El equipo de antropología forense no abandona la causa Gill
Nogoyá.- Juan Nobile, antropólogo integran del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), regresó a Entre Ríos, luego de las excavaciones que no arrojaron resultados en la Estancia La Candelaria, el pasado mes de agosto. En este caso fue para extraer muestras de sangre de dos hermanos de Rubén Mencho Gill, el trabajador rural que desapareció en 2002 junto a su mujer y sus cuatro hijos y a quienes se les perdió el rastro.
Según menciona Entre Ríos Ahora, Nobile se encontró con el juez de Garantías de Nogoyá, Gustavo Acosta, que dirige la pesquisa para dar con los Gill y está expectante por nuevos datos que permitan reorientan una búsqueda que hace casi dos décadas está entrampada en el misterio.
Un primer rastrillaje hecho por el EAAF, en marzo, en la estancia La Candelaria de Crucesitas Séptima, departamento Nogoyá, dio resultado negativo. Entonces, Nóbile, en compañía del titular del Juzgado de Garantías de Nogoyá, recorrió el campo. Aunque a esa inspección llegó después de haber estudiado detalladamente el caso: pidieron a la Justicia entrerriana los 18 cuerpos del expediente de la causa de los Gill, fotografías con drones y planos del lugar y todo eso les fue enviado. Pero en agosto la búsqueda tuvo el peor final: no se encontraron rastros de los Gill en los pozos que se inspeccionaron.
La familia compuesta por Rubén Gill; su esposa Margarita Norma Gallegos, de 26 años, y sus hijos María Ofelia de 12, Osvaldo José de 9, Sofía Margarita de 6 y Carlos Daniel de 2, fueron vistos por última vez en el velorio de un amigo de la familia, el 13 de enero de 2002, en Viale, a treinta kilómetros de La Candelaria, el campo en el que vivían y donde el hombre trabajaba como peón. O sea, diecisiete años atrás desaparecieron y no se volvió a tener noticias de ellos.
El 16 de diciembre, la madre de Norma Gallego, María Adelia Gallego, viajó a Rosario y se hizo la extracción de sangre. El jueves 26 el procedimiento se repitió con dos hermanos de Ruben Gill: Osvaldo y Ofelia.
Desde el Equipo Argentino de Antropología Forense detallaron que las muestras quedarán en el banco de datos genéticos del organismo para cotejar con eventuales restos que se puedan hallar, según explicó el juez Acosta.
«En caso de búsqueda, cuando se encuentre un cuerpo no identificado, va a poder ser cotejado con la sangre de estas personas. El cotejo va a ser con restos que se encuentren en cualquier punto del país. Es una posibilidad ya que pasaron tantos años de la desaparición. Recordemos que uno de los hermanos, Otto Gill, que empezó la búsqueda, ya falleció”, apuntó el juez.