El deporte de calentarse por todo
** Les escribo desde mi futuro, esa ficción que nos parece tan hostil cuando la comparamos con la época en que nos preguntábamos cómo sería nuestra vida adulta, o ni siquiera nos hacíamos esa clase de preguntas… Porque en eso consiste la felicidad infantil, en vivir el presente sin hacer preguntas existenciales. La etapa siguiente nos tuvo ocupados en el estimulante asunto de pensar en la búsqueda del amor, experimentando entre fracasos e ilusiones que se evaporan o consolidan. Este periodo, más hormonal que racional, es anterior a la expectativa de futuro.
** Quien ha pasado por todas las edades y cometido errores de los que se arrepiente y otros que quisiera volver a cometer, aprendió, entre tantas cosas, que aparte de las situaciones e impactos externos que vive en su cotidianeidad, hay realidades nacionales, provinciales y locales que lo afectan en forma directa o indirecta, que más allá de la importancia que les demos son manejables e incluso ignorables. He visto a personas para las cuales calentarse parece ser un deporte o una necesidad para confirmar su pesimismo.
** Cada día somos bombardeados por noticias que golpean sobre nuestro estado anímico y hasta podrían afectar nuestras decisiones si no nos preguntáramos a tiempo ¿puedo hacer algo para cambiar esto? Si la respuesta es no, ya podemos ocuparnos en pensar en cosas más simples, como qué vamos a cenar esta noche. Primero la salud (mental y física). Si la respuesta es positiva, pensar si está a nuestro alcance modificar algo. Si el problema tiene solución ¿para qué preocuparnos?, y si el problema no tiene solución ¿para qué preocuparnos?
Tampoco hacer la del ñandú
** Es cierto que la muletilla de Pancho Ibáñez: “todo tiene que ver con todo”, no pudo ser desmentida todavía, pero también hay bibliotecas enteras para demostrar que todo es relativo, y están los que ven al relativismo como una construcción social. Pero más allá de las disquisiciones filosóficas a las que no nos asomaremos, una noticia desagradable nos puede marcar algunas horas del día pero no lo hará si no nos hemos enterado de ella. Sin embargo… mantenernos alejados de la noticia dura implica el riesgo de enteremos tardíamente, cuando esa información golpee nuestra realidad.
** Lo hemos visto infinidad de veces. En un invierno cualquiera, el consejo de sabios de Garcamarca emite un bando para informar que todos los súbditos tendrán derecho pleno sobre el agua existente en el territorio del reino, que será de libre disponibilidad y acceso, cualquiera sea su estado físico y su contenedor, sin límite alguno. ¡Aplausos a los sabios sensibles que aseguraron un derecho fundamental para todo el mundo!, que si no, se aplauden solos.
** No le da pelota nadie. Se hace una encuesta y solo uno de cada mil se interesó en el tema y de éstos, el 49% creyó que iban a poner surtidores en las plazas y otro 49% pensó que otra vez están paveando.
Cuando la letra se hace carne
** Llega el verano y empiezan a aparecer personas que se meten en nuestra Pelopincho o en la de material (lo que tengamos), o se nos meten en la casa con una conservadora, abren la heladera y se proveen de cubitos. Recién entonces aparecerán las reacciones en cadena de los indignados que juzgan ese hecho legal como una tropelía inconcebible, violación de la propiedad, la intimidad, los derechos fundamentales, etcétera. Tarde. Se informó de eso mucho antes y pasó por las instituciones del reino, con aprobación por mayoría.
** Demasiado tarde para discutirlo; solo queda el recurso de arrojar tuercas con la honda sobre los policías que tienen el deber de garantizar ese derecho a los que buscan agua, sea para beber, refrescar su humanidad o para su esparcimiento, y en esa refriega gritarles a los canas: ¿¡No te da vergüenza defenderlos!?, vos también tenés una Pelopincho en el jardín y se te puede meter cualquiera a remojar las patas.
** Lo vemos con frecuencia también en Bajamarca (ex Sojamarca). Allá vamos los periodistas a entrevistar a los revoltosos, a los que nunca preguntaremos por qué no estuvieron atentos cuando se aprobó la ley, quizás por temor a que nos respondan que no vieron nada de eso en las redes sociales. Y si. Y si. Facebook solo habla de ti y de mi, además de las Fake News. Twitter solo es para la chicana, Instagram para mostrar la última playa que visitamos…
De primera mano
** Tampoco es verdad que los diarios solo publican noticias jodidas. Solo las ponen en tapa, porque es lo que el gran público prefiere consumir, otras veces porque ‘operan’ con ellos. Algunas tratan sobre asuntos ni tan tan ni muy muy. Veamos ésta: La gobernación de Santa Fe repartió 1.256.000 pesos entre ocho familias víctimas de secuestros virtuales en Rosario. La plata fue recaudada con la venta de autos pertenecientes a los hijos de perra que fueron descubiertos y juzgados por cometer estos delitos.
** Es cierto que en la misma fecha se publicó que los bienes del ex secretario de Kirchner, Daniel Muñoz, que se investigan, ya suman 500 millones de dólares (unos 19.000 millones de pesos) y el contador de la familia Kirchner, Víctor Manzanares, les reveló a los fiscales Stornelli y Rívolo en qué y en dónde fueron invertidos o escondidos. Sin la colaboración de Manzanares, los fiscales solo habían detectado hasta ahora unos 70 millones de dólares.
¿Es buena o mala? Por ahora es solo información emanada de la justicia y que consta en los expedientes de la causa.
** También noticias que obligan a hacer cálculos de tiempo y edad, frente a los anuncios de que nuestro planeta va a colapsar a plazo fijo, o más o menos fijo. Así las cosas, un título como: ‘La ciencia encontró un plan B para salvar a la humanidad del fin del mundo’, resulta estimulante al primer impacto. El asunto es que la noticia tiene detalles que nos permiten dudar.
** Se trata de mudarnos al planeta Próximo Centauri B, no tan lejano del nuestro en términos astronómicos, un poco más grande, que gira alrededor una estrellita de miércoles y tiene el mismo defecto que la luna; una de sus caras está siempre frente al sol y la otra sumida en la oscuridad.
Quedarnos en el barrio
** Al fin y al cabo el ser humano es capaz de cualquier metamorfosis adaptándose a todo. El detalle es que el planeta salvador se encuentra a tan solo unos miserables 4,25 años luz. Considerando que la luz viaja a 300 mil kilómetros por segundo, nuestras naves actuales tardarían 50 mil años en llegar.
La mala es que vamos irremediablemente hacia la extinción. La buena es que quizás podríamos competir con los chinos –ahora que somos amigos- en ir ocupando lotes en la Luna, que queda por acá en el barrio y está a solo 1,3 segundos luz.