En Pampa y la vía
Es interesante repasar viejas publicaciones porque nos confrontan con situaciones que el vértigo del tiempo diluyó, sustituyó, desvirtuó, o solo postergó. También porque nos permiten evaluar si el transcurso de ese tiempo marchitador que alimenta olvidos, modificó algo de lo que nos molestó alguna vez. Por eso, y para imponernos una pausa, hemos elegido, entre muchas, repetir esta columna que fue publicada en 10 de marzo de 2012. Han pasado 5 años ¿y qué?
Alcánzame la sal…
** ¿En qué quedamos?
Un día de éstos nos vamos a levantar a la mañana y nos tocará escuchar que la lechuga engorda o que el tabaco es bueno para la salud. En el mundo material nunca está dicha la última palabra. Hoy te dicen que el chocolate es perjudicial y mañana que no dejes de consumirlo porque evita la caspa y el acné.
Durante décadas se hicieron campañas sobre los daños que causa el alcohol, hasta que un día se nos mandó a todos los mayores de 16 a chuparnos dos copas de vino al día para que funcione bien el “bobo” y se mantengan más limpias las arterias, porque nos aporta Omega-3.
Por supuesto que más Omega-3 tiene la pasa de uva, pero ¿¡quién quiere pasar a la historia como alguien que aconsejó morfar pasas!? ¿No es más popular liberarnos de culpas para el copeteo diario?
** Nos hemos pasado la vida escuchando que la sal es la esencia del universo. Es sinónimo de todo lo bueno: Que la risa es la sal de la vida, que el amor también, que la fe también lo es. Jesús dijo que sus seguidores se convirtieran en “luz y sal” para los demás mortales… En fin, que si la vida no tiene sal, es insulsa y aburrida, muy desabrida, como chupar un clavo. Para el idioma español, sal, salero, significa elegancia, garbo, la gracia y desenvoltura con que se mueve una persona.
** ¡Ni hablar de las comidas! Pregúntele, si no, a los que deben ajustarse a una dieta libre de sodio (sal).
¿Qué lleva en la alforja un croto, un mochilero o un peregrino? Lleva sal, fósforos, y si puede, un poco de harina o arroz. Habiendo sal y grasa en el rancho, el gaucho cazaba algún bicho y la olla estaba parada.
** ¡Sin carne no es comida!, pontifican los carnívoros recalcitrantes; ¡sin sal no es comida!, se quejan estos mismos y todos los demás comensales incluidos los vegetarianos. Y no hay una sola biblioteca en el mundo que pueda contradecirlos.
Pero resulta que al final supimos que la sal es como el estrés: sin él la vida es demasiado aburrida pero con su exceso terminamos enfermos. Primero se nos aconsejó salar menos. Ahora se nos dice que es tan mala que no puede ni asomarse por las mesas de los restaurantes. Ya hay ordenanzas que obligan a fijar letreros dentro de los mismos con la leyenda: “El exceso de sal es perjudicial para la salud”.
¿En qué quedamos?
** Quedamos en que los excesos son malos. Todos.
Eso incluye el exceso verbal. No solo las grasas trans, el alcohol y la sal; también el exceso de palabras. Pero no todos somos conscientes de ello. Tampoco lo es nuestra Presidente, que se manda un discurso de tres horas en el Congreso que termina siendo un catálogo de datos que después los técnicos (que pueden) le refutan.
Impresiona con su aparente memoria estadística, pero durante la semana siguiente le señalan cantidad de números equivocados o lanzados fuera de su real contexto.
Siempre se ha dicho que los números cantan, pero no se los debe hacer cantar a fuerza de torcerles el cogote y sacudirlos.
En Pampa y la vía
** Tantas cosas han pasado desde la última vez que publicamos El Mangrullo antes de imponernos una necesaria pausa, demandada no solo por la necesidad de enfriar el motor, también porque el periodismo libre se ejerce desde un lugar cada vez más incómodo, entre las fauces de una morsa de antinomias inventadas.
Siguieron muriendo personas, como es natural, por causas naturales y antinaturales. Y una especie de nuevo Cromañón sucedió con 52 muertes simultáneas por falla mecánica o humana en un tren en la Estación Retiro.
** Bien por la Presidente de la Nación que pidió que el peritaje no tarde un año en hacerse sino que se ocupen y lo terminen en 15 días. Lo que no está bien, o quizás sea una pícara estrategia, es que el Estado se presentara en la causa de este accidente ferroviario como querellante, ya que es más bien partícipe necesario. Es el Estado el que debe controlar a los concesionarios cuando les ha puesto condiciones que deben ser cumplidas. Si el concesionario no hizo las inversiones necesarias, habiendo recibido algunos miles de millones en subsidios, quizás se está quedando con esos millones y si alguien se los deja quedar, también hay que investigarlo.
