Estelas de condensación químicas, ¿conspiracionismo o verdad?
¿Está el hombre jugando a ser Dios? Según el director del grupo Caza Tormentas del Sur (Especializado en Meteorología Severa y Cambios Planetarios) Oscar Monjelat, sí. ¿Por qué? Porque en lugar de adecuarse a los “ciclos naturales sin intervención” el hombre “trata de interferir con la naturaleza”, dijo a Paralelo 32.
Lo anterior, según Monjelat, es evidente. Sólo hay que mirar para arriba, al cielo. Sostiene que allí, en el cielo, está el humano jugando un juego perverso que beneficia a algunos pocos.
El especialista se refiere a las estelas de condensación químicas. Si uno busca estas palabras (o chemtrails, en inglés) en Internet lo primero que aparece es: teoría de la conspiración de las estelas químicas. Es decir, ésta es tratada como una teoría conspirativa. Es bueno saber a quiénes pertenecen las redes globales de comunicación y consulta, que todo lo controlan.
No obstante, Monjelat explica que la geoingeniería es algo real y que existe. A partir de esto, afirma que uno de los “experimentos” más grandes en este ámbito son las estelas de condensación químicas. Éstas, dice, no son producidas por el proceso de sublimación inversa que caracteriza a las estelas de condensación “normales”.
Las marcas de estas estelas pueden verse como líneas rectas en el cielo. A veces paralelas, a veces perpendiculares. Sin embargo, el especialista señala que no se trata de estelas de condensación comunes de aviones comerciales.
“Estas estelas no son producidas por el efecto de sublimación inversa, que es el pasaje del vapor de agua directamente a cristales de hielo, como normalmente se producen”, dice. Y continúa: “Estas estelas ganan una gran extensión en el cielo, aunque no haya humedad suficiente. Esto es extraño porque para que se formen estelas de condensación normales lo que debemos tener (en un nivel de vuelo por sobre los 7 mil metros) es vapor de agua”.
Llegado a este punto, desarrolla: “Lo que logran estas formaciones es que se caliente la alta atmósfera (niveles de vuelo por sobre los 7 mil metros). Al calentarse esta zona de la tropósfera lo que se logra es que los estadios de calor se prolonguen. El punto está en que estamos viendo una sequía impresionante en la región y la estamos viendo replicada en varias partes del mundo. Lo que se ve es que se forman grandes nubes de tormentas y, al pasar estos aviones, las nubes de tormenta desaparecen, terminan siendo nubes absolutamente incapaces de generar una gota de lluvia”.
Asimismo, Monjelat diferencia: “Hay que tener en cuenta que las estelas de condensación normales se dan en un nivel muy específico de la tropósfera, denominado nivel de sublimación. Este nivel está siempre por sobre los 7 mil metros de altura y no tiene más de 500 metros de espesor, es decir que es una franja muy delgada donde se dan las condiciones ideales de temperatura y presión para que se formen. Lo que se está viendo ahora es que las estelas se producen muy por debajo de esos niveles de sublimación y se prolongan en el tiempo aun sin humedad, o sea que son falsas estelas de condensación”.
Monjelat argumenta que las estelas de las que hace mención no provienen de aviones comerciales porque, si fuera así, el fenómeno se repetiría siempre en los horarios que pasan esos aviones. En cambio, indica que se ven las “estelas de condensación químicas” cuando empiezan a formarse las condiciones de inestabilidad que podrían dar lugar a que se desarrollen tormentas.
“Entonces, surcan el cielo y las pocas nubes que pudieron formarse son desarmadas por estas estelas que no tienen que ver con las normales. Cuando pedimos información tenemos dos respuestas; una de ellas es que somos conspiranoicos; la otra, que nadie sabe nada”, narra.
Para el especialista, proyectos de geoingeniería como estos se financian bajo la excusa de que el planeta se está calentando. “Es absolutamente mentira que haya un calentamiento global. Cuando vamos a las verdaderas curvas de temperatura en el mundo podemos hablar de 3 décimas de calentamiento, o sea que es inexistente. Además, hay que tener en cuenta que no ha fallado sólo una predicción del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), sino que fallaron todas. Están haciendo que los gobiernos adhieran a determinadas políticas debido a este supuesto calentamiento (que ahora le pusieron cambio climático) cuando en realidad no se cumplió absolutamente nada de lo que se estaba prediciendo. Ante semejante falla de los supuestos mejores expertos del mundo en cuestiones climáticas, podrían tener la dignidad de hacer una revisión de su teoría y plantear otra. Pero como no lo hacen, te das cuenta que están sosteniendo una mentira. Detrás de esa mentira hay un gran negocio, y el negocio va totalmente en contra de los países en desarrollo”.
—Desde hace mucho tiempo que te dedicas a la observación meteorológica, ¿este fenómeno no lo habías observado antes?
—Las estelas de condensación existen desde que la aviación pudo alcanzar niveles y velocidades de vuelos donde eran posibles que se generaran. Acá surge una primera pregunta: hoy las estelas son consideradas como nubes por parte de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), pero si siempre fueron nubes, ¿por qué recién en 2017 la OMN las incluyó en su catálogo de nubes? Algo cambió en la composición de estas estelas para que la OMM las considerada como nubes, caso contrario siempre hubieran sido nubes. Si la misma OMM reconoce que ahora son nubes y antes no, entonces no se trata de las mismas estelas que antes estaban en el cielo. La otra gran cuestión es que cuando nos tratan de conspiranoicos nos dicen que estamos viendo cosas que no existen, pero acá el problema está a la vista y se notan los efectos. Encima, tenemos las patentes que ya han sido aprobadas para este tipo de experimentos, lo que estamos viendo en el cielo no es nada más que experimentos con patentes registradas en Estados Unidos en los que ya se hablaba de este tema, que es la dispersión de aerosoles en alta atmósfera. Se trata de una dispersión de aerosoles, que son pequeñas partículas de metales de cualquier tipo, pero que tienden, supuestamente, a desarrollar una capa de regresión de la energía del sol para que el planeta no se caliente. Ahora bien, en vista del daño que están haciendo con este experimento, lo mínimo que se puede pedir es que se pare, porque nos están llevando al desastre.
¿Y la lluvia para cuándo?
Por último, Monjelat adelantó que, en cuanto a la previsión de lluvias, la situación estaría normalizándose desde enero. Más allá de esto, el director de Caza Tormentas del Sur nos deja pensando sobre qué ocurre en el cielo. ¿Somos parte de un experimento de geoingeniería, como afirman numerosos expertos del mundo, o esto es sólo una teoría?