El país de los simios
** ¡Ayaiáy aiáy aiáy! Este ministro de economía no mide consecuencias. Mientras nuestra Selección de fútbol se esfuerza en el extranjero tratando de cambiar la imagen de país bananero que tenemos afuera, él inventa el “dólar banana” (posta, no es chiste). La banana es la fruta más consumida en Argentina y la importamos de Brasil y Ecuador, erogando para eso, cada año, 400 millones de los dólares cada vez más escasos el Banco Central, que Florencia Kirchner tiene pero no los presta.
** En Salta, Salvador Muñoz está súper caliente. Invirtió hace tres años US$ 15 millones para plantar quinientas hectáreas de bananas ecuatorianas de gran calidad con las que sustituye en parte las importaciones. Ocupa a 500 empleados, uno por hectárea, más administrativos y etcétera, y Massa no lo autoriza a importar desde Brasil las bolsas de plástico especial con las que se recubre el racimo para que la fruta no se dañe ni se queme. Pero crea un ‘dólar banana’ para beneficio de los importadores, a condición de que mantengan el precio lo más planchado posible. Negocio para el importador, que luego aumentara igual y la culpa recaeerá sobre los verduleros.
** Y no es que esta sea una sutil manera de querer acabar con el burgués Muñoz y su finca bananera nacional e impopular, porque ofrece trabajo en blanco y no planes. No. En la Pink House porteña ni siquiera están enterados de su existencia (y felizmente Grabois tampoco); de eso se ocupa la Afip, que no falla. Sería muy pretencioso esperar que nuestros próceres en ejercicio, teniendo tantos negocios personales que atender, además se ocupen de los problemas de sus gobernados. Además no les alcanza el tiempo; al propio presidente se le atribuye haberse quejado: “qué rápido pasó el año, no alcancé a hacer nada”.
Los monos de la jaula
** Pero vamos que la vida es corta y la banana es buena porque “nao tem carozo, tem um filamento grosso”. Ya bastantes carozos nos tenemos que tragar día a día y ni te cuento de los sapos. El único temor que me inspira la banana es que la recomiendan porque tiene potasio, selenio, hierro…, y uno ya está medio arisco con eso, desde que cada vez más científicos nos dicen que bastantes metales pesados (y nanocircuitos) ya nos han inyectado en la sangre mediante las vacunas contra el “cóvi”.
** La noble banana ha sido utilizada también en interesantes experimentos aprovechándose del especial atractivo que tienen para los simios. Uno de ellos, si se quiere, explica en gran parte cómo actuamos los humanos como sociedad.
Es bien conocida (y si no googleala) la historia de los científicos que encerraron a cinco monos dentro de una jaula, instalando en el centro de ésta una escalera y encima unas cuantas bananas. El más ventajero de estos monos (siempre los hay; de ahí que se cree que descendemos de ellos) se trepó por la escalera para manotear las bananas. Cuando eso sucedía los científicos mandaban un chorro de agua helada sobre los que se quedaban en el suelo. Tiempo después los monos asumieron que entre la escalera y el agua había una correlación. Así, cuando un mono se disponía a subir la escalera, el resto de monos lo bajaba a trompadas.
** Este experimento en la jaula se repitió una y otra vez y como resultado ningún mono se atrevía a subir la escalera por más que se le hiciera agua la boca por las suculentas bananas. Paso seguido los científicos sustituyeron a uno de los monos por otro nuevo. Este obviamente vio las bananas y se mandó por la escalera. El resto lo bajó y le dio leña antes de que les echaran el agua fría. El nuevo mono nunca volvió a subir la escalera.
** Un segundo mono fue sustituido y cuando se trepó, el primer sustituido participó con gran entusiasmo en darle la paliza, aunque no sabía por qué, ya que la prueba de agua fría fue suspendida. Los científicos cambiaron al tercero, al cuarto, al quinto, hasta quedar con un grupo de cinco monos que no habían recibido nunca una ducha de agua fría, pero aun así golpeaban al que intentase llegar hasta las bananas. Asumieron que las cosas en esa jaula se hacían así.
Costumbres de Bajamarca
** A aquella experiencia se le llama ‘paradigma de los monos y la escalera’, y nos permite reflexionar sobre los patrones o modelos de conducta heredada o aprendida. Si fuera posible preguntarle a alguno de los simios por qué le pegaban con tanto ímpetu al que subía en busca del racimo de bananas, seguramente responderían: “no lo sé, aquí, las cosas siempre se han hecho así”.
Explicación de manual: “En las ciencias sociales, paradigma se describe como el conjunto de experiencias, creencias y valores que determinan la forma en la cual el individuo ve e interpreta la realidad, su realidad; y la forma en que responden a esa percepción. Es un patrón o modelo de conducta heredada o aprendida”. En esta familia siempre fuimos de Racing y desde mi abuelo que votamos a tal partido.
** En Bajamarca ya vamos por la segunda, si no la tercera, generación de los que se criaron y envejecieron pensando que “el Estado te tiene que dar”, y si no es el Estado tendrán que ser otros, ya no como actitud solidaria sino como un deber. Una señora de aspecto muy saludable y solvencia en sus expresiones, entre la multitud que reclamaba por aumento en una de las tantas asignaciones, opinó que ella trabaja, pero entre lo que gana y los planes del Estado no le alcanza, por lo que repudiaba al gobierno que no entiende que debe subsidiarlos más para poder vivir mejor. Su idea de contrato social es “te tienen que dar”.
¿Para qué cambiar?
** Una multitud incontable de argentinos se han acostumbrado a no buscar trabajo sino planes. Son los eternos “planeros” y “planeras” cuyos hijos crecen como los monos de la jaula, pensando que así son las cosas y el que quiera cambiarlas es su enemigo. Y cuando llegan a la edad jubilatoria, hay que jubilarlos sin aportes en un Anses que es una caja apetecible para todo gobierno.
** Ese Anses que acaba de gastar 14 millones de pesos para comprar merchandising por el Mundial de Fútbol (camisetas, banderitas, bubuselas) para repartir ¿entre jubilados que saldrán a tocar la corneta por la calle revoleando banderitas? Además, seguro que se han quedado con dos tercios los que hicieron la extraña compra, por paradigma, porque acá siempre se afanó. Si la justicia te condena por eso, es miembro de una siniestra organización conspirativa; si me sobresee, es un juez justo e independiente.