El gran dilema: ¿Qué hacer con la población canina?
Victoria.- Fue abundante la información que se difundió por distintos medios relacionada con la presencia de perros en la vía pública, y de acuerdo a todo lo que podemos colegir, se trata de causas concurrentes. En principio los animales que recorren las calles en busca de comida o encuentran un vecino que no solamente les suministra agua, sino que también los alimenta periódicamente, son muchos. Estos no tienen dueño y obviamente vagan por distintos arterias generando problemas, porque no todos son pacíficos y parte de esta población –lo vemos a diario– enfrentan las motos con intenciones de morder a los conductores, o los atropellan provocando caídas que resultan muy peligrosas.
Hay muchos ejemplos de estos, inclusive muertes, como ocurrió en el 2020 cuando Lucas Perez iba caminando por calle 25 de Mayo en inmediaciones de un centro de diagnóstico por imágenes, al llegar a un galpón, tres Rottweiler lo enfrentar y su reacción instantánea fue la de desplazarse hacia la calle, justo cuando una camioneta con acoplado pasaba por el lugar, fue atropellado involuntariamente y murió. Días pasados un chico fue derivado a Paraná por mordedura, que se estaría recuperando de la lesión. Qué decir del turista que fue cruzado en la calle por un rotweiler que arrastraba una cadena y le provocó una fuerte caída con importantes lastimaduras, a quien nadie le dio respuesta. Lo cierto es que a diario observamos este tipo de episodios cuando recorremos la ciudad.
¿Se trata de perros vagabundos?” No. En muchos casos dueños de canes, asumiendo una total falta de responsabilidad, dejan que salgan de las casas, recorran el barrio, destrocen bolsas de basura y se sumen a las jaurías tras una perra en celos y –en muchos casos- provocan problemas a los vecinos.
Callejeros y con dueños
Como hemos visto, a los callejeros se suman los que tienen dueños y los dejan salir de sus casas.
Hemos conversado con chicos que realizan delíbery, especialmente los fines de semana, y hay barrios donde no se animan a repartir por la presencia de perros que, en todos los casos, corren las motos con intenciones de morder a sus conductores, a riesgo de lograrlo o hacerlos caer.
Seguramente el lector tendrá ejemplos en los barrios sobre hechos que se suceden provocados por estos animales.
Uno de nuestros colegas que ama los perros y tiene tres en su casa, sostiene que la gente adopta o cría perros sin medir todo el costo que tiene hoy cuidar un animal. No solamente cuenta la alimentación, que es cara, sino que hay que pensar en vacunas y atención veterinaria. “Tener un perro en buenas condiciones es caro”. Ocurre que algunos que no tienen forma alimentarlos como corresponde, los largan a la calle en forma irresponsable para que puedan rebuscarse. Una barbaridad.
En forma frecuente muchos que son de razas que se destinan a seguridad o que tiene mal carácter y son agresivos, salen a la calle a veces con sus dueños sin correa ni bozal, han sucedido muchos casos de ataques a otros perros. No hay ningún lugar de Europa o Estados Unidos por ejemplo, donde se permita salir a la calle con un perro sin la sujeción, llevado por su dueño y con su placa de identificación: No cumplir con esta exigencia representa altísimas multas.
Los responsables
No podemos dejar de mencionar a una gran mayoría de personas que tienen animales, especialmente perros, que están cuidados, tienen todas las vacunas, los desparasitan periódicamente, tienen atención veterinaria y reciben afecto del grupo familiar. Cuando salen lo hacen con el dueño o responsable, siempre con una correa, por protección del animal porque puede ser atropellado si cruza una calle, pero también para personas a las que no conoce y puede generar situaciones incómodas.
Tenencia responsable
El senado de la provincia aprobó por unanimidad, en junio del 2017, una ley establece en toda la provincia la tenencia responsable de mascotas, en procura del bienestar del animal, y vela por la salud tanto de las mascotas como de las personas.
Es una norma moderna que contó con el aporte de organizaciones protectoras de animales, autoridades del Colegio de Médicos Veterinarios y Colegio de Abogacía de Entre Ríos, referentes de la dirección de Salud Animal de Paraná, del departamento Zoonosis del Ministerio de Salud de la provincia, y responsables del programa Pro Tenencia del Ministerio de Salud de la Nación.
Esto implica proveer de los dispositivos básicos para su bienestar: salud, alimentación adecuada, espacio de descanso protegido de las inclemencias del tiempo, espacio para la recreación, además de cuidados sanitarios y vacunación.
Además establece la necesaria articulación de políticas públicas entre la provincia y los municipios y el programa nacional. Hasta acá es teoría, porque no existen partidas o presupuestos específicos para el bienestar de las mascotas.
También la municipalidad de Victoria tiene una ordenanza (N° 2906) relacionada a la tenencia responsable, aprobada en el 2011. En los considerando se planteaba la preocupación de las autoridades por “la excesiva cantidad de canes libres en la vía pública, sin ningún tipo de identificación que permita individualizar a su dueño, guardador y/o tenedor responsable, y teniendo en cuenta el peligro potencial que esto representa ya sea por los casos de enfermedades como la rabia y otras zoonosis, sumado a esto los accidentes de tránsito, agresiones y daños a las personas, dispersión de basura causados por los animales sueltos”. Hace 10 años se planteaba este tema y hasta la fecha el problema no solamente no se resolvió, sino que sigue vigente. Ley que no se aplica es ley muerta. También la ordenanza plantea prohibir a los dueños, guardadores y/o tenedores responsables que los canes deambulen por la vía pública o espacios no habilitados para tal fin. No se permite abandonar animales dentro del ejido municipal.
También contempla campañas de castración como alternativa para disminuir la población canina que deambula por la vía pública.
Además establece multas de entre 50 y 100 Unidades Municipales (36,87 pesos actualmente) al que no cumpla con las disposiciones de la ordenanza, es decir entre 1.843 a 3.687 pesos.
Refugios
Los refugios han sido una buena alternativa pero dependieron de la voluntad de persona que aman a los perros y prácticamente tienen que hacerse cargo de todo, el alimentos que muchas veces provee el municipio o de colaboraciones y atención veterinaria limitada. En general siempre comienzan con unos pocos pero los callejeros parecen tener muy buen olfato y en unos meses se aumentan, resultando imposible de manejar la situación. El costo de las castraciones impide realizar este procedimiento, salvo que el municipio inicie una decidida y prolongada campaña de vacunación gratuita, forma en que otros municipios resolvieron el problema, sumado a que hacen cumplir las ordenanzas.
Lamentablemente son pocas las familias que concurrían a los refugios para adoptar un animal, quizás por el esnobismo de tener una mascota de raza pura. Actualmente esos aguantaderos de perros funcionan con bajo perfil porque tienen pedidos permanentes para que retiren animales abandonados en la vía pública.
Muchas hipótesis, ninguna solución
Nadie puede negar lo que representa un perro para una familia o un niño. El mejor amigo del hombre tiene derechos, porque hay una legislación nacional que hace referencia a la protección de animales a todo nivel, y existe desde que el presidente Sarmiento, un hombre adelantado a su tiempo en todo sentido, sancionó la primera. Pero la solución para erradicar la población canina de las calle, no es fácil.
Hay una legislación vigente, que no se cumple. Las medidas dependen de la responsabilidad de los tenedores de perros, que no los cuidan y salen a la vía pública. También habría que instalar refugios con personal e infraestructura y control veterinario, sumado a una masiva campaña de castración, obviamente destinada a los perros sin dueño.
Con las normas vigentes no alcanza y las asociaciones que cuidan animales intentan soluciones pero con medios limitados, se debería apelar entonces a un trabajo de consenso con distintos sectores de la comunidad y esencialmente un presupuesto para llevarlo a cabo.
¿El Estado está en condiciones de montar una estructura (alimento, refugio), con personal, profesionales veterinarios, para atender a los animales durante los 365 días al año? Probablemente no, y cuando lo hace, los irresponsables entienden que eso está para que ellos puedan dejar que sus perros se multipliquen y dejarlos allí cuando se los quieren sacar de encima. Hacen falta planes claros y para eso una decisión política que hasta ahora ninguna administración municipal ha tomado, quizás por la razón de siempre; en el Estado cualquier intento por atender a un sector puntual de la sociedad, o en este caso de los animales, termina en una estructura burocrática costosa que no siempre cumple los objetivos.