El día más esperado
** El día que alguien dijo por última vez esa tontería irredenta: “lo que pasa es que en este país nadie quiere laburar”, en el rincón menos pensado del patio de los usurpadores de ideas, un legislador lo oyó, levantó las cejas en señal de asombro y como marcando un hallazgo golpeó su puño izquierdo sobre la palma de la mano derecha (era zurdo el tipo). No pasó más de un año, lo normal en estos ámbitos, hasta que en el alto recinto senatorial de Bajamarca se reunió el Consejo de Sabios para aprobar una iniciativa trascendental –la más innovadora que se haya conocido en décadas–: declarar el ‘Día del Castor’.
** No es que quieran homenajear a un animal. El asunto va mucho más lejos. En la parte resolutiva escribieron cosas como: El Día del Castor se incorporará al calendario de efemérides como día laboral ‘obligatorio’, que traducido al lenguaje de calle significa que en esa fecha nadie, pero nadie ¿eh?, bajo ningún pretexto ni justificación ni ley de asueto u otros derechos, ni por paro gremial, ni por diarrea estival, ni conquistas, ni acomodos, podrá abstenerse de cumplir su jornada laboral. Y deberá cumplirla sin recortes ni flojeras.
** Mire si se habrán tomado en serio este asunto que lo harán obligatorio para tode ciudadane bajamarquino, trabaje en blanco o en negro, y cuentapropistas, evasores o cumplidores. Es decir que también fueron inclusivos al tomar en cuenta tanto al 60 como al 40 por ciento de laburantes y autónomos.
** En esa fecha, que ante la esperable solicitud de nuestros lectores daremos a conocer de inmediato; todos y todas y los otros también, deberán presentarse en su oficina, despacho, taller, casa de familia, organismo público, industria, comercio, hospital, museo, panadería, sindicato, embajada, aula, o donde guampas pase sus días de trabajo cuando trabaja. Es más o menos así. Tampoco les puedo transcribir los 51 artículos de la ley.
Un fiero debate
** En su artículo tercero inciso b, incluso, se deja constancia que los propios senadores deberán no solo acudir inexcusablemente a sus despachos en esa fecha sino también trabajar, experiencia que les resultará novedosa pero podría ser excitante.
** Durante el tratamiento del proyecto una senadora quiso meter baza y con dulzura de Patch Adams sugirió: Hagamos una excepción con esa pobre gente que muchas veces les niega un mendrugo de pan a sus niños para poder pagar por un certificado médico trucho por invalidez o tratamiento prolongado…
¡Nada! ¡Este será el día de las obligaciones; ya tienen los restantes 364 días para los derechos y avivadas!, vociferó un parlamentario al que luego la izquierda más arisca motejó como “el senador Manada”, porque les pareció que llamarlo gorila solo era como hacerle precio.
** El día laboral obligatorio se “celebrará o se lamentará” (esto es a voluntad) cada primer lunes del mes de mayo. Y si coincidiera con el Día del Trabajo tendrá preeminencia el Día del Castor. El espíritu de la ley se funda en que no hay mejor modo de celebrar que haciendo lo que se pretende honrar sin caer en contradicciones. Sincerémonos… si uno bien lo mira, no trabajar en el Día del Trabajo es parecido o igual a celebrar Viernes Santo absteniéndose de ir a misa. La nueva ley –si alguna vez fuera reglamentada– viene a corregir esa distorsión sin habérselo propuesto.
No hay uno; nombrame uno
** En los vistos y considerandos, los futuros próceres de Bajamarca fundamentaron que. Dos puntos. En este país que un siglo atrás supo ser conocido en el orbe como Altamarca, es evidente que no existe en la actualidad un día hábil donde algún colectivo laboral agremiado no festeje su pertenencia haciendo huevo. Punto y coma. Que en consecuencia no tenemos un solo día en el año donde toda la fuerza laboral junta se halle en actividad… esta honorable Cámara desea producir ese milagro decretando el Día del Castor.
** Artículo 27: Será inclusivo, en tanto propugna que todos juntos sin excepción ni ambages estemos, una vez a año, en el lugar donde con sudor o canchereándola nos ganamos el pan.
** ¿Por qué del Castor? Se dice que este bicharraco semiacuático originario de América del Norte y Eurasia, nunca para de laburar. Dato histórico colateral: En 1946 el gobierno tuvo la simpática idea de traer 25 parejas de castores a Tierra del Fuego, para iniciar la industria peletera. Por cambio de hábitat mutaron de piel, que dejó de tener valor comercial y los emprendedores los largaron al campo, hartos de que les royeran hasta los muebles. Hoy son unos 150 mil en libertad y a un ejemplar adulto le lleva pocas horas roer hasta que cae una lenga que necesitó 100 años para crecer; cambian el curso de los arroyos, arruinan la calidad del agua y contaminan el subsuelo. Fin del dato histórico.
** Está probado que trabajan más que las insoportables hormigas –en esto se explica por qué le dan su nombre al Día del Trabajo Obligatorio. Y son más amistosos. Por otra parte no se puede objetar su honestidad. La justicia nunca pudo probar que en la construcción de terraplenes y diques tuvieran algo que ver con De Vido o Báez. Son humildes además. Han levantado millones de diques y nunca a una castora le dio por ponerle a uno solo de ellos el nombre de su esposo fallecido. Es lo que dicen los defensores del medio ambiente. No nos consta. En Tierra del Fuego los ambientalistas defienden a los castores que barren con los bosques y en Entre Ríos defienden los bosques.
Una salida negociada
** La desorientación de los capitostes sindicales fue mayúscula al conocerse la novedad. ¡Que paguen jornada doble! ¡Nadie te puede obligar a nada en Bajamarca! ¡Beneficia a la oligarquía castrense! ¿Castrense… lo decís por Fidel o los milicos? ¡No, me refería a los que crían castores! No bolú, a esos los crían sus mamases…
** Así transcurrieron las deliberaciones internas durante varios días hasta que fueron a negociar ante los sabios de la corte. Ofrecieron “bajar” ese día y en su reemplazo promulgar el Día del Arquero. Los sindicatos pagaron el café que se consumió durante el cónclave de negociaciones (viste al precio que está, necesitás un maletín de guita cuando tomaste más de uno) y finalmente llegaron a un acuerdo.
** Tiene color. Tiene cierta coherencia. Porque el arquero está obligado a ir a trabajar. Creo que fue Baradel o Moyano que argumentó muy bien sobre el tema: Caiga domingo o lunes el Día del Arquero, el tipo no tiene más remedio que ir al césped, ¿qué sería una práctica y ni hablar de un partido y cuánto más si fuera un clásico o una final, si se jugara sin arquero?
** No se hable más. Firmemos todos acá. Permítame su portafolios que no traje mi Parker. Quédeselo, faltaba más. Ya tenemos un día que solo se puede festejar laburando.