Fiestas en las islas: se reanuda el problema
Victoria.- Diferentes organizaciones de Entre Ríos y Santa Fe enviaron una nota tanto al Ejecutivo como al Legislativo local por el “desconcierto” que les genera la “reiterada realización de multitudinarias fiestas y bailes” en distintos sectores del Delta del Paraná. Se trata de eventos que, antes de la pandemia, se realizaban con periodicidad en distintos puntos de la zona de islas.
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Esta situación no es nueva. El 8 de febrero de 2020, la Municipalidad de Victoria autorizó la venta de mil entradas a Garden Island S.R.L. para una fiesta privada en islas. En ese entonces se hacían varias fiestas clandestinas con regularidad y, desde la municipalidad, decían que, si bien tenían el poder de policía en la zona, no contaban con los recursos necesarios para ejercerlo.
A su vez, el asesor letrado de la Municipalidad de Victoria, Eduardo Ruda, referido al pedido de aprobación de la venta de entradas, había dicho: “La legislación no nos permite expedirnos de forma tajante y absoluta”. Según su criterio, la ordenanza de uso de suelos (Nº 2.472) no es tajante. Esto se debe a que, entre los usos no admitidos, la norma señala: “Hotelería, centros comerciales y de diversión (discotecas, bares, etc.)”. A este respecto, Ruda había sostenido que ese “etc.” no es claro. También, había señalado que Garden Island no sería una discoteca ni un bar, por lo que la legislación actual no le permitiría negarles la autorización. En este marco, cabe preguntarse: ¿Está bien que la municipalidad autorice este tipo de fiestas en un área natural protegida?
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Durante la pandemia, de este tema casi no se habló ya que todas las reuniones eran clandestinas. Ahora, con mayor apertura, el problema que había quedado pausado se reanudó.
Victoria cuenta con 376 mil hectáreas de islas y humedales, que son área natural protegida desde 2003 por la municipalidad y, desde 2019, por la provincia. Actualmente, el Comité de Promoción del Ordenamiento Territorial y Gestión de la Reserva de Usos Múltiples del Sector Islas de Victoria, conformado por funcionarios y concejales de la ciudad, con participación del gobierno provincial, trabaja para elaborar un Plan de manejo para la reserva. Esta normativa ordenará el territorio y establecerá cuáles actividades se pueden hacer y cuáles no, y, dentro de las que se pueden hacer, de qué forma se pueden realizar. Eso regirá tanto para las islas privadas como para las fiscales.
Respecto de la habilitación de ventas de entradas a causa de una ordenanza que no es “tajante”, desde la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas sostienen: “La lógica en la prohibición de actividades tales como bares y discotecas se torna más que evidente, ya que el mero sentido común, sumado a lamentables precedentes, nos demuestran las consecuencias de estas actividades en una reserva natural de por sí vulnerada. Hablamos de fiestas masivas a las que acuden cientos de personas que se trasladan algunas en lanchas y otras en vehículos particulares, que luego estacionan sobre humedales en estado de extrema vulnerabilidad”. Sumado a lo anterior, argumentan: “El Ejecutivo alega que no habilitan discotecas, sino «eventos». Las discotecas y los «eventos» reiterados, múltiples y masivos, generan los mismos impactos negativos sobre el ambiente. (…) si la discoteca está prohibida en virtud de proteger los ecosistemas del daño que esta actividad infiere, no pueden habilitarse actividades similares (si no idénticas) que conlleven los mismos daños”.