Siempre tuve la suerte de cruzarme con gente seria y también tengo mi carácter”, subrayó.
Finalmente, se refirió a su relación con Luis Scalella, con quien comparte su vida desde hace 13 años. “Tengo una relación hermosa. Empezamos con poca expectativa y hoy existe un vínculo profundo. Nos queremos, nos acompañamos y compartimos gustos. Me encanta que él sea productor, lo admiro. Y es muy loco porque estando con un productor me dedico a lo textil”, concluyó, sintetizando un presente marcado por el equilibrio, la madurez y la coherencia con sus propias elecciones.