** Por ahora el Secretario de Transporte (Ricardo Jaime) renunció. Quizás se lo investigue; en el juzgado de Oyarbide, por supuesto, para que se quede tranquilo y no sufra una nueva descompensación cardiaca, como ya le sucedió antes de la renuncia. Y que se investigue a los patrones de ese funcionario, porque los argentinos no somos tan giles para pensar que un cuarta línea puede robar por su cuenta. Nos avivó Manzano hace muchos años. Su famosa frase “robo para la corona” fue título de un libro que quedó tan solo para la anécdota. Nadie fue preso por aquella confesión.
Tómala-vos… dámela-a-mi
** Y los que vivimos en el interior del interior, interesados en los noticieros, tenemos que comernos interminables informes y debates sobre cuestiones del microcentro del país. Se buscan culpables. Se le tiran los trenes a Macri. Macri los devuelve de taquito… Y uno, que es del interior y nada sabe de estas complejidades, no levanta el teléfono y les llama por temor a decir alguna simpleza, pero tiene ganas de pedir coherencia. Si el boleto para dar unas vueltas en una calesita cuesta 3 pesos, es evidente que el gran quilombo de los trenes de los que nadie quiere hacerse cargo es porque el boleto cuesta $ 1,35.
** En Brasil el pasaje básico del tren cuesta un equivalente de 9 pesos argentinos. Un caja de Marlboro box cuesta desde esta semana en nuestro país $ 8,75 (equivalente a 6,5 pasajes en trenes de TBA) y hay quienes se fuman dos por día. Un atado de Jockey Club $ 7,50, equivalente a 5,5 pasajes. Pero viajar en tren debe hacerse a precio vil y después se arman los revoleos sobre por qué no hay más inversión o mejor mantenimiento. Entre cobrar poco y afanar mucho y encima repartir, no hay cuenta que cierre.
Nunca largues la matraca
** Todos los excesos son malos. También las distorsiones lo son. Se reunieron en una gran mesa numerosos cabezones del mundo que les cuestan a sus respectivos países verdaderas fortunas por hora, para decidir que en tal o cual fecha ha de celebrarse el Día Mundial de la Mujer. Su loable propósito es que la humanidad aproveche esas 24 horas para crear conciencia sobre los padecimientos que millones de mujeres aún sufren en el mundo, solo por causa del género. Pero ¿a quién joraca le importa? Nosotros nos ocupamos de banalizar el significado, ese día, besamos a cuanta mujer se nos cruza y le decimos algún convencionalismo de ocasión, y chau. Les mandamos mensajes con un “¡Feliz día de la Mujer!, y hasta les regalamos un chocolate. Reinamos en nubes de pedos.
** Con la debida disculpa por caer en un lugar común, digamos que el día de la mujer es todos los días, el de la madre también, el de la suegra, el cuñado, los osos Panda, etcétera, también; pero hay que separar algún día para saludarnos.
Lo mismo, carnaval es todo el año en Sojamarca, pero nos dan un feriado largo que va de 3,5 a 4,5 días según seas empleado público, bancario, o un gil que eligió otro conchabo de 44 horas semanales. Algún día sabremos para qué nos dan esos días (lunes y martes de carnaval) durante los cuales ni nos vemos, y nos saludamos el miércoles en el banco donde se hacen unas colas de cuatro cuadras y te cargas con todo el estrés que creíste haber descargado en el feriado largo.
** Vivimos un poco confundidos, pero felices. No vamos a andar perdiendo tiempo en averiguar para qué se habla de la mujer en el Día de la Mujer, teniendo carnaval para tirarnos bombuchas (a esto no lo hacemos en los restantes 363 días de carnaval), teniendo Fútbol para Todos y a River que viene pintando lindo como para salir de su odiosa situación de Riber. (Muy sutil).
Para todos ellos
** Ahora el gobierno de Sojamarca ha resuelto estatizar también las transmisiones de Turismo de Carretera (TC). Es decir que además de todo lo que ya sabemos, tendremos “Automovilismo para Todos”.
Es un poco raro porque las 16 competencias del calendario y todas las categorías, que son muchas, son televisadas por la televisión abierta.
Es probable que esta nueva decisión esté dirigida a garcarle un poco más la vida al Grupo Clarín, que explota esas transmisiones a través de Canal 13 y TyC Sports.
** Como pirincho del llano poco me importa que le jodan el negocio a alguien, son políticas de Estado, pero igual uno se hace preguntas. Si el contrato con la Asoc. de Corredores de Turismo Carretera (ACTC) para este proyecto de Automovilismo para Todos, le costará otros 370 millones de pesos al gran pueblo argentino salud, ¿no es un poco caro, considerando que lo único que va a cambiar es la publicidad de las transmisiones?
¿Cuánta guita ya nos ha costado la guerra contra Clarín? ¿Cuánto costará una locomotora nueva? Ponele unos 10 palos, más 27 de cometa… vamos a redondear en 37 millones… Y si son nuevas es menos probable que muera gente.
(En el original se desarrollaban algunos párrafos más, con temática costumbrista que debimos excluir por razones de extensión)
redacción@paralelo32.com.ar